martes, septiembre 19, 2006

LA INTRÉPIDA FAUSTINA (y V).- Se aquietan las aguas



A los oidos de las matronas, las últimas palabras del Cónsul han sonado como un desafío. Las risas de los hombres las hubieran herido en otras circunstancias, pero no en ésta. Son conscientes de estar jugándose mucho, y no les importa tanto el ridículo, que juzgan pasajero, como el riesgo de ver modificada su posición en la sociedad. Esa es la razón que las ha llevado al foro, de modo que resistirán sin agachar la cabeza.

El Cónsul está tan satisfecho como un gato que acaba de comerse a un ratón, así que cede de nuevo la palabra a Faustina, que la ha solicitado con un gesto y no ha borrado de su rostro una sonrisa humilde.

- No estoy segura de que nos hayas comprendido, Cónsul – dice – Nosotras no pretendemos casarnos con dos maridos. Nos hemos limitado a señalar que esa eventualidad sería más favorable para Roma que la contraria, esto es, que un hombre se casara con dos mujeres.

- Te he comprendido perfectamente – le responde – Y mantengo mi determinación de proponer al Senado que tengáis dos maridos.

- Tu solicitud y diligencia nos honran, Cónsul. Sin embargo, hace un momento tú mismo, mientras glosabas con tanta agudeza las ventajas de nuestra propuesta, has dejado al descubierto su punto débil. Las mujeres, poco versadas en los asuntos públicos, no habíamos reparado en él y ahora, al presentárnoslo de manera tan nítida, nos haces vacilar.

Desde que Faustina ha empezado a hablar, la multitud que llena el foro guarda de nuevo silencio. Las mujeres tienen el corazón pendiente de un hilo y los hombres, una vez desahogada la hilaridad, están interesados en saber qué propondrá. Ciertamente, a ellos no se les ocurre qué podrían decir de estar en su lugar.

- Hasta el momento, las armas romanas han triunfado muchas veces. Han ganado el respeto y la admiración de nuestros enemigos y de nuestros amigos. La sola mención de Roma ha sido capaz de detener a un ejército que se aprestaba a atacar a un pueblo aliado nuestro. Somos, al mismo tiempo, apreciados y temidos. Ese es un mérito de muchas generaciones de romanos, y también vuestro, ya que seguís acrecentando la gloria de vuestros antepasados. Y es, en este punto, donde vacilo. ¿No correríamos el riesgo de que vuestra dignidad quedara en entredicho? Dos hombres para mantener a raya a una matrona no habla en favor de las mujeres, pero tampoco en el vuestro. Puede dar lugar a que en los campamentos de los enemigos se produzca la misma jocosidad que se ha desatado aquí mismo, entre vosotros – el silencio del foro es tan grande, que se puede oír el aleteo de los pájaros que surcan el cielo – Un ejército risible corre el riesgo innegable de ser derrotado. Y unos embajadores que susciten risas a sus espaldas mal pueden realizar su cometido.

- Nadie se reirá si lo establecemos a través de las leyes – responde el Cónsul con semblante serio.

- No hay ley que restablezca una dignidad dañada, como bien sabes. Si perdemos el respeto del mundo ¿quién lo recuperará? Estamos, pues, ante una difícil disyuntiva. El matrimonio de un hombre con dos mujeres, además de encontrar una rotunda oposición por parte de las matronas, duplicará los problemas que aseguráis tener para controlarlas. El de una mujer con dos hombres, nos coloca en una posición de debilidad.

- ¡Cuánto mejor sería para todos que no mostráramos nuestras debilidades a los enemigos! – dice el Cónsul.

- Eso mismo pensamos las matronas. Si hasta ahora el contrato de matrimonio ha funcionado bastante bien ¿qué necesidad habría de cambiarlo?

- Ninguna, os lo aseguro – dice el Cónsul. Pasea su mirada sobre los cientos de cabezas que cubren el foro y ve que todo el mundo está pendiente de sus palabras.


- Ciudadanos, matronas de Roma: dejemos el asunto del matrimonio como está. Cada cual que se conforme con lo que tiene en casa… - y concluyendo con estas palabras, las puertas de la curia se abren y el Cónsul, seguido de los senadores, penetra en el edificio.

