“¿Me preguntas, Flaco, a qué mujer quiero y a cual no quiero?
No quiero ni a la demasiado fácil ni a la demasiado difícil.
Apruebo lo que está en medio y queda entre los extremos:
ni quiero lo que hace sufrir ni quiero lo que empalaga.”
MARCIAL .- Epigramas
NOTA: Mi encantador Marcial nos vuelve a dar una lección de equilibrio y sensatez. Y yo sigo por su adorada Roma… Pero vuelvo enseguida.
Yo estoy en un grave dilema, después de tantos desengaños, no quisiera creer más en las mujeres pero a veces me topo con damas como tú y la verdad vuelvo a soñar con querer. Un besote Isabel que la sigas pasando estupendo.
ResponderEliminarEn esta ocasión la lengua de Marcial calla y habla el ciudadano prudente: "In medio virtus".
ResponderEliminarSabia decisión, Isabel.
ResponderEliminarSaber amar y ser apasionada con recato es muy difícil. Casi siempre se prefiere un extremo para mostrar y vanagloriarse y el otro para la intimidad.
Un fuerte abrazo.
Efectivamente, en el término medio está la virtud, pero ese es un terreno difícil de habitar.
ResponderEliminarQue sigas disfrutando de la gran Roma; nosotros aquí te esperamos. Un beso.
Me lo apunto. Debería haberlo sabido hace años...
ResponderEliminarNi frío ni caliente, todo templado para no sufrir. Es una opción, pero ¿eso es vivir?
ResponderEliminarTe seguimos esperando.
En el centro está la virtud.
ResponderEliminarPor favor: no hacer de esto una lectura política.
Un saludo.
Los extremos fatigan muchísimo.
ResponderEliminarSabias palabras que comparte. Ni muy dulce ni muy amargo.
Besos hasta Roma.
Sabiduría.
ResponderEliminarY muy difícil de lograrlo.
Besos, gracias, querida Isabel por tus palabras, mi madre va mucho mejor.
¡Ah, sigue disfrutando, asi vendrás más inspirada!
ResponderEliminarUna reflexión prudente.
ResponderEliminarBesitos
Sabias palabras, los extremos agotan.
ResponderEliminarBicos
Virtus in medius est...!
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues yo siempre espero que el amor me agote, aun con los efectos colaterales que aporte.
ResponderEliminarUn abrazo, Isabel. Disfruta de Roma... ¡Aysss, qué envidia!
Sabias palabras. El centro siempre es la mejor opción. Saludos.
ResponderEliminarEstar y no estar,querer y no querer,sabio hombre no compromete su palabra...Que me consuman lo extremos.
ResponderEliminarBesos guapa.
Supongo que el amor, que es ciego, no puede someterse a leyes tan inflexibles...
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
Grande, Marcial. Suscribo el comentario del querido Pedro Ojeda, anda que... de haberlo sabido, jajaja.
ResponderEliminarAhora, que digo, que del dicho al hecho, amigo mío... Basta con que desees la mesura y te llegue la copa rebosante de frenesí, bueno, también tiene su punto.
Un gran abrazo, disfruta Romana del alma, disfruta, qué maravillas estarán generando tu corazón y tu alma.
Tampoco nos pasemos!
ResponderEliminarQue la mediocridad al final, aburre.
Un ratito en los extremos tampoco está mál, no?
:P