Esto dice el poeta Ovidio al marido de su amada Corina:
Necio, si tú no crees necesario vigilar a tu mujer, por lo
menos hazlo por mí: vigílala para que yo la quiera más. Lo permitido resulta
aburrido; lo no permitido abrasa con mayor fuerza (…)
(…) No siento ningún amor por aquello que nunca me fastidia.
La astuta Corina se había dado cuenta de tal debilidad mía y había aprendido la
taimada el medio para conquistarme. ¡Ah! ¡Cuántas veces pretextó, sin
sentirlos, dolores de cabeza y ordenó que, sumido en la duda y retardando mis
pasos, me marchara! ¡Ah!, ¡cuántas veces
fingió haberme sido infiel y en la medida en que podía, siendo inocente, ofreció
la estampa de ser culpable! Así, tras haberme atormentado y encandilado la
tibia hoguera, otra vez era afable y condescendiente a mis deseos. ¡Qué caricias
me prodigaba, qué palabras tan dulces!, ¡cuántos besos me daba y de qué manera,
oh dioses supremos!
OVIDIO.- El arte de amar.
Traducción de Cristóbal Vicente López
*Relieve de un sarcófago romano. Museos Vaticanos. Roma. Foto:
Isabel Barceló
NOTA: Os dejo el enlace de un minivídeo, realizado por ValenArts, de las I Jornadas de
Literatura Histórica en Valencia, en las que participé.
Curioso, lo mucho que se ha escrito y practicado sobre este "arte de amar".
ResponderEliminarAbrazos
Ay, esos dolores de cabeza tan oportunos!! Y eso de... quiero lo que no tengo, me aburro de lo que tengo... ;)
ResponderEliminarLas jornadas tuvieron que ser realmente interesantes, Isabel.
Un abrazo, querida.
Me ha alegrado mucho verte tan bien en este vídeo.
ResponderEliminarEn cuanto a la entrada, no deja de hacerme gracia cómo sigue todo desde entonces.
Y mira que me parece que descubrí tarde estos aspectos del amor. En fin, callaré por no llorar. Bss.
Bueno el vídeo.
ResponderEliminarCon la entrda me haces sonreir.
Este arte aun se sigue practicando jajaja...ummm:)
ResponderEliminarQue jornada tan interesante y estas estupenda Isabel.
Un abrazo preciosa.
Juegos de seducción.
ResponderEliminarCuanto más alta y más inaccesible se encuentra la fruta madura, mayor es el deseo de arrancarla de su rama.
Un saludo.
Magnífica reseña de las letras del irónico y ácido Ovidio. Todo un personaje. ¿Y, Corina? Creo que era más astuta que el poeta romano. Un clip con una BSO de H.Zimmer hermosa para un recinto de lujo. Un abrazo
ResponderEliminarlo inaccesible es más deseable.
ResponderEliminarTan actual como comer... Toda una declaración de amor, Isabel, de la mano del gran Ovidio. El video muy bueno. Un abrazo.
ResponderEliminarJajaja... pobre Ovidio, que buena opinión tenía de su Corina.
ResponderEliminarUn vídeo estupendo Isabel.
Bicos
Está claro que este hombre nunca le habría comprado aspirinas a su amada, jajaja! Le iba que le diera caña.
ResponderEliminarY es que hace falta una pizquita de no sé yo para todo.
Muy buena pinta tienen esas jornadas. Y tú allí, claro.
Un beso
Que bueno que hayas participado en estas jornadas, y que hayas disfrutado de ellas. felicitaciones, y bueno, Ovidio si le duele a el la cabeza que se tome un migral (ergotamina, un pariente del LSD)
ResponderEliminarEl amor, ¿qué sería de este mundo sin amor? Al pobre Ovidio le tocó sufrir esos dolores de cabeza de su amada, que hoy siguen vigentes.
ResponderEliminarUn beso
Salud y República
Creo que es pura actitud de dominación la que sale de la pluma de Ovidio todavía jaleada en las culturas y sociedades machistas.
ResponderEliminar¿Cómo luchar contra ella? Así nunca llegamos a dar dignidad a la mujer.
Besos.
¡Y parece ser que funciona!
ResponderEliminarVale, Isabel.
Hoola amiga Isabel, buen viaje tuviste a Roma, me alegra.
ResponderEliminarLos dimes y diretes de Ovidio o los de Catulo con Lesbia, se asemejan a llantos de plañidera masculina, siempre el mismo quejido como flamenco y jondo, lobitos en celo aullando a la luna llena, lo admito, sublimes.
!Hombres!
Ellas tampoco eran mancas, la tópica típica feminidad para azuzar poemas y poetas. Ayyy, las hay y los hay hoy en día, lo saben los dioses verdaderos.