Las matronas estallan en gritos de alegría. Están encantadas. Han pasado un mal rato, desde luego, pero merecía la pena arriesgarse. Entre ellas se cruzan abrazos, risas y sonrisas, suspiros de alivio. Faustina es agasajada por quienes la rodean y recibe toda clase de felicitaciones por su ingenio y su temple. Ha demostrado, una vez más, que las matronas romanas son dignas del mayor respeto y consideración.

En el interior de la curia el Cónsul, apenas han traspasado el umbral la mayor parte de los senadores, se gira hacia ellos y suelta una sonora carcajada.

-¿Alguien puede decirme qué pasa? Cayo Papirio, debes tener alguna explicación – dice acercándose al aludido y poniéndole una mano sobre el hombro - ¿Acaso no cumples con tus deberes conyugales? ¿Se ha vuelto loca tu mujer? En toda mi vida no había escuchado un despropósito semejante. Y lo que es más divertido: ¡hablaban completamente en serio! De haber vivido el pobre Catón, se habría muerto aquí mismo.

La hilaridad y el buen humor del Cónsul se contagia a los demás senadores. La tensión que han soportado ha sido tremenda: ver a sus propias esposas entre la multitud de mujeres no ha sido un plato de gusto. Ninguno tenía idea de lo que preparaban y, por otra parte, no logran comprender su extravagancia.¿De dónde se habrán sacado esa historia de cambiar la ley de los matrimonios?

El color de la cara de Tito Papirio, que no se ha separado del lado de su padre, varía del blanco absoluto al rojo como la grana. Tiene el estómago revuelto y las piernas flojas. Al fin, saca un hilo de voz.

- La culpa es mía – dice. Y ha de volverlo a repetir, porque no le habían escuchado.

- ¿Has revolucionado tú solo a todas las mujeres? – pregunta el Cónsul cuando por fin lo oye. Y siguiendo con su tono de broma, exclama – Senadores, prestad atención, porque aquí tenemos a un futuro agitador de masas. Explícate, joven Papirio.

- Mi madre me preguntó sobre lo que se había tratado en la última reunión del Senado. Y como insistía en saberlo y no me dejaba en paz, para salir del paso se me ocurrió decirle que discutíais una ley para que los hombres se casaran con dos mujeres. No podía imaginarme…

Lo que dice a continuación ya no puede oírse. Muchos senadores estaban disgustados por la actitud de las mujeres pero, ahora, lo encuentran sumamente gracioso. Han asumido que la participación de sus esposas queda diluida entre tantas matronas y no tendrá mayores consecuencias. Además, había que reconocerles mucho valor…


- Senadores – dice el Cónsul – esto es lo más interesante que ha pasado durante mi consulado. Hemos de agradecer a Tito Papirio dos cosas: que tuviera el ingenio suficiente para eludir las preguntas de su madre y con ello guardar el silencio exigido en el Senado, y que nos haya dado la oportunidad de comprobar que las matronas siguen estando en plena forma combativa. Más vale saberlo ahora, que no tenemos problemas…

- Quiero hacer una propuesta: que, vistos los riesgos, desde esta fecha no se permita asistir a nuestras sesiones a los jóvenes. Es una lástima que no puedan aprender junto a sus padres, pero todos comprenderéis la necesidad de esta medida. Y propongo, también, que de ella se excluya a Tito Papirio, pues ha demostrado con creces su capacidad para cumplir con su deber como un adulto. En cuanto a lo ocurrido esta mañana… Ya veis que corremos más peligros con las mujeres que con los galos y los cartagineses juntos. Senadores, os exhorto a que lo olvidemos. Es lo que dicta la prudencia. Dejemos que nuestras matronas disfruten una temporada de su triunfo… quizá así consigamos mantenerlas alejadas del foro unos cuantos años. También en esto propongo una excepción: Tito Papirio, debes confesarle el engaño a tu madre.

Cuando Faustina, en la tranquilidad de su casa del Esquilino, recibió de su hijo una completa confesión, se lo quedó mirando largo rato.

