Sí, recuerdo muy bien cómo era cuando nació. La criatura más
preciosa que he visto nunca. Los rasgos de la cara finos, el color de la piel
rosado y unos labios perfectos, como si
los hubiera pintado el propio Apeles. Y una rareza, pues tenía el cabello
oscuro y en abundancia, suave como el plumón de las ocas. ¡Lloró con mucha
fuerza, y su madre rió al escucharla tan viva…!
En mis brazos acuné a la recién
nacida Agripina, hermosa y tierna como los amorcillos que rodean a Venus. Cuando
se la entregué a su madre, buscó con fuerza ciega su pezón, ávida de recibir
alimento, y se agarraba a él con tanta fuerza como a la vida. Tan pequeña y tan
determinada a obtener lo que quería.
Dicen, aunque yo esto no lo sé con certeza, que una adivina
le predijo, años más tarde, que si su hijo llegaba a reinar, la mataría. “¡Que
me mate, con tal de que reine!” respondió ella. Ay, mi pequeña Agripina, mi
niña de cabello suave como el plumón de las ocas, ojala no hubieras crecido
nunca o no hubieras tenido descendencia. La ambición de una madre también puede
ser errada: tan fácil es para algunos arrebatar la vida…
*Busto retrato de Agripina la Menor. Museo Massimo alle Terme. Roma. Foto: Isabel Barceló
NOTA: El 6 de noviembre del año 15 d.C. nació Agripina la
menor, que llegaría a ser la matrona más prestigiosa de Roma: biznieta de
Augusto y de Marco Antonio, hija de Agripina la Mayor y Germánico, hermana del
emperador Calígula, esposa del emperador Claudio y madre del emperador Nerón.
Este último le quitó la vida.
¿Qué madre puede pensar que una criatura recién nacida y tan desvalida puede albergar algún día tanta maldad?
ResponderEliminarUn saludo.
Algún día no deleitarás con los pasos que dio su hijo para matarla.
ResponderEliminarBesos.
Es una historia fascinante la de esta mujer. Lo has explicado muy bien. Gracias.
ResponderEliminarLo narras tan dulcemente, que me olvido de lo sanguinario.
ResponderEliminarBesos, querida Isabel.
Isabel:
ResponderEliminarSupongo que una madre nunca espararía eso de un hijo...
Vale.
La ambición ciega los buenos instintos.Nerón: el que incendió Roma, el que se mando contruir la mayor mansión ,el que fué discípulo de Séneca.que a su vez tambien se suicidó.A mí parecer esta locura colectiva.Puede dar pie a la famosa frase" con quien te ví te comparé..."
ResponderEliminarTriste final poverella...
Un abrazo Isabel.
Quizás cuando la espada del legionario le atravesó el vientre, Agripina también rememorara lo dulce, inocente y hermoso que era Nerón el día de su nacimiento
ResponderEliminarComo dicen por ahí, creo que una madre no puede imaginar ni por un momento que ese hijo adorado será capaz de algo semejante.
ResponderEliminarPero fíjate, pasa...incluso hoy.
Un beso
Una interesante historia la de Agripina. Pero yo me pregunto ¿no sería ella la que cultivó con mucho afán ese campo y lo que recibió de su hijo no fue más que alguno de sus frutos?
ResponderEliminarBicos
Seguro que hoy en día mas de una madre se lamenta de que su descendencia haya crecido.
ResponderEliminarHay muchas maneras de arrebatar la vida, y si, son fáciles, más incluso que hundir una espada en el vientre.
Basta para ello el mal uso del poder, de la palabra o de la tinta de un bolígrafo.
Un beso Isabel.
Aunque ando liado con exámenes, siempre me doy una vuelta por aqui.
Yo también soy una amante de la historia clásica, sobre todo, de Roma y Grecia. Me gusta la poesía de Safo de Lesbos y por ese y otros motivos, soy tu seguidora 685.
ResponderEliminarHe disfrutado con el nacimiento de Agripina como si fuera de mi propia hija. Y, sí, ¡pobrecilla! ¡Ojalá nunca hubiera crecido!
Saludos, Ann@
PD. Te invito a mi blog, y si se tercia, te quedes: sería un placer. Gracias
http://annagenoves2012.blogspot.com.es/2012/11/frikis.html
¿Cómo saberlo? Los Hados, Destino, Fortuna...hasta Agripina fue una niña deliciosa, sucede.
ResponderEliminarBesito de regreso.
Las predicciones pueden más en un alma supersticiosa que todos los amores de madre juntos.
ResponderEliminarUn beso
Madame, todo un personaje cumple años hoy. Pero creo que no iré a su fiesta de cumpleaños, por lo que pudiera pasar!
ResponderEliminarBuenas noches
bisous
Pues la historia está llena de ejemplos en los que los hijos traicional a sus madres, y también de madres que abandonan o maltratan a sus hijos. Veamos a esta mujer en su tiempo y su ambiente aristocrático y corrupto. Un saludo.
ResponderEliminarQue tremenda y fascinante la historia de esta mujer...siempre compartiendo belleza Isabel.
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola a tod@s, gracias por vuestros comentarios. Agripina la menor es, para mí, uno de los personajes más fascinantes de su época, con muchas luces y sombras. Cierto que no debió ser un ejemplo de virtudes, pero estaba también rodeada de mucha maldad y peligros. En cualquier caso, lo que no mereció nunca fue recibir la muerte por orden de su hijo.
ResponderEliminarSí, maria luisa arnaiz, tengo escrita la muerte de Agripina, pero en un libro inédito, así que, de momento, no la colgaré aquí. Besazos.
Pues ese libro inédito nos ha de remover las entrañas. Una historia terrible, sobre todo cuando la contemplamos desde la perspectiva que nos ofreces.
ResponderEliminarComo dicen todos los amigos en sus comentarios, ¿quién había de pensar que un comentario hecho tan superficialmente había de convertirse en una tragedia que marcaría la historia?
Un abrazo, querida amiga.
Qué triste.
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