domingo, julio 15, 2012
SUPRESIÓN DE LAS AYUDAS DE TRIGO
De Popilia a su neta Lucila. Salud.
Hace dos o tres días, querida niña, presencié un espectáculo bochornoso. En el Senado se discutía sobre la reducción a los pobres de la medida de trigo que se les entrega cada mes para impedir que ellos y sus familias mueran de hambre. Esa es una cuestión muy dolorosa, pues desde hace cientos de años se les entrega a quienes no encuentran otro modo de subsistir.
Mientras a través de las puertas abiertas del Senado se escuchaba ese debate, una dama notable dijo en voz alta un exabrupto contra la plebe. No repetiré sus palabras, porque no serían tolerables en boca de un carretero, conque imagínate en labios de una mujer. Yo estaba allí y la escuché, querida mía. Sentí una enorme vergüenza. Nunca una matrona romana había caído tan bajo.
Me acordé entonces de aquel Claudio a quien el Senado le había encomendado el mando de toda la flota romana. La dirigió de manera tan nefasta y desafortunada que cosechó una completa derrota. Lo peor fue la inmensa pérdida de vidas que ocasionó. Gran parte de nuestra mejor juventud se hundió con aquellas naves. Roma tardó mucho en recuperarse.
Y recordarás, porque te lo conté muchas veces cuando eras pequeña que, años más tarde, una hermana de aquel hombre, también llamada Claudia, iba una mañana por el foro en su litera, acompañada por sus esclavos. Había, como siempre, una gran multitud entre quienes se dirigían a las tiendas, quienes iban o venían de los templos o acudían a sus obligaciones. Era difícil abrirse paso entre la muchedumbre. Claudia, impaciente, sacó la cabeza por las cortinillas de su litera y, con gran desprecio, dijo en voz alta: “Ojalá el Senado le otorgara a mi hermano el mando de otra flota para que la hundiera, así desaparecería toda esta chusma”. Fue un gran escándalo y, desde luego, no se libró de ser juzgada.
Y ¿sabes lo que más me ha apenado ahora? Que, lejos de castigar con la dureza debida a esa dama que se ha atrevido a despreciar a sus conciudadanos más pobres y carentes de todos los privilegios de los que ella disfruta, muchos de los senadores encontraron disculpable su actitud e incluso la defendieron.
A esta ruina moral hemos llegado, querida mía. Por mucho que cacareen, ésta no es la Roma de nuestros antepasados ni los grandes hombres de épocas pasadas la aprobarían.
La plebe reducida a la miseria tiene más dignidad que esa señora.
Cuídate.
NOTA 1: El episodio de Claudio que llevó al desastre la flota romana y de su hermana es histórico. Como no tengo mi ordenador habitual, no puedo precisaros ahora el detalle de cuándo ocurrió, pero viene relatado por algunos autores clásicos. Por otra parte, la entrega gratuita o la venta a bajo precio del trigo para las familia más pobres fue una costumbre largamente practicada en Roma, y para su control y distribución se nombra a un magistrado. No es histórico, en cambio, el episodio principal que cuenta Popilia y que, como muchos habréis imaginado, trata de recrear lo ocurrido en España en el congreso de los diputados mientras se anunciaban brutales recortes a las prestaciones a los desempleados y la diputada Andrea Fabra gritó claramente "que se jodan". Suscribo las palabras de Popilia acerca de su dignidad.
NOTA 2:
Está al alcance de todos la luna secuestrada. Se trata de una historia de intriga y humor, que afecta al planeta entero, aunque la parte más importante de la acción se desarrolla en Sax, mi pueblo. La portada es una foto del castillo. Es una novela disparatada, que pueden disfrutar tanto los jóvenes como los adultos. Podéis acceder a ella pinchando en el enlace que hay en la barra de la derecha.
Supongo que ya conoces este tema, no?
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=BXyxhdFwLmY&feature=share
Yo creo que esto lo he vivido en algún momento y no creo ser tan viejo. ¿Lo habré soñado?
ResponderEliminarTalmente la Andrea Fabra romana. Nada nuevo bajo el sol.
ResponderEliminarBesos.
No hay nada nuevo bajo el Sol...la Historia se repite.Pero que a estas alturas no se tomen medidas por lo menos que se le reproche esta conducta y más siendo la hija de quien es...un imputado.-la ví en Informe Semanal y ya lo dijo de entrada y muy sonriente que ella no iba a dimitir si eso era lo que se estaba esperando y que fué un pronto, porque ella de normal no dices esos improperios...