- De modo que no has dudado en engañar a tu madre por preservar un secreto del Senado. Eso te convierte, a los ojos de los romanos, en un ciudadano ejemplar. No está mal. Te conviene para tu carrera política. Y lo que es mejor todavía: has tenido ocasión de comprobar que algunas cosas no pueden hacerse sin el apoyo de las matronas. Es bueno para tu futuro que, de esto, hayas tomado buena nota…

NOTA: Con este comportamiento, Papirio ganó el sobrenombre de Pretextato, por razón de que aún vestía la toga pretexta, propia de los menores.

* Busto de Octavia. Museo Massimo alle Terme

** y ****** Fragmentos de mosaico. Museo Massimo alle Terma

***Cabeza de anciano. Museos Capiolinos.

**** Interior de la Curia. Al fondo, estrado para los Cónsules. En laterales, pequeñas plataformas para las sillas de los senadores.

*****Joven. Museo Centrale Montemartino

70 comentarios:

Artic dijo...

Fantástico relato...

Vade Retro dijo...

¡Pero que bien nos había engañado a todos Tito Papirio!
Joven astuto y con un futuro político prometedor por demás.
Pero claro, esto sirvió para dejar claro, una vez más, que nunca se debe subestimar el poder de una mujer, ni de muchas, claro está.
Un beso.

Heriberto dijo...

Las mujeres manipulando con "sonrisas humildes", peligro, peligro.
Me gustan tus relatos.

MARIA DEL NORTE dijo...

No me imaginaba un desenlace así, conpletamente inesperado y original.-
Todo el inteligente discurso de ambos lados, hombres y mujeres, giró, en todo momento, alrededor de una "mentirita piadosa" de Tito Papirio, que al final fue el que salió ganando con el visto bueno de sus padres.
Un ciudadano ejemplar.-

Unknown dijo...

No hay ley que restablezca una dignidad dañada ..".
Está muy bueno el relato .
Hombres y mujeres en una porfía singular .
Me gustó la respuesta de la madre al hijo , al final .
Seguiré en este toma y daca .

Isabel

Que tengas un buen día

Adal.-

Fuego Negro dijo...

es fantastico...me pregunto cual sera el tamaño de tu fascinacion por Roma...estas mimetizada...me parece increible

salud y mas que suerte

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola hugo denis. Fantástico, sobre todo, porque ocurrió en realidad, según cuentan historiadores antiguos aunque, claro está, me he tomado algunas libertades.

Hola vade retro. Creo que Tito Papirio no se imaginaba ni remotamente que su madre pudiera organizar toda esta movida y eso ha sido para él una buena lección: no se puede mentir y esperar que la mentira no tenga consecuencias y, por otra parte, que las matronas romanas eran de armas tomar. En cuanto a las mujeres, el resultado no es malo: han demostrado su fuerza. En ese sentido, el que la premisa fuera falsa no resta valor a su gesto y su determinación. Menos todavía a las cualidades de Faustina, que ha dejado al Cónsul sin argumentos... Besos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola heriberto, tienes toda la razón: las sonrisas humildes producen pánico, en mujeres y en hombres...

Hola maria del norte, pienso que el Cónsul, al ver a todo aquel mujerío, se quedó a la espectativa. Y tras el discurso de Faustina, vio la oportunidad de dar una buena reprimenda a estas mujeres que se habían atrevido a "tomar" el foro, aunque no entendiera una palabra de lo que ellas estaban hablando. En cualquier caso, hay que señalar que el Cónsul tenía un temperamento más bien humorístico y afable, de lo contrario no sabemos qué hubiera podido suceder. Besos.

Hola hippie viejo, creo que la madre puede haberse sentido dolida por la mentira del hijo y el consiguiente desdoro que puede suponer para ella el haber movilizado a las mujeres por algo falso. Sin embargo, en ella se impone el sentido práctico... Besos, querido amigo.

Hola fuego negro, tus palabras sugieren que me has visto entre la multitud de mujeres de negro...lo sé porque estabas junto al "umbilicus urbis" (el punto que marcaba el centro de la ciudad)muerto de risa... Besos.

