Ayer se rompió por accidente tu caballito de madera y tus
ojos se llenaron de lágrimas. Me daba mucha pena tu dolor, tanto, que a punto
estuve de llorar contigo. ¡Los niños no deberían llorar nunca! Para que olvides tu juguete roto, he pedido a la diosa encargada de hacer crecer los frutos un
regalo para ti. Ella, diligente y generosa como es su costumbre, ha traído un
cesto lleno y te ha arrancado una sonrisa. Así te quiero, niño, dulce y alegre como
la fruta madura de la diosa Pomona.
*Niño con cesto de frutas. Museo Albano Laziale. Italia. La foto es mía.
Está
al alcance de todos la luna secuestrada. Se trata de una historia de intriga y
humor, que afecta al planeta entero, aunque la parte más importante de la
acción se desarrolla en Sax, mi pueblo. La portada es una foto del castillo. Es
una novela disparatada, que pueden disfrutar tanto los jóvenes como los adultos
En
este otro está Amazon España donde el precio va en euros (lo que
ocurre es que aquí, no sé por qué motivo, no se puede descargar el inicio, por
ese motivo he puesto el enlace anterior).
La
aplicación para descargarlo y LEERLO EN EL ORDENADOR, con windows, está
disponible gratuitamente AQUÍ
TOPE
SECRETO. EL SECUESTRO DE LA LUNA está disponible en todas las tiendas Amazon de
España, Francia, Alemania, EEUU y Gran Bretaña. Amazon dispone de
aplicaciones que pueden descargarse gratuitamente para otros dispositivos de
lectura de e-book: iPad, android, Windows (para el ordenador), etc. AQUÍ.
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alguno de vosotros lo lee y le gusta, por favor, haced vuestra valoración en
Amazon poniendo un comentario, eso ayuda mucho a la visibilidad del
libro.
Sé que es duro, pero el llanto madura.
ResponderEliminarBesos.
Así es, Isabel. Los niños no deben llorar nunca excepto para solicitar la atención que a veces se les niega.
ResponderEliminarSi su lloro es por un hecho como el que describes, se debe a un motivo importante: el amor que siente por un querido objeto.
Puede ser que un niño se curta con el dolor. Personalmente, creo que se debe curtir por medio del razonamiento y la sabiduría. El dolor es un sentimiento innecesario. Quienes no tienen más remedio que padecerlo no sienten, se desgranan y rompen con la desesperación.
Un fuerte abrazo, querida Isabel.
Ambos os comentários acima são tão definitivos que só me resta aplaudi-los e aplaudir tua figura querida e humana, simpatia à primeira vista, amiga Isabel.
ResponderEliminarLos dos comentarios anteriores son tan definitiva que sólo puedo aplaudir y aplaudir a su figura y simpatía humana querida, a primera vista, amiga Isabel.
Tal vez el atractivo de otro juguete le devuelva la sonrisa... ;)
ResponderEliminarP.D.:Tus dioses amiga querida siempre saben còmo complacer a un niño!!!
BESITOS FRUTALES
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ResponderEliminarHay juguetes que ningún otro puede sustituir y aunque estén rotos siguen siendo nuestros preferidos. Otro juguete... bueno puede arrancarnos una pequeña sonrisa,incluso podrá sustituir al anterior, pero...
ResponderEliminarBicos
Cuando Amazon me habilite la cuenta, lo cual sucedera en 48 hs. es decir para el miercoles dado que es fin de semana, podre dejar un comentario de la luna secuestrada, asi que mejor lo voy pensando y puliendo bien para cuando por fin me den voz y voto.
ResponderEliminarSí, pedro ojeda escudero, el llanto es una forma externa de expresar el dolor, la decepción, la rabia también. Eso son experiencias humanas de las que nadie puede librarse. Con todo, a las madres nos gustaría que esas experiencias nunca llegaran a hacer daño a nuestros polluelos. Besos.
ResponderEliminarSaludos, antonio campillo, a este niño lo he hecho llorar por la rotura de su juguete que, sin duda, es más que un caballito: se pone tanto amor en ellos que nos parecen seres vivos, una parte importante de nosotros mismos. Seguramente, como dices, el dolor sea innecesario, pero también me parece inevitable, puesto que nos es imposible controlar todo lo que ocurre a nuestro alrededor. En realidad, cuando escribí este post pensaba en los casi dos millones de niños españoles que viven por debajo del umbral de la pobreza, en las criaturas que sufren por enfermedades, por orfandad... ¡Son tantas las causas! Y qué importante es arrancarles una sonrisa. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarHola hesseherre, estás en lo cierto, ambos comentarios son acertados, cada uno aborda un aspecto de la cuestión. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarJa, ja, gabu, mis dioses son tan manejables como los de antaño... Besazos frutales.
ResponderEliminarSaludos, dilaida, muy cierto lo que dices, hay juguetes que no pueden ser reemplazados por otros. En cada uno de ellos hemos puesto algo nuestro... Un abrazo.
ResponderEliminarHola alejandra sotelo faderland, le alegro de que vayas a tener pronto cuenta en Amazon. Y más todavía que vayas a hablar de esa luna secuestrada que tantos quebraderos de cabeza da... Besazos enormes, querida amiga.
