domingo, abril 14, 2013

NO TE PESE ENTREGARTE AL AMOR



Esto dice el poeta Goethe:




“¡No te pese, querida, habérteme entregado tan pronto!

Créeme, no pienso nada sucio, no pienso nada bajo de ti.

Surten efectos varios las flechas del Amor: algunas rasgan

y con su oculto veneno enferma el corazón durante años.

Pero otras, de más fuertes plumas, con puntas recién afiladas,

penetran hasta la médula, y pronto inflaman la sangre.

En los tiempos heroicos, cuando amaban los dioses y diosas,

seguía a la mirada el deseo, y al deseo el placer.

(…)

Rea Silvia, la principesca doncella, al Tíber

va bajando a por agua, y el dios se apodera de ella.

¡Así engendró Marte sus hijos! – Amamantó a los gemelos

una loba, y Roma se llama princesa del mundo.”




J.W. GOETHE.- “Elegías romanas”.- Versión española de Jesús Munárriz.

El poeta se refiere, sin duda a Faustina, que fue su amante durante su estancia romana. La referencia anterior, ese veneno que enferma el corazón durante años puede referirse a una mujer de la que estuvo enamorado muchos años y con la cual, por ese juego cruel de las seducciones, nunca llegó a nada. ¡Celebremos también su recuerdo a Rea Silvia y a sus hijos gemelos!


*”Ariadna”, copia del original romano. Academia de San Fernando. Foto: Rafa Lillo.


28 comentarios:

  1. Jjejeje Este chico sabía decir las cosas, desde luego. Y tú también, Isabel: ese "juego cruel de las seducciones" es muy descrptivo.
    Abrazos

    ResponderEliminar
  2. Por eso le daba al amor un sentido poético y bello ya que él era la primera victima de un amor frustrado.

    Feliz domingo Isabel.

    ResponderEliminar
  3. Faustina no se sabe a ciencia cierta quien era, pero su amor de muchos años y entonces, Goethe salió en su viaje a Italia sin deci nada a nadie en Weimar, Charlotte Stein, era una mujer casada. Ese amor siempre se quedó en las cartas y en las conversaciones.

    ResponderEliminar
  4. Rea Silvia aludida por el gran Goethe, qué más se puede pedir...
    El amor, lo mejor de esta vida, querida Isabel, las mieles más dulces.
    Un grandísimo abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Una vision tedesca.la prediero más divina.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  6. No me ha gustado nada lo que vierte el yo poético en los dos primeros versos. Comprendo la época pero esa superioridad del macho no pasa desapercibida.

    ResponderEliminar
  7. Ayyy ese amor... Faustina palidecía de amor y el expresa muy bien sus sentimientos.
    Un fuerte abrazo, Isabel.

    ResponderEliminar
  8. yolanda carrasco1:19 p. m.

    Precioso, Isabel.Un abrazo muy fuerte.

    ResponderEliminar
  9. Isabel:
    Celebremos.
    Vale.

    ResponderEliminar
  10. Estos antiguos dioses!...siempre seduciendo a doncellas terrestres para engendrar descendencia!
    =)

    ResponderEliminar
  11. Por mí, que viva el amor!
    Oye...siempre que haya consenso entre las partes...
    :D


    Un beso

    ResponderEliminar
  12. Hola xibeliuss jar, Goethe quedó profundamente enamorado de Roma. Allí fue feliz... Besos.

    ResponderEliminar
  13. Hola bertha, desde luego en Roma descubrió el amor carnal, y eso que era ya un hombre talludito. Pero sí, se sedujeron mutuamente y, que se sepa, no se arrepintieron nunca de esos amores. Besazos.

    ResponderEliminar
  14. Así es, esperetusa. De Faustina se sabe que era hija del propietario de la ostería de la Campana, muy conocida en Roma, que estaba en la plaza Montanara, hoy desparecida, delante del teatro de Marcelo. Era una viuda con un hijo pequeño. Creo que los dos disfrutaron de su amor. Besotes.

    ResponderEliminar
  15. Hola isabel martínez barquero, ya ves que hasta a los alemanes sedujiste... La verdad es que los alemanes han sido amantísimos de Roma. Y no hay nada como el amor, desde luego, para hacer a una ciudad aún más fascinante. Besos.

    ResponderEliminar
  16. Hola dapazzi, comprendo lo que dices, pero, con todo, Goethe está vinculado a Roma de una manera muy especial, muy profunda también. Lo conmovió hasta lo más hondo. Besos.

    ResponderEliminar
  17. Cierto maria luisa arnanz que la superioridad masculina está presente como paisaje mental de la época; sin embargo el poeta declara no dejarse llevar de esos prejuicios. Al menos asíi lo veo yo. Besazos.

    ResponderEliminar
  18. Hola Paco Hidalgo, según el propio poeta, fue ella la que llamó su atención mientras él, con un grupo de amigos, tomaban vino en la osteria del padre de Faustina. Goethe el seducido... Besazos.

    ResponderEliminar
  19. Hola yolanda carrasco, me alegro de que te haya gustado esta referencia a nuestra Rea Silvia. Besos.

    ResponderEliminar
  20. Celebremos, Dhyego, el amor, la primavera, la poesía y, sobre todo, que estamos vivos y podemos contarlo. Besos.

    ResponderEliminar
  21. Hola neogéminis, los dioses antiguos sí. Y el dios de los judíos, pues también hizo concebir a una virgen... Besazos.

    ResponderEliminar
  22. Ja, ja, áfrica, el consenso es condición necesaria para el amor. ¡En eso estamos de acuerdo! Besazos, guapa.

    ResponderEliminar
  23. Hola Isabel, esta entrada en particular hoy me ha acertado, como un pivote ballestero. La vida será igual de complicada dentro de 1000 años. Un cordial saludo

    ResponderEliminar
  24. Me declaro totalmente entregada a los juegos de Venus y no me pesa nada de nada...
    Un beso

    ResponderEliminar
  25. Querida Isabel, así como el gran Rafael había tenido como Musa a su Fornarina, así también el gran Goethe tuvo a su mesonera. Ya lo dejó dicho el "tedesco": " Sólo en Roma puede uno educarse a sí mismo para Roma".
    Mil biquiños, cara.

    ResponderEliminar
  26. Hola blas malo poyatos, el amor y el deseo, aunque con diversas manifestaciones, atraviesan los siglos... Besos.

    ResponderEliminar
  27. Ja, ja, carmen gascón, es que no hay juego más entretenido ni más placentero. Besazos.

    ResponderEliminar
  28. Gracias por ponernos esa frase tan bonita de Goehte, profedegriego. Y nosotras necesitamos Roma para seguir educándonos en Roma, ¿no crees? Besazos.

    ResponderEliminar