Edem dijo...

Pues por esa epoca, creo saber quien era el consul. Solo dos personas en esa epoca podrian haber llevado tan bien la situacion. O Bien, Marco Emilio Escauro, Principe del Senado, o Bien Publio Rutilio Rufo, el Historiador Militar.
Me inclino por Escauro, porque ademas, tenia un sentido del ridiculo y de la risa inmenso.
No me imagino a los Metellos, a los Servilios o a los demas hacer algo asi. A Escauro si :-).
Y tambien era caracteristico de el poner sobrenombres como ese, o premiar la "sana Competicion" entre los Senadores. Y mas, para un elitista como Escauro, que apoyaria a un Patricio como Papirio. Asi qeu... la accion transcurrirá entre el 130 y el 110 AC.
Un saludo de Edem
Un saludo de Edem

elvenbyte dijo...

Me estoy enganchando, pero de verdad...

Manuel dijo...

¡El estado y sus instituciones son primero!

Saludos

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola edem, reflexivo y preciso como siempre. Si crees que el carácter de Escauro es el que mejor respondería a esta situación, seguro que fue él. Los miembros de su familia debían ser de cuidado. A finales de la república, en la época de Clodia y Catulo, un Escauro dio mucho que hablar porque se construyó una casa muy lujosa con columnas tanto o más altas que las de los templos. En la actualidad, se cree haberla identificado en un área que está entre el Arco de Tito y la Casa de las Vestales, con dependencias para albergar 400 esclavos... Gracias por tus indagaciones. Besos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola david, celebro que te enganches. Una de mis mayores aspiraciones es contagiar esta pasión por Roma y sus mujeres, así que resultas ser un lector perfecto...Besos.

Isabel Barceló Chico dijo...

¡Cómo lo sabes, manuel! En Roma siempre se antepusieron los intereses de la república a los intereses individuales. Sólo que los nobles tendían a identificar los de la república con los suyos propios. Vaya, nada nuevo. Besos.

eggy dijo...

No me esperaba semejante descenlace; ha sido genial Isabel. No puedo agregar más porque sería repetir todo lo arriba comentado.
Saludos!!!

Meri dijo...

Holaaaaaaaa!!!
Paso por aqui un momentito a saludarte y agradecerte tus visitas en mi 'casa' jeje!!!
Tienes una pagina con mucho contenido y con mundo por descubrir en mi caso..
La historia de Roma siempre me parecio una fuente de sabiduria y lucha. En aquella epoca las mujeres mantenian su pequeña lucha por hacerse un hueco y hacer q se reconociera su papel..y el poder..como tambien ocurre mas pendiente del prestigio y de las apariencias..
Prometo volver a leer todas las historias para coger el hilo, pues con una sola no tengo ni para empezar..
Un saludoooooo

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola eggy, ya ves que estas mujeres siempre acaban por sorprendernos. Son listas, las condenadas. Besos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Saludos mery, es un placer que te acerques por aquí, y más todavía si ese mundo romano te despierta el interés. Las mujeres son, desde luego, increíbles. Inteligentes, combativas, ambiciosas, virtuosas, y todos los arquetipos que queramos tomar están presentes en esa sociedad y tenían un denominador común: no dejaban a nadie indiferentes. Y eso ya es mucho. Besos y hasta pronto.

Rafael dijo...

Mis saludos a la hora de acercarme a este blog.
Y decirte que el tema me atrae, pero que hoy, por prisas, no he podido leerte.
Tambien es interesante que trates el tema desde la optica de la mujer, pues uno esta siempre acostumbrado al tipico guerrero.
Lo prometo, vendré. Es posible que no creas las palabras de un desconocido, pero lo haré.
Hasta pronto.

El detective amaestrado dijo...

Sorprendente el hallazgo de este blog...Enhorabuena, prometo no hacer preguntas...

iralow dijo...

jo, llevo desde esta mañana queriendo decirte algo, hasta me he imprimido el final para leerlo en el curro...como si trabajase en algo...este final si que no me lo esperaba, pero es genial ver que ¡uh!¡ah! las chicas son guerreras!!! Aunque sea por una mentira piadosa...que no lo fue tanto.