Magnífico vídeo, te he visto gozosa, no me extraña, algo se mueve en Valencia y lo clásico no muere !Ave!ánimos, me alegro por la parte que también me toca.
!Salve! a la espera de nuevas maravillas de tu inventiva. Besito.
Hola Isabel! Me ha gustado mucho el video sobre la novela histórica.Gracias por compartirlo, al igual que el hermoso relato.Desgraciadamente frente al machismo, la mujer se las tiene que ingeniar como mejor puede.Siempre luchando contra él.Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarLos vaivenes del amor, las argucias eternas.
ResponderEliminarBesos besos
Está bien esto que has puesto. Me permito adjuntarte algo que yo puse en su día:
ResponderEliminarmartes, 6 de diciembre de 2011
Candueles el tonto
El lydio Creso fue el primero que atacó y sometió a diversos pueblos griegos -a decir de Heródoto- gobernando las tierras al oeste del río Halys, que va de sur a norte antes de desembocar en el mar Negro (ponto Euxino). Hizo a dichos pueblos griegos sus tributarios, conquistó a los jonios, a los eolios y a los dorios, puebos de Asia Menor, haciéndose aliado de los lacedemonios. Antes del reinado de Creso los pueblos griegos eran libres e independientes, pues la invasión de los cimmerios en Jonia no fue sino una correría "de puro pillaje", dice Heródoto.
El reino de los heráclidas pasó a ser gobernado por Creso de Lydia, que era descendiente de los mérmnadas, siendo Candaules el último rey de la familia de los heráclidas que reinó en Sardes después de quinientos años. Este Candueles perdió la corona por un capricho. Enamorado de su esposa, que creía la mujer más hermosa del mundo, tomó una decisión absurda. A uno de sus colabores, Gyges, a quien solía confiar muchos temas de Estado, le habló de la belleza de su mujer, no pasando mucho tiempo sin volverle a hablar de ello. Pero viendo que Gyges no se asombraba de las excelencia que decía de su mujer, le dijo que se la enseñaría "tal como Dios la hizo". Gyges se extrañó y le dijo que no hacía falta, pues él daba crédito a lo que su rey le decía sin necesidad de ver desnuda a su soberana. Pero Candueles insistió diciéndole que no debía temer nada, pues tanto él dispondría las cosas convenientemente como discreta era su esposa.
Tú te esconderás en nuestra alcoba -dice Candueles- y cuando mi mujer venga a ascostarse conmigo irá despojándose de sus vestidos, de forma que así podrás verla desnuda y, en la oscuridad, podrás irte sin ser visto. Todo esto se hizo así menos una cosa: que cuando Gyges iba a abandonar el cuarto, la esposa de Candueles se dio cuenta, pero nada dijo, por lo que sabía que había sido vista desnuda. Aquí dice Heródoto que tanto entre los lydios como entre los demás bárbaros, es tan deshonroso ver a un hombre desnudo como a una mujer.
A la mañana siguiente la reina mandó llamar a Gyges, lo que a este no extrañó, pues lo había hecho en otras ocasiones. La reina le dijo que debía escoger entre estas dos cosas: o daba muerte a Candueles por haber tenido la ocurrencia de mostrarla desnuda, o bien él debía morir, pues había obedecido al rey contra el pudor debido a ella. Si elegía lo primero la reina se convertiría en su eposa, con lo que Gyges pasaría a ser rey. Este dudó y rogó a la reina que no le hiciese pasar por ninguno de los dos trances, pero ella insistió y a la postre Gyges eligió dar muerte al rey. La misma reina le condujo a la habitación donde la había visto desnuda, le dio la daga con la que debía cometer el crimen y, cuando Candueles dormía, Gyges se abalanzó sobre él dándole muerte, convirtiéndose entonces en rey y esposo de la reina. Añade Heródodo que esto lo puso luego en sus versos Jambos trímetros el poeta Achilocho Pario.
Luego Gyges fue confirmado por el oráculo de Delfos, pero los partidarios de Candueles se rebelaron, a lo que el nuevo rey tuvo que hacer frente. La pytia dijo no obstante que Gyges debía de ser sey, pero que los heráclidas quedaban en el derecho de recuperar el trono para uno de los suyos a la quinta generación de la dinastía de Gyges, lo que se cumplió. Y así Creso aparece en la historia.
Taimada, tan viejo como el inicio de la humanidad, que empezó con el arte de amar.
ResponderEliminarOvidio en llamas, qué necesario es escuchar su apasionada voz frecuentemente, qué delirantes amores involucrando también al marido. Cuánto dolor tenía que experimentar Ovidio y qué éxtasis al verse librado de él por las caricias de Corina, Corina la taimada, hechicera de amores. ¡Qué actual sigue siendo "El arte de amar". Qué maravilla.
