Al atardecer se encendieron hogueras al borde de los caminos y a su calor acudieron hombres y mujeres jóvenes. Pronto brotó la música de las flautas y las jóvenes empezaron a danzar en torno al fuego, y a reír, y a gastar bromas. Las personas maduras llegaron enseguida, llevando a sus hijos pequeños y abundante comida y vino, mucho vino puro para mezclarlo con agua, y vino cocido para que también las mujeres pudieran disfrutar moderadamente de las dulzuras de la bebida. Y al poco se sumaron hombres y mujeres de mayor edad, todos aquellos que se encontraban con fuerzas para salir de sus casas.
Un caminante que apretaba el paso para llegar al poblado antes de que cerrara la noche, los encontró y fue invitado a unirse a la fiesta. Aceptó gustoso.
- ¿Puedo saber qué celebráis? – preguntó cuando ya, sentado en el suelo, devoraba un trozo de carne.
- ¿No te has enterado todavía? – le respondió un joven a su lado, mirándolo con asombro –. ¿No sabes que el hijo de la diosa Venus, el poderoso Cupido, ha recibido una herida y está gravemente enfermo?
Al instante el caminante dejó de comer, asustado. ¿Quién se atrevía a festejar el dolor de un dios? Sin duda, en ese poblado habían perdido el juicio. No le convenía en absoluto seguir allí. Hizo ademán de levantarse. El joven lo cogió del brazo para retenerlo.
- No seas temeroso. Ese diablillo que nos atormentaba con sus flechas ha probado su propia medicina: ahora está enfermo de amor por una joven mortal, Psique, no sé si has oído hablar de ella… ¡Bien está que los dioses sufran como los hombres, y más todavía quien tan caprichosamente nos hería el corazón! ¡Se merecía un escarmiento!
- ¿Y no teméis su venganza? ¿Y si, cuando sane de sus heridas, viene indignado hasta aquí para resarcirse de vuestra burla?
- ¿Qué dices? ¡No nos burlamos! Muy al contrario: desde que está enfermo y yace en la cama sin usar sus flechas para herirnos ni su antorcha para avivar las pasiones, el mundo es un lugar muy triste. Hace hoy un año que no nacen niños. ¿De dónde vienes, que no te has dado cuenta? El que Cupido mereciera el justo castigo de padecer por amor no significa que no lo queramos entre nosotros. Nos es necesario, muy necesario, pues sin él no habría esperanza, ni alegría, ni vida.
- ¿Entonces?
- Entonces, celebramos esta fiesta para animarlo, para hacerle saber que pensamos en él y también, por qué no confesarlo, para llamar su atención. Si nos ve hermosos, alegres y propicios a sus juegos; si percibe que seremos víctimas fáciles para él, quizá sea éste el primer lugar al que acuda apenas esté convaleciente. Amamos tanto sus flechas de oro como odiamos las que nos son contrarias y vienen cargadas de plomo. Pero ¡ay! nadie puede decir que está vivo, si no las siente.
¡ FELIZ DÍA DE LOS ENAMORADOS !
NOTA 1.- A las mujeres romanas se les permitía beber un vino que se hacía con agua cocida. La mezcla se parecía a un vino ligero.
NOTA 3.- Os dejo este enlace a una historia de amor muy bella publicada ya en este blog y que creo adecuada a esta festividad: Promesa de amor eterno
NOTA 4.- Quienes estén interesados en conocer la historia de Cupido y Psique, en la columna de la derecha encontrarán, bajo esa etiqueta, los episodios que sobre el tema publiqué en el blog.
*Detalle de una escultura de Cupido en el museo Massimo alle Terme. Roma.
** Detalle de la escultura "Hermafrodita" en el museo Massimo alle Terme. Roma.
***Cupido y Psique. Escultura en los Museos Capitolinos. Roma. Foto: Paco Hernández.
Que las flechas nos encuentren dispuestos, que el dardo acierte, al menos por un tiempo.
ResponderEliminarQue no hayamos de recurrir a rellenarle el carcaj a Cupido.
Besos
Madame, sabia que usted nos regalaria hoy algo muy especial. Bellisima historia para honrar a ese Cupido que siempre anda enredando entre nosotros.
ResponderEliminarFeliz dia de san valentin, madame, y feliz año del tigre!
Bisous
Qué bonita historia... Cupido y Psique desde el otro lado...