Besotes

Isabel Barceló Chico dijo...

Saludos rafael p.q., no dudo de tu palabra. Seguro que las chicas romanas, tienen su atractivo, harán lo posible para que vuelvas. ¡Buenas son ellas! Saludos cordiales.

Isabel Barceló Chico dijo...

Saludos a el detective amaestrado. Por aquí, si hurgas, encontrarás muchos motivos para interrogar y, aunque te has comprometido a no hacerlo, tampoco lo tomes al pie de la letra. Primera pregunta: ¿cómo es que estamos en Roma y en internet y no nos hemos vuelto locos? ¿o si? Besos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Saludos, iralow. Aunque ellos no quieran reconocerlo, Faustina ha estado a la altura del Cónsul o, si me apuras, un poco más, porque le ha dejado sin argumentos. Y los senadores han respirado tranquilos al ver que la cosa no iba en serio... Besitos, guapa.

Anónimo dijo...

hola! gracias por tu visita, paso a saludarte, genial este espacio, volveré, hay mucha tela aquí, un saludo

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola maite, te agradezco mucho tu visita y espero tu retorno. Besos.

Paula dijo...

Interesante y trabajado blog... tiene toda la pinta de ser de los que enganchan.

Gracias por tu visita, Isabel, obligado volver con más calma y leer todo el relato, que es muy prometedor.

Un abrazo

Harry Reddish dijo...

Ave Isabel,
coincido con la mayoría, tu relato es muy bueno. También agradecerte la visita y tu comentario, me eché unas risas. Prometo visitarte a menudo.

Salud!!!

alida dijo...

Me encanto este relato, la aparición de Tito Papirio en el senado

Un abrazo

Le Mosquito dijo...

Gracias por tu visita a mi cuaderno. Confieso que no tengo tiempo, por ahora, para disfrutar del tuyo; ni siquiera para actualizar el mío con más regularidad. En cuanto pueda, haré las dos cosas.
Abrazos.

krisish dijo...

Al final caímos todos en la trampa de Tito Papirio!! que sorpresa más divertida. Enhorabuena una vez más por tu relato. Besos de krisish

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola paula, gracias por tu visita. La verdad es que el relato se lee más deprisa de lo que aparenta...Espero que te sientas a gusto aquí y regreses. Saludos cordiales.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola harry reddish, celebro que te rieras un poco, al final es una de las pocas cosas buenas que están a nuestro alcance. Espero que nos frecuentemos. Saludos cordiales.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola planet z, te asiste la razón: Roma engancha ¡Y de qué modo! Espero que nos frecuentemos. Saludos cordiales.

Isabel Barceló Chico dijo...

Saludos, alida. Al pobre Tito Papirio no le llegaba la toga pretexta al cuerpo...y con razón. Saludos cordiales.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola le mosquito, está comprendido porque todos vamos locos dando picotazos aquí y allá... Saludos cordiales.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola krisish, ya ves que a los romanos también les pasaban cosas jocosas, aunque solían dar siempre una imagen de gravedad. Pero sí, se reían a base de bien, de vez en cuando. Muchos besos, amiga.

Francisco Ortiz dijo...

Un relato que es casi como una fábula: tal es su acierto y su concreción. Parece rigurosamente histórico: qué mayor halago. Y una frase para apuntar: "No hay ley que restablezca una dignidad dañada". Muy bien, muy bien.

Anónimo dijo...

De nuevo enhorabuena!!! Ya lo han dicho todo... Esperamos tu próximo relato después de unas merecidas vacaciones.
Besos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Gracias por tu entusiasmo, francisco ortiz. La verdad es que el episodio, de una manera resumida, lo narra Aulo Gelio. Si te ha causado impresión de completa realidad... bueno, eso es mucho, y más viniendo de tí. Besos y hasta pronto.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola elena, gracias por venir y por tus buenos deseos de descanso... espero volver con buen ánimo y más ganas de Roma...Besos y hasta pronto.

Chus dijo...

