Al relatar la historia de Rea Silvia, la noble Claudia Hortensia hablaba así sobre la fiesta de Júpiter Latiaris en el monte Cavo:
“El día señalado para la fiesta de Júpiter Latiaris las vestales se levantaron antes del alba (…). Los primeros rayos de sol encontraron la ciudad de Alba Longa en movimiento y los caminos que, desde las distintas ciudades latinas conducían al santuario [de Júpiter] del monte Cavo, repletos de gente (…). Era un gozo ver desfilar las ovejas y las cabras, los cerdos, las terneras, los bueyes, adornados con cintas de colores y con hojas, mientras los pastores, vestidos con sus mejores galas, daban órdenes a los perros, cantaban y tocaban las siringas, o caminaban en grupos charlando (…).
Toda la mañana transcurrió con el sucederse de peregrinos que entregaban en el santuario sus ofrendas de animales, quesos y leche y luego hacían fiesta en los alrededores compartiendo comida, bebida y alegría. También las vestales de Alba Longa tenían su lugar de encuentro en un bosquecillo situado detrás del santuario, donde sus criados habían llevado un carro con provisiones (…).
Sacrificó el toro el sacerdote del santuario, quemó la parte correspondiente a Júpiter y luego se distribuyeron equitativamente los trozos de carne entre los representantes de todas y cada una de las ciudades. Éstos ordenaron solemnemente a los jóvenes latinos que se dispersaran por los bosques para recoger la leña con la que, al caer la noche, habría de encenderse una gran hoguera ritual en la cima del monte. Fue entonces cuando Rea Silvia, que había disfrutado de una jornada feliz bajo aquel cielo brillante, recibió el encargo que tanto había esperado: purificar los instrumentos del sacrificio en la fuente del bosque sagrado de Marte, situado ladera abajo del santuario (…).
Y así, mientras el monte bullía de actividad, los castañares rebosaban de jóvenes en busca de leña y sus amigas socorrían a una perra atrapada, Rea Silvia penetró, sola y hermosa, en el bosque sagrado de Marte, donde su destino, para mal suyo y bien del mundo, habría de cumplirse. “
Este otro texto fue escrito por Saverio Kambo hacia 1922 en su obra “Grottaferrata e il Monte Cavo.”:
“Hoy, todo es silencio sobre el Monte [Cavo]: sólo el estremecimiento de la espesura y el gorjeo de los ruiseñores llegan hasta nosotros; mientras, a la sombra de las enormes encinas, escrutamos el horizonte y, en la altísima quietud, el fantasma de la edad antigua se engrandece y parece hacerse tangible. Milenios de historia (¡y qué historia!) cabalgan a nuestro alrededor. Todo gran espíritu siente la necesidad de subir aquí y sumergir su pensamiento en este mar inmenso de experiencias y de memoria. De aquí extrajeron inspiración los más altos poetas de la edad nueva: de Goethe a Byron; de Carducci a D’Annuzio. Esta es la más augusta visión del mundo. Y sobre la frente encendida sentimos agitarse los dioses de Italia.”
He subido al monte Cavo con Rea Silvia y con Saverio Kambo. Y os aseguro, con emoción, que aún es posible vivir ambas experiencias.
NOTA: Queridos amigos, ya estoy de regreso pero con algunos problemillas. Trataré de retomar cuanto antes la historia de Rea Silvia. Aquí podéis leer el capítulo completo relativo a esta fiesta y Rea Silvia.
*Vista del monte Cavo desde el convento de Capuchinos, donde estaba uno de los extremos de Alba Longa.
**Detalle de escultura romana en el Anticuario del Palatino.Roma.
***Detalle de un calco de un relive en el Ara Pacis. Roma.
**** Vista del lago Albano desde el monte Cavo.
Espero que los problemillas no sean serios. Un abrazo.
ResponderEliminarBien venida, y eso que los problemillas sean pasajeros.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Qué gozada todo lo que sabes! Siempre me digo que ha sido un lujo encontrarte y además, que te acercaras a esta isla.
ResponderEliminarUn abrazo, que tu madre se recupere bien y pronto.
Un besito para ella.
Cuánta hermosura en esa cumbre llena de historia, en ese lago, en tu propia emoción, a la que uno la mía.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte y que pronto se mejore tu madre. Las circunstancias, en ocasiones, nos impiden seguir con nuestros proyectos con la celeridad que desearíamos. No te preocupes, es comprensible.
Otro abrazo, querida Isabel.
¡Bienvenida, Isabel! Te veo cargada de historias, de imágenes, de ambientes... ¡adelante, siempre adelante!
ResponderEliminarQue los problemas no sean nada importante.
Abrazos
Bienvenida, Isabel. Espero que los problemas se solucionen rápido y lo mejor posible.
ResponderEliminarBesitos
Confío en que los problemas sean pasajeros. Ya verás como se solucionan muy pronto. Así la espera hará aún más deseables los siguientes capítulos.