ResponderEliminarFeliz tarde.
Lindo relato que nos catapulta al génesis de cupido. Un gran abrazo y un felisísimo día también para ti Un besote.
ResponderEliminarJusticia poética para ese pícaro Cupido. Desde ya, creería que está bien recuperado en la actualidad...y sigue haciendo de las suyas!
ResponderEliminarFelíz Día Dama Enamorada de la Vida!
Un beso enorme Amiga!
si, nadie puede vivir sin esos dardos que suelen equivocar su blanco.
ResponderEliminar.
ResponderEliminar...obvio que sí, benditas flechas las del inquieto y travieso Cupido, sin él, el Eros estaría de perenne apagado... y sombrío...
Muy lindo relato querida Isabel y un modo claro de homenajear el sentimiento ke llamamos amor...
Cuídate de recibir sus flechas, una vez ke vuelva a las andanzas, para no olvidarte de permanecer enamorada del amor... jejeje
abrazo
.
Todos, todos, en algún momento, acabamos cayendo.¡Bienvenido sea! ¡Y que seamos capaces de tomarlo con alegría y sin rencor!
ResponderEliminarQue Cupidoreparta sus flechas con cordura, aunque lo veo difícil.
ResponderEliminarLinda historia de Cupido, aunque sus flechazos muchas veces no sean certeros, un gusto visitarte.
ResponderEliminarSaludos.
Pobre Cupido, atrapado por sus propias flechas. ¿Que hariamos sin él los pobres mortales?.
ResponderEliminarUn abrazo, un placer leerte, como siempre por otra parte
♥ q ternura ♥
ResponderEliminarme encantó amiga!!!!!!!!!!!
te mando muchos besitos de hada
♥♥♥ :D
Me ha encantado tu post de hoy. Q pena esa foto de las alitas rotas...
ResponderEliminarBesicos.
Una historia muy adecuada para el día de hoy. Fantástica como siempre Isabel
ResponderEliminarBicos
Mira que duelen las flechas, pero qué necesarias nos son para seguir adelante y sin tristezas.
ResponderEliminarDe todas maneras este niño del carcaj lanza flechas de amor a veces a lo loco y sin diana fija, con lo cual hace que el amor no sólo sea carnal, a pesar de su madre Venus.
Amor ha sido tu entrega de Dido mucho antes de publicarla, con una generosidad inusitada.
Te deseo lo mejor con el libro.
No he podido entrar antes por motivos personales, pero ya tengo el libro.
No sé si recuerdas cuando lo construímos día a dia siguiéndote a ti, su autora. Nos tenías, al menos a mí, enganchados todo el tiempo, esperando la próxima entrega.
Forma parte de una étapa importante de mi vida.
Un gran abrazo.
Gracias por tu visita Isabel. todo bien, solo un poco atareado.
ResponderEliminarTe sigo leyendo con gran placer.
Un gran abrazo!
Qué preciosidad de post para el 14!
ResponderEliminarUn abrazo, Isabel
Y aquí seguimos, celebrando a Cupido y al grato dolor de sus flechas.
ResponderEliminar¡Feliz también para ti!
Besos
Una hermosa historia, la de Cupido y Psique, para festejar un día como el de ayer.
ResponderEliminarMe gusta mucho como escribes, Isabel.
¿Cómo se "hacen trámites" ante Cupido?
ResponderEliminar;)
A pesar de que estoy retirada y alejada de los fechazos de CUPIDO,es muy cierto que se dificulta el dìa a dìa sin su estocada al corazòn...
ResponderEliminarP.D.:Algùn dìa,tal vez pronto,quizàs no muy lejano,mi ser completo deba sucumbir a su certero tiro al blanco,no lo sè...
BESITOS INTENSOS AMIGA MÌA ♥
Huy...las flechas de Cupido nos hacen mucho daño a veces, y sin embargo todos queremos que nos hiera una y otra vez!!!
ResponderEliminarY es que vivir sin amor...
Un beso
Lala
Ahhh, Nadie puede decir que está vivo si no siente esas flechas de oro, ¡qué gran verdad! Pobre Cupido como lo sacudió Psique.. Esperemos que se anime pronto.
ResponderEliminarUna vez más, cosechando éxito y verdad con tus palabras. Mi felicitación y mi alegría por esa Dido bien traspasada por las flechas de Cupido.