Así que al final era mentira...
Si es que no pué ser.
Eso sí, yo sigo pensando que a estos romanos, mejor como amigos que como enemigos :-)
Besos

Anónimo dijo...

Me encanta tu blog;;)) cuando te leo recuerdo tanto ese viaje.. tengo que volver, eché las tres monedas en la Fontana..
Magnífico relato, lo he disfrutado mucho

Un abrazo grande

WALDE dijo...

No tengo muchas cosas para agregar a lo que ya vine comentando, me gusta mucho leerte... y el descenlace verdaderamente inesperado.
Un saludo grande

SÓLO EL AMOR ES REAL dijo...

Delicioso escrito, me ha gustado tu blog en mi primera visita a el.

beso,

isaac

Isabel Barceló Chico dijo...

Estoy contigo, aynara, es mucho mejor conservar las amistades con ellos... Además, eso de perder lo llevaban fatal. Y algunos de sus enemigos, cuando se calentaban, les echaban en cara el uso retorcido de la ley para ajustarla a sus deseos. Pero en fin, ya ves que aquí las aguas no se han salido del cauce. Besos, guapa.

Isabel Barceló Chico dijo...

azzura, si echaste las monedas a la fontana de Trevi seguro que volverás. Como dentro de unos días voy a ir a Roma, me ofrezco para lanzar monedas en nombre de quien quiera, para que se haga realidad un viaje a esa ciudad de verdad eterna... Me alegro que, entre tanto, aquí te sumerjas en el ambiente del mundo romano antiguo. Besos y hasta pronto.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola walde. Si en lugar de un engaño para salir del paso, la propuesta hubiera sido real... no estoy segura de que hubiera salido adelante. No lo hubieran permitido las matronas. Gracias por tu interés y hasta pronto.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola yoymimismo isac, gracias por tu visita. Seguro que puedes encontrar algunos temas interesantes, como las desventuras amorosas del poeta Catulo. Un personaje que ha levantado pasiones encontradas. Besos y hasta pronto.

Mujer del traje gris dijo...

Pues nada, que llega otra nueva visitante a conocer el blog. Con solo leer el encabezado, me apunto a las visitas.

Saludos!

Isabel Barceló Chico dijo...

Saludos dyitz, y bienvenida. Llegas en buen momento para dar un repaso a lo anterior, si es que te apetece, claro. Salgo unos días de vacaciones a Roma y traeré nuevas ideas...Besos y gracias por tu visita. Espero que nos frecuentemos.

Maik Pimienta dijo...

¡Hola Isabel! Qué bueno volver a ponerme al día. Mira, se me presenta la paradoja de lo difícil que sería hoy en día llegar, tal cual, a la cota de implicación y sutileza de las mujeres de roma que tan bien retratas. Debe ser que la falta de poder agudiza el ingenio. Besos.

Lúzbel Guerrero dijo...

Buenos días querida, dejo comentario sin haber tenido tiempo de leer el post con la pausa que se merece, volveré para hacerlo.
Gracias por la visita. Besos

GABU dijo...

Roma el gran imperio...
Fabuloso relato!!!
ISABEL:gracias por visitar mi espacio,siempre eres bienvenida!
MIL BESOS...
GABU (seximentales)

Zebedeo dijo...

Este Tito que listo era... pero no midió bien las consecuencias de sus palabras. Le vino bien comprobar que detrás de un gran Senado había unas grandes matronas.

Me encantó. Totus pa Roma

Isabel Barceló Chico dijo...

Querido maik pimienta, tienes toda la razón. Lo malo, en el caso de las mujeres, es que por mucho que agudicemos el ingenio, no dejamos de tenerlo crudo. Cuando se arregla algo por aquí, empeora por allá, y así siempre. Me alegra tu retorno a las aguas romanas y siento que hayas tenido que darte un atracón para ponerte al día, justo ahora que me tomo unos cuantos de vacaciones... ¡Ya verás cómo vuelvo! Besazos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola luzbel guerrero: precisamente ahora voy para tu casa romana. Según tengo entendido, vives a cuatro pasos del Vaticano... No tengas prisa, me voy unos días de vacaciones. Besos y hasta pronto

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola gabu, pasaré por tu casa en cuanto regrese de unas cortas vacaciones. Gracias por tu visita y tu bienvenida. Besos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola zedebeo, yo también pienso que sin esa otra mitad de la sociedad que son las mujeres, los romanos no hubieran llegado tan lejos. Se hubieran matado antes con las tribus vecinas. Ellas propiciaron, creo yo, una política de pactos. Armas fuertes y capacidad de acuerdos: por ahí anda el secreto. Besos y hasta pronto.

fgiucich dijo...