ResponderEliminarLo que me indigna es que toda la gente que estaba escuchando sus escusas nadie le afeó su conducta pero es que nadie...
Un abrazo Isabel.
Es tan actual el caso que no he podido sustraerme de la tentación de compartirlo en mi Facebook haciendo la referencia de tí, autora admirada y querida
ResponderEliminarNuestra respuesta (la de los ciudadanos dignos) es unánime y circula por la red. Y, aunque no soy una mujer que diga palabras malsonantes, "que se j Andrea Fabra"
ResponderEliminarMe gusta mucho esta comparación que haces a través del tiempo, y, esta claro, que las opiniones miserables se repiten, porque lo que cambia con las épocas, más que nada, es el ropaje, la vileza permanece.
ResponderEliminarAbrazos
Nada más alejado de la realidad,verdad???
ResponderEliminarCuando el estado desampara a los que más necesitan un país entero puede quedar a la deriva...
P.D.:Me resulta tan triste comprobar que con el paso del tiempo tan poco y nada ha cambiado... :(
BESITOS DE CARIÑO AMIGA (a pesar de todo)
Aquí el trigo se lo están zampando entre cuatro. Cuatro que además tienen trigo de sobra en las despensas. Pero qué más les da? Que se jodan los pobres! Hay que salvar no sé qué historia de mercado, prima, finanzas...
ResponderEliminarA todos esos los metía yo en un barco con Claudio al timón. Se iría a pique pronto con tanto cargamento.
Gñé.
Yo también suscribo las palabras de Popilia.
Un beso
Estimada señora Popilia:
ResponderEliminar¿Cómo hemos de consentir estos desmanes y esta humillación al espíritu y a las buenas costumbres que hemos recibido de mano de nuestros ancianos y antepasados? No quiera Ceres permitir que nadie quede sin su trigo, ni quiera permitir un exabrupto contra los que lo necesitan y a ella rinden culto y agradecimiento.
Si estas son las palabras que hemos de escuchar desde el Senado y que nuestros magistrados van a aplicar como ley, entonces todos, los que necesitan el trigo y los que aún lo tienen pero lo verán mermado y suprimido en el futuro tendremos que invocar la ayuda de nuestra amada Minerva para recordarles la dignidad de la plebe.
Recibe mis respetos, como también para tu encantadora nieta, Lucila.
Ríndele también mis respetos a tu amiga, la que gusta tanto de las tablillas de cera, la honorable Isabel Romana.
Olá Isabel...
ResponderEliminarAprecio deveras teu blog. Sou fascinado pelo Império Romano, e sempre aprendo com os textos que você publica. Já vivi na Espanha, acompanho o noticiário espanhol, e notei a fina ironia que suas palavras exalam, em relação à infeliz e desgraçada deputada Fabra. Excelente texto.
Uma pergunta: o episódio em que você se refere a CLAUDIO, trata-se do Imperador Claudius (10 aC - 54 dC)??? Gostaria de saber mais detalhes.
Muchas gracias, y saludos desde BRASIL...
Hasta aquí, en este lado del mundo (pródigo en espectáculos bochornosos y diarios) se escuchó el exabrupto de la diputada de marras. Suscribo a las palabras de Popilia acerca de la dignidad, ojalá fueran un grito para todos nuestros contemporáneos. Muchas Gracias Querida Isabel, mi abrazo Amiga.
ResponderEliminarHas puesto en práctica ese tópico, a veces mal entendido y peor practicado, de que la Historia sirve para comprender el presente. Retrotrayéndote al pasado nos narras los hechos dle preesente sin olvidar a nuestra "querida" diputada Fabra que más le valiese dimitir de su cargo y devolver el dinero obtenido en un puesto conseguido gracias al nepotismo.
ResponderEliminarUn besito y espero que estés pasando un feliz verano
Saludos, virgi, unjubilado y mª luisa arnaiz, gracias por vuestras visitas y comentarios. Ando con el pc malito y, por tanto, trabajando de prestado. La situación ha sido muy bochornosa, desde luego. Besazos.