Besazos, querida.
Me quedo herida y satisfecha con este relato tan auténtico. ¡Qué sane cupido, y me dispare. Estoy preparada! Festejaré para que sane y me sane este cupido tuyo, que ha probado su propia medicina...seguro, que es ahora más sabio y acierta con mayor tino.
ResponderEliminarFantástico.
Un abrazo enorme.
Isabel, es un placer leer éstas historias en éstos días, donde lo comercial impera, un respiro gracias por ello.
ResponderEliminarUn bikiño grande! :D
p.d.me voy a leer tu entrevista.
Muy original. Habría que guardar con celo el ADN de Cupido, no sea que nos haga falta clonarlo algún día.
ResponderEliminarBesos.
Siempre es un placer disfrutar de tus letras.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias a Apuleyo tenemos una de las más bellas historias de amor. Ayer pensé en el tema y me ha gustado mucho tu post, tan oportuno y con una prosa tan magnífica. El escultor del león de Lucerna,Bertel Thorvaldsen, en su museo de Copenhague tiene una escultura de Cupido y psique muy bonita.
ResponderEliminarTiene esta entrada una ternura especial, una inocencia y delicadeza basadas en la actitud de las buenas personas que, deciden tomar postura ante la herida de Cupido. Tratas la reacción de la gente como si se refiriesen a un acontecimiento pasado en el mismo pueblo, a uno de los suyos, y no de todo un dios. No me extraña que el visitante quede impresionado ante su reacción.
ResponderEliminarHermoso dolor el de las flechas de Cupido: ardientes, dolorosas, hormigueantes, dulces, somnolientas, nerviosas, palpitantes, desasosegantes.
Un besito
Que descripción más bonita has hecho del amor.Un beso con amor y amistad.Guille
ResponderEliminarIsabel:
ResponderEliminarQué excelente historia. Definivamente vive uno enamorado de ese imperio del pasado, el más grande y excelso del Universo! Hitler pensó que iba a fundar un imperio de 1000 años. Duró escasamente 12 años y su legado solo fue el odio racial, el dolor humano por el Holocausto y el horror posterior que nunca se nos quitará de nuestros corazones y mentes, porque hemos comprobado lo malos e insensibles que podemos ser los seres humanos.
Roma sí reino casi mil años, y su legado, oh madre mía, VIVE! Solo digo que este mundo no sería el mismo sin la gloriosa Roma, tan amada por nosotros por su grandeza, misterio, belleza de sus seres, su mitología....
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank Ruffino.
Era injusto que el dios del amor no conociera el placer de sus flechazos. Y claro que se lo extraña cuando no está.
ResponderEliminarHermosa historia.
Beso.
Feliz día para cuantos saben del amor.
ResponderEliminarDel pasado, del presente y del futuro.
Y del Cupido herido con sus propias flechas.
Besos.
¡Me uno a la fiesta entonces!, querida Isabel. Y que la recuperación de Cupido nos sea propicia.
ResponderEliminarBEsitos.
Amiga Isabel Barceló, Isabel Romana
ResponderEliminarExcelente, oportuna y necesaria es esa introducción que haces en tu espacio a la preciosa leyenda de Psique y Cupido. Me ha encantado esta entrada por la sencillez y la claridad que demuestras a la hora de hacer una introducción a esa leyenda. Muy oportuna también la referencia que haces a tus dieciséis entradas sobre el mismo tema, para que quienes lo deseen puedan saborear uno de los mitos más preciosos que nos ha dejado la Mitología Clásica. Seguro que más de uno y más de una irán en busca del texto de Apuleyo, El Asno de Oro o La metamorfosis.
Aprovecho esta circunstancia para recordar a quien proceda que Ovidio escribió Las Metamorfosis (en plural) y Apuleyo La Metamorfosis (en singular). Digo esto por que es un error que se suele cometer por parte de algunos. De más esta decir que evidentemente no me refiero a este espacio tuyo, sino al público en general.
Después de leer tus exquisitos relatos sobre Psique y Cupido, ya me veo a un montón de gente buscando el Apuleyo.
Muy exacta la anotación que haces en el comentario en mi blog sobre Clitemnestra. Te lo repito: tú nos has enseñado a muchos a ver al personaje de Clitemnestra desde la óptica actual también.
Muchas gracias y un beso,
Antonio