ResponderEliminar¿Conoces a Margarita Alonso? Yo tengo el privilegio de conocer a Ricardo Olmos. Fue profesor mío de griego en el instituto, ayudé a preparar una exposición que él dirigía sobre cerámica griega en el MAN y todavía mantengo una cierta y cordial relación con su mujer y con él.
Me ha encantado revivir el texto. Un abrazo muy fuerte, Isabel
La verdad es que daria un ojo de la cara por subir al monte, ver Roma y todo el resto del orbe, pero como estamos, digo... ¿no tendras una sugerencia de miniturismo mas cercana y al alcance del bolsillo, considerando que estoy en el traste del mundo, a dos hemisferios y un oceano de distancia?
ResponderEliminarBienvenida Isabel.
ResponderEliminarConfio, que te hallas impregnado de la esencia de Rea Silvia , el bosque de Silana, del lago Albano, de Alba Longa y hasta del malvado Pratex, je, je, je...
Deseo que tus problemillas, como tú los llamas, no sean irresolubles y todo se solucione.
Besos y abrazos.
Ya veo que has vuelto, me alegra. Vendré mañana a leer como es debido.
ResponderEliminarUn abrazo de bienvenida.
Querida Isabel:
ResponderEliminarQué emoción se desprende de esa subida al monte Cavo. Han tomado forma real dos figuras humanas, una se encarna en la literatura, la otra habla sobre la misma. Personaje y escritor, con un peso tan importante en la historia, en el inconsciente colectivo y en nuestros sueños particulares, en los relatos con los que disfrutamos gracias a tu pluma.
Cómo ha tenido que ser esa subida, tantos siglos sobre el peso del alma. Solo válida para espíritus grandes, como el tuyo.
Una experiencia que desde una la lejanía me ha sacudido por su profundidad y me ha hecho sentir mucho, mucho más cerca de los personajes, de los sucesos históricos, de la mitología y de la "Fundación". De alguna manera, allí estamos.
Espero de corazón que los problemillas mejoren pronto y no sean de cuidado.
Un gran abrazo, querida Isabel.
¡Bravo querida amiga!, no pierdes detalle cuando retratas cada circunstancia de la novela; es un verdadeor placer leer e imaginar tus escenas. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarHay que ver la que se puede liar cuando un dios se encapricha de una simple mortal. Jejeje.
ResponderEliminarUn saludo.
Me he leído el capítulo entero, y he aprendido mucho sobre los rituales propios de la fiesta de Júpiter Latiaris. He comprendido la ilusión que pudo hacerle a Rea Silvia que le encomendaran una tarea que certificaba su ansiada posición, a pesar de que se confundió y echó sal a la harina.
ResponderEliminarAunque he llegado tarde, y me cuesta a veces comprender puntos del texto, gracias a tu habilidad lo estoy consiguiendo poco a poco.
Gracias.
Me alegra que disfrutaras ese viaje.
Un abrazo.
Querida Isabel, ¡bienvenida! Solicito a Júpiter que los problemas que posees sean vanos y pasajeros.
ResponderEliminarDebes de haber vivido una larga emoción al pisar, al menos pisar, los lugares de celebraciones tan respetuosas y alegres.
Desde luego la vista del mar y el entorno debe ser sorprendente.
Magnífico relato y especial hipersensibilidad histórica posterior.
Un fuerte abrazo.
Bienvenida, amiga.... Me alegro mucho de verte...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Deduzco entonces que has estado de viaje ni más ni menos que en el lugar en que tienen lugar las aventuras de Rea Silvia... ¡Qué emoción! Debe sentirse allí algo muy especial...
ResponderEliminarBesos
Debes traer emociones e inspiración a montones!
ResponderEliminarEspero que esos problemillas no sean tan graves y que no quiten ese
brillo que seguro tienes en los ojitos por el viaje.
Bienvenida!
Cuando volví de Italia tuve que volver a viajar, casi enseguida. Ahora he venido a ponerme al día. Que andes bien. Abrazos.
ResponderEliminarAmiga mía,vos sí que de ese lado del mundo tenés casi todo al alcance de tu mano!! :)
ResponderEliminarP.D.:La historia y la sabiduría han de recorrer y trazar cada latido de tu corazón...
MI CARIÑO A LA ESPERA ANSIOSA DE TU RETORNO =)
Espero que no sean graves esos problemillas y que se solucionen lo mejor posible.
ResponderEliminarBicos
Leer esta entrada es como subir a una de las cumbres de la historia. Resulta emocionante leerla y pensar que está uno sentado en lo más alto de ese monte, mirando hacia el horizonte.
ResponderEliminar!! Bienvenida Isabel !! Esperamos y deseamos que esos "problemillas" se solucionen muy pronto.
ResponderEliminarRecibe todo nuestro cariño.
Besos.
¡Qué hermosos textos!
ResponderEliminarY qué gozada debes ser visitar los lugares sobre los que tejes los tuyos tan maravillosos.
Un abrazo esperanzado de que se solucionen esos problemillas.
Bienvenida...Y esperando leer sobre esa experiencia"He subido al monte Cavo con Rea Silvia y con Saverio Kambo"Besossssssssssssssssssss
ResponderEliminar