La inventada respuesa encenciò la ira de estas matronas que, evidentemente, son de armas llevar. Hermoso e ingenioso final. Abrazos.

Rafael dijo...

Pero...a ver si lo entiendo.Tito Papirio no engaño a nadie, sino que simplemente se le ocurrió y...¿o se le ocurrió "obligado" por su madre?
No se, sacame de dudas.
En cualquier caso, me agrada el relato. Y sobre todo Faustina, que se acerca bastante al tipo de mujer que me gusta.
En cuanto a ambientacion, muy bien tambien.
Voy corriendo a linkearte en mi blog, para que no te escapes...
Besos, Isabel.

foton dijo...

"No hay ley que restablezca una dignidad dañada"

Que frase tan importante para cada uno de nosotros.
Que bien relatas, estas historias romanas.
Simplemente es maravilloso como desglosas los caracteres de cada uno.

Un abrazo.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola fgiudich, seguro que son tremendas. Por eso nos gustan tanto, tanto... Besos y hasta pronto

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola rafael p.q. Tito Papirio no sabía ya cómo quitarse a su madre de encima, pues no dejaba de insistirle e insistirle...Si recuerdas, en el primer post de esta serie Faustina se quejaba de lo mucho que le había costado que el chico se lo dijera, y encontraba justificada su resistencia dado el tema que habían tratado los senadores. Quiero decir, que se trata de un malentendido que se ve reforzado por la resistencia de Tito a hablar, por los comentarios del marido durante el banquete en casa de los amigos, etc. Algo sobre lo que merece la pena pensar, porque más de una vez a nosotros nos pasa lo mismo, que imaginamos una cosa y parece que todo a nuestro alrededor fundamenta nuestro recelo. Gracias por tu link. En cuanto vuelva de Roma haré lo propio. Besos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Gracias por tus palabras, amigo foton. Es muy fácil dañar una reputación y muy difícil - si no imposible - restaurarla. De eso sabemos mucho las mujeres, porque con frecuencia hemos sido objeto de ese tipo de agresiones, sobre todo en relación con la castidad. Esto ha causado unos sufrimientos inmensos en ellas y en sus familias, pero parece que sigue ocurriendo en muchos países. Aquí en Roma lo hemos visto en la historia de Catulo y Clodia, y la reputación de ella - sobre la que volveremos más adelante - quedó definitivamente dañada. Nadie piensa en Clodia más que como la musa de Catulo que se acostaba con trescientos amantes. Y lleva ya veinte siglos... Espero que quienes hayan leído en este blog esa historia tengan otra opinión. Besitos y hasta pronto, amigo foton.

Rodolfo N dijo...

Soberbio tu relato, con notas de humor, critica social y drama.
Imperdible visita.
Cariños

Zoe Favole dijo...

No me lo puedo creer!!!!!!!!!!! Este final no me lo esperaba ni en broma!! Me has dejado boquiabierta!!! Que justo q se confensara la verdad a Faustina, ese pequeño detalle me ha encantado!!!!!!!! Bueno, y todo lo d+ ;)) Besos!!

Aurefaire dijo...

Final inesperado delos q mas me gustan!!!!! me gusto todoooooo
besitos de hada!

Diana L. Caffaratti dijo...

Como Tito Papirio, nos has "engañado" ... ´Sorprendente giro de la historia y el remate, ejemplar.
Un gusto recurrir a tus escritos.

La gata que no esta triste y azul dijo...

Fantastico, me acabo de leer el relato de faustina de un tiron