Con la misma dulzura con que las olas arriban a la playa, así nacen los cabellos en tu frente, Febe. Mi corazón sube y baja con la marea y ora piensa que puedes amarme y al instante siguiente piensa que no. Se zarandean mis esperanzas como una barquichuela en medio de una tormenta. A veces, incluso, temo naufragar. ¿Qué digo, pobre de mí? ¡Quiero naufragar! Porque ¿puede haber una muerte más dulce que ahogarse en tus ondas?
NOTA: Ésta es una entrada programada. Estoy de vacaciones. Besos a todos.
*Detalle de la escultura de una pareja jugando. Exposición “La belleza del cuerpo” en el Marq de Alicante.
10 comentarios:
"se zarandean mis esperanzas" que gran frase, y que hermosa imagen en los sueños me han quedado...
Un gran abrazo, Isabel. ;)
Observando la fotografìa se hace difìcil imaginar otra sensaciòn que no sea de placidez ante la calma de esa ondulaciòn... :)
BESITOS TRANQUILOS ♣
¡Que preciosidad! A veces hay entradas tuyas en las que gusta perderse, naufragar en tanta belleza como nos traes.
hay bellezas que me abruman.
Es precioso, imagino las olas del mar, doradas y leves, como los cabellos que cantas.
Disfruta, besos
Una declaración de amor, con todas las letras. Abrazos.
De momento prefiero que esas ondas me mezcan a que me sepulten. Creo que lo llaman instinto de supervivencia...
Un beso.
Éxito todo saldrá bien ya veras!
En cuanto a la entrada deliciosa,así son los avatares del amor hasta el tormento de la incertidumbre encuentra su lugar.
Abrazos dama venerable.
Qué metáfora tan bella, el mar, el cabello, los celos, las dudas...
Espero qeu traigas nuevos relatos de tu viaje...!
Un beso
Cuando me paseo por aquí disfruto y aprendo como en tu entrada "tejer nuestros días" ¡es tan hermoso lo que dices"
También me alegro del éxito de tu libro y de que estés de vacaciones.
Un abrazo.
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