ResponderEliminarHola bertha, tu indignación es compartida. Es una gran vergüenza que tengamos tal clase política. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por compartirlo, diana laura, en estos tiempos necesitamos difundir todo lo posible las denuncias contra comportamientos tan indignos como éste. Besos.
Hola mariajesúsparadela, yo también he firmado para pedir la dimisión de esa diputada. Como suele decirse, de tal palo, tal astilla. Y desde luego el palo del padre lo conocemos aquí muy bien. Besos.
Hola isabel, para quienes se hayan interesado por esta historia de Claudia, te diré que se sitúa en el siglo III a.C., en el contexto de la primera guerra púnica. La actual, ya sabes, es de la semana pasada. Y mucho me temo que la línea que une a una y otra "damas" no se haya interrumpido a través de los siglos. Besos.
ResponderEliminarHola gabu, nada ha cambiado, como dices, al menos en lo referido a la avaricia, la ambición y la falta de humanidad de los altos respecto de los bajos. Un besazo.
Hola áfrica, y buen banquete se están dando a costa de los que nada tienen. Abomino de esa humanidad. Besos, querida amiga.
Y yo suscribo tus palabras, elena clásica, llenas de sabiduría y lucidez. Me temo, sin embargo, que hoy ni siquiera nuestras amadas diosas nos ayuden. ¡Ay, quién tuviera de nuevo una Silana que nos protegiera de los abusos! Puesto que no tenemos divinidades a las que encomendarnos, el ser humano habrá de actuar para impedir el desastre. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarHola tivervs clavdivs caesar avgustus germanicvs, muchas gracias por tu visita y por tu amabilidad. Celebro que disfrutes de estos textos que están escritos con el corazón. Respecto a tu pregunta, te explico que el emperador Claudio formaba parte de esa familia, poderosísima prácticamente desde la fundación de Roma. Sin embargo, el episodio al que me refiero ocurrió en el siglo III a.C. cuando la primera guerra púnica. Esta Claudia y su hermano (el que hundió la flota) fueron hijos del famosos Apio Claudio el Ciego a quien se recuerda, entre otras cosas, porque urbanizó por primera vez una vía romana, la famosa Via Apia, que lleva su nombre. Un abrazo.
Tienes toda la razón Isabel, la plebe reducida a la miseria tiene mucha más dignidad que ella.Ella con esas palabras me parece que ha demostrado que tiene muy mal corazón y malos sentimientos, y eso es muy lamentable. Un abrazo muy fuerte Isabel.
ResponderEliminarUna dama!, una dama! , ¿una dama?
ResponderEliminarpero de joven , ¿no ejercia en el lupanar de Victor y Africanus?.
Acabo de firmar pidiéndo su dimisión,(la de Andrea Fabra, claro!) a través del facebook.Si queréis y os animáis ya sabéis:"Change.org"
ResponderEliminarBesos,Isabel.
Hola yolanda, desde luego que ha demostrado tener un corazón de acero y no, desde luego, en el sentido positivo, sino en el de duro, frío e impenetrable. Gracias por dejar noticia del punto donde se recogen firmas para su dimisión. Un abrazo.
ResponderEliminarHola dapazzi, ja, ja, yo no suelo frecuentar esos lugares, no he tenido la ocasión de verla allí...Pero por sus modales, no me extrañaría nada. Besitos.
Si con la caída de Roma hubiera terminado la Historia, no sería necesario la repetición de tantas infamias (teniendo en cuenta, además, que sus grandezas pocas veces se han repetido).
ResponderEliminar¡Genial, Isabel!
Tus textos siempre tan llenos de historia y belleza.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo, querida amiga, lo que me pregunto es el por qué la historia no deja de repetirse en sus peores facetas. ¿Tan complicado sería repetir y mantener lo bueno?.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Ya sé que he comentado y, casi casi, me voy a repetir. Tengo un sobrino de 41 años en las últimas fases de ELA. Todos los martes y sábados voy a leerle. Entre los libros que le estoy leyendo está la "Historia menor de los griegos", de Olalla, en Acantilado (mur recomendable).
ResponderEliminarEl otro día me comentaba, ¿te das cuentas de que los momentos brillantes, humanos y libres de la Historia son unos pocos años, entre siglos de ignominia?
La repetición de la maldad sigue con los mismos parámetros.
A los peperos habría que decirles un proverbio chino: "Si quieres salir del pozo, deja de cavar".