ResponderEliminarEl giro de la anécdota me ha recordado a los Reyes Magos: muchos de sus regalos no los pedíamos los niños.
ResponderEliminarUn beso.
Los niños son muy sabios. Un juguete no puede causar tal tristeza. Ellos despiertan de nuevo a la vida con cualquier otra cosa, que no tiene por qué ser un juguete. Puede ser un cuento, una aventura, algo compartido. Los juguetes son menos atractivos que eso. No vale la pena llorar. A no ser que no conozca otra cosa que los juguetes...
ResponderEliminarBesitos
P.D. Malos tiempos para leer blogs, pero encuentro este ratito que siempre es agradable contigo.
De las lágrimas se aprende, de los frutos de la vida también, ambos son inevitables.
ResponderEliminarBesito casi vacacional.
Con el llanto sale el dolor fuera de nosotros, mejor fuera que dentro, nos deshacemos de él. No deberíamos olvidar llorar con la facilidad que lo hace un niño.
ResponderEliminarNO me pierdo tu libro "El secuestro de la luna". Aunque soy torpe torpe con la tecnología, espero tenerlo pronto en mi e-reader. Un beso y enhorabuena.
Esos jueguetes rotos de los niños son como la muerte de la ilusión, una pequeña gran tragedia.
ResponderEliminarTendré que hacerme cuenta en amazon, madame, ya que no hay otro modo! :)
Feliz semana
Bisous
Felicidades por el amor y la belleza...!!!
ResponderEliminar...por tus libros publicados y tu vida entre diose@.
Un abrazo Isabel.
Y...cuando llegues a casa besos abrazos y fruta tambien!.-Me vino in mente un poema que se comienza muy parecido a esta entrada.Que enternece el llanto de un niño y, siempre que séa por una fustración.
ResponderEliminar-Me quedo por esta ventanita tienes un blog muy interesante.
Un abrazo.
Querida, qué deliciosos textos para endulzar/glosar los días. Haré cuanto esté em mi mano para dar a conocer tu novela, merece la pena, ya lo creo.
ResponderEliminarUn fuerte y gran abrazo
Hola, mª luisa arnaiz, sí, creo que cuando vemos a un niño desconsolado tratamos de tranquilizarlo y consolarlo ofreciéndole cosas que no ha pedido, o que no se le ha ocurrido pedir... Eso nos ayuda. Besos.
ResponderEliminarHola áfrica, gracias por pasarte por aquí pese a las dificultades. Muy cierto lo que dices. En este caso, son unas frutas lo que ayudan a distraer al niño de su pena. Besazos, guapa.
ResponderEliminarSaludos casi-vacacionales, natalí. A veces me da la impresión de que no aprendemos tanto de los golpes que nos da la vida. Incluso en algunas materios, creo que no aprendemos nunca... Léase escritor@s impenitentes como nosotras, ja, ja. Besazos, guapa.
ResponderEliminarHola, mar horno, cierto que las lágrimas y otras expresiones de dolor nos ayudan a sacarlo de dentro. Y desde luego nos alivia muchísimo. Gracias por tratar de hacerte con la luna secuestrada. Espero que te merezca la pena el esfuerzo. Un abrazo.
ResponderEliminarHola la dame masquée, su comentario me recuerda la famosa historia de la muñeca de Kafka. Sí, para los niños es una gran tragedia perder a su muñeco o cualquier otro jueguete favorito.
ResponderEliminarEspero que, si tiene la ocasión de hacerse con el secuestro de la luna, después de leerla piense que le ha merecido la pena. Beso su mano, madame.
Ja, ja, merce, sí es cierto que vivo entre dioses y diosas y también entre gente desafortunadamente endiosad@, que es mucho menos divertido y muy penoso. Gracias por tu visita, guapa. Besazos.
ResponderEliminarHola bertha, bienvenida, me alegra que te sientas cómoda y te quedes por aquí. Es un honor y un placer. Besazos.
ResponderEliminarHola maría antonia moreno, gracias por tus palabras siempre cálidas y, sobre todo, gracias por el afecto y el interés que te tomas siempre por todas mis cosas. Deduzco que el secuestro de la luna ha sido de tu agrado. Gracias por el apoyo que me puedas dar. Besazos.
ResponderEliminarSí, cierto: los niños no deberían llorar nunca.
ResponderEliminarQue nuestras lágrimas basten para ellos.
Besos.
Jamas deberían llorar,ni de hambre ,ni de frío ,ni de soledad,sentidas letras para quienes carecen hasta de los elemental.
ResponderEliminarBesos dama querida.
Lo bueno de los niños es que no saben mentir con sus gestos y, cuando les ves sonreir, ves esa felicidad tan contagiosa en su rostro.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Isabel
Querida Isabel,
ResponderEliminartu post me ha recordado que en el Museo de Cerámica del Marqués de Dos Aguas hay una estatua de la diosa Pomona, seguro que la conoces, con su cesto de fruta madura.
Aprovecho para mandarte un abrazo,
Elena Gallardo (con identidad cambiada)