ResponderEliminarCuánto me ha gustado verte en la jornadas de literatura histórica, qué guapa estás, qué sonrisa, qué mirada. Si Ovidio te contemplara, yo no sé...
Un abrazo, querida amiga.
Amores prohibidos o torturados, siempre intensos y quizás fácilmente consumibles por su propio fuego interior.
ResponderEliminarAh, perfida Corina, siempre haciendo sufrir a nuestro querido Ovidio, que era tan bueno como un trozo de pan...
ResponderEliminarJe,je,je...
Menudo pajaro nuestro Ovidio... Sabia latin, el puñetero...
Un abrazo, amiga
Veo que ya en el mundo romano las excusa del dolor de cabeza daba los resultados apetecidos a la mujer. Y es que el legado del mundo clásico es más abundante en nuestro mundo de lo que creemos.
ResponderEliminarSaludos
Hola isabel, sí es curioso. Y es que los asuntos amatorios han interesado desde muy pronto a la humanidad. Besitos.
ResponderEliminarHola mª antonia moreno, sí, la cabeza (y sus dolores)suelen rendirnos un buen papel. Ja, ja. Las jornadas fueron un éxito y la verdad es que disfrutamos muchísimo. Besazos.
Hola mariajesusparadela, si es que esas cosas se transmiten aunque no queramos... Besotes.
Hola ejemota, ya dice el refrán que más vale tarde que nunca... Ja, ja. Besazos.
Hola bertha, gracias por verme bien... Y en cuanto a los dolores de cabeza, ya veremos qué responde Corina. Besitos.
ResponderEliminarSí, cayetano, parece que hay una tendencia a lo imposible...¿No había una fábula sobre el tema? Besos.
Hola j.c.alonso, también yo tengo la impresión de que Corina era bastante aguda. Y le daría buena réplica. Besos.
Hola jordim, sí, hay un impulso nuestro a desear lo que no podemos tener. Insatisfacción humana. Saludos cordiales.
Hola paco hidalgo, resulta divertido ver a Ovidio relatando tópicos... Besitos.
ResponderEliminarCierto, dilaida, Ovidio pensando en que su Corina era inocente... Ja, ja. Besitos.
Hola áfrica, Ovidio se engañaba porque quería, si es que se engañaba y no era todo un juego. Besazos, guapa.
Hola alyx faderland, fueron unas jornadas estupendas, con muchos autores, muchísimo público y muy buen rollo. Para repetir al año próximo y al siguiente, y al siguiente... Besazos.
Hola rgalmazán, desde luego sin amor, o mejor aún, sin sexo este mundo se habría librado de los depredadores humanos... Ja, ja. Besazos.
ResponderEliminarSaludos, maria luisa arnanz, desde luego Ovidio pretende dar lecciones a todo el mundo. Sin duda su pensamiento no será muy diferente del imperante en el momento, pero sí fue de algún modo transgresor, puesto que le valió el destierro. La lucha por la dignidad de las mujeres es un proceso (demasiado largo, desde luego, pero un proceso) y no podemos borrar los antecedentes. Besazos.
Hola dyhego, seguramente a las mujeres les ha resultado más fácil poner una excusa que tener que explicar otras cosas. Es humano. Besos.
Hola natalia tarraco. Me acordé mucho de tí en las jornadas, estuvieron muy bien, con mucho público y un ambiente estupendo. Abarcaban todas las épocas y las clasificaciones de la novela histórica. Creo que hubieras disfrutado. Besazos.
Hola yolanda carrasco, gracias por tus palabras. En cuanto al machismo, sigue viento en popa... Besazos.
ResponderEliminarHola virgi, así es, una tensión amorosa contínua... Besos.
Hola l. de guereñu polán, muy interesante la historia que cuenta Herodoto. Es otro tópico el hecho de que los hombres no puedan tener a las mujeres sin hacer pública su conquista o su suerte. Y más de una vez les cuesta la vida. Saludos cordiales.
Hola dapazzi, si no sintiéramos la llama del erotismo no estaríamos hablando, no. Besazos.
Ja, ja, elena clásica, mucho me temo que a Ovidio le gustaran las mujeres jóvenes, y no las maduritas como yo. Con todo, no dejaría de ser un reto. Ay... Besitos.
ResponderEliminarHola pepe cahiers, estos de Ovidio son más bien amoríos superficiales, puro juego y seducción. Eros. Saludos cordiales.
Hola carmenBéjar, yo creo que a los romanos ya les venía de antes esa tradición, seguramente desde que las mujeres tenían cabeza. Ja, ja. Besazos.
Ja, ja, antiqva, ya lo creo que sabía latín. Pero algo le falló en sus conocimientos, pues hubo de acabar sus días en el destierro. Besos.