martes, diciembre 30, 2008

CENA DE NOCHEVIEJA PARA TIEMPOS DE CRISIS


Si te entristece la perspectiva de cenar solo,
Toranio, puedes venir a ayunar conmigo.
Si prefieres primero un elegante aperitivo
tendremos lechugas baratas de Capacocia;
puerros picantes, huevos rellenos con atún,
repollitos tiernos de mi hortaliza
humeando en la negra olla de barro,
salchichas en nívea sopa de pasta,
y fríjoles bayos con tocino dorado.
Y después, como postre, si te apetece,
tendremos uvas pasas, peras sirias,
castañas universitarias a la napolitana.
El vino, se vuelve bueno bebiéndolo.
Y si tras este menú, Baco, como suele,
nos despierta otra vez el apetito,
hay aceitunas aristocráticas de reserva
y altramuces y petit-pois calientes.
Humilde es la cena (¿quién puede negarlo?)
pero tendrás una cena sin etiqueta
y te podrás recostar a tus anchas
y no leerá tu anfitrión ningún libro
ni bailaoras gitanas agitarán sus caderas
con un temblor estudiado. Sólo la flauta
de mi pequeño Cóndilo tocará un son
ni demasiado serio ni vulgar tampoco.
Esta es la cena. Tú te sentarás con Claudia.
¿Qué muchacha te parece para compañera mía?

MARCIAL.- “Epigramas”.
Traducción de Ernesto Cardenal


NOTA: Queridos amigos, sigo de vacaciones, pero no quería dejar de asomarme aquí en estas fechas festivas. Aunque el festín al que os he invitado es muy modesto, a ninguno os habrá disgustado sentaros a la mesa de Marcial y menos aún le hubiera disgustado a él. Levantemos, pues, nuestras copas y deseémonos buen humor y buena compañía a lo largo del año que comienza. Y ¡qué caramba! aunque venga ceñudo y malhumorado cuenta con 365 días, ni uno más. Besos a todos y feliz año.

*Pintura mural en los restos del Teatro de Pompeyo. Roma. Foto:Paco Hernández.

**Detalle de relieve en la tapa de un sarcófago. Museos Capitolinos. Roma.

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lunes, diciembre 22, 2008

NUECES DE SATURNALIA



De mi tierra os envío, como veis,
amigos míos, nueces de Saturnalia.
No esperéis más de mi, muchachas y muchachos,
pues el dios lascivo ya os regaló todas las demás frutas.


Con este parafraseado epigrama de nuestro admirado Marcial, deseo felicitaros estas fiestas que los romanos dedicaban al dios Saturno, a quien, entre otros muchos dones, le atribuían el haber enseñado a los hombres el arte de la agricultura. Era costumbre hacerse regalos, siendo las nueces uno de los preferidos durante la república. Que estas nueces sean símbolo de mi agradecimiento y afecto por vosotros y de todas las cosas buenas y sabrosas que espero sigamos compartiendo en el futuro.


NOTA: El epigrama de Marcial dice: “De mi tierrita te envío, como ves,/ Juvenal, nueces de Saturnalia./ Las otras frutas el dios lascivo/ya se las dio a muchachas alegres”. Traducción de Ernesto Cardenal.


*Nueces de Valencia.

** Detalle de pintura mural en el Palacio Farnese. Roma.

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jueves, diciembre 18, 2008

MARCIAL SE QUEJA DE LA FAMA



¿Cómo explico "que los vivos no tengan fama
y pocos lectores amen su propio tiempo"?
Es ya costumbre tradicional de la envidia, Régulo,
preferir siempre los antiguos a los actuales.
Preguntamos por la sombría columnata de Pompeyo.
Los viejos suspiran por sus templos ruinosos.
Lees a Ennio, oh Roma, y ahí anda vivo el Virgilio;
sus contemporáneos se rieron de Homero;
pocas veces los teatros aplaudieron a Menandro;
a Ovidio solamente lo conoció su Corina.
Sin embargo, no tengáis prisa, mis libritos:
si la fama viene con la muerte, no me apresuro.

MARCIAL.- "Epigramas"
Traducción de Ernesto Cardenal.

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* Detalle de pintura mural representando a una joven. Pompeya.
** Detalle de pintura mural. Guirlanda. Casina del Cardenal Besarione. Roma.

martes, diciembre 16, 2008

VÍSPERA DE UN COMBATE DE GLADIADORES


Inscripción en el muro exterior del Ludus magnum:


Hipólito de Macedonia y Marcus el gaditano librarán mañana un combate a muerte en el anfiteatro Flavio. Para uno de ellos ésta será la última noche. Muchachas de Roma: si tenéis corazón, no les neguéis nada.




NOTA 1: El Ludus magnum era una instalación donde vivían y se entrenaban los gladiadores. Estaba al lado del Coliseo (nombre popular del anfiteatro Flavio) y conectado con él por un subterráneo. Aún se ven restos del Ludus Magnum al lado del Coliseo.

NOTA 2: Kala Editorial (de la que encontraréis un enlace banner en la barra de la derecha) ha sacado ya a la venta por internet la primera antología de Escritores Seriales, con una selección de 24 relatos de escritores hispanoamericanos, entre los cuales se encuentra mi relato "El amor y la vida".

* Detalle de un relieve de dos gladiadores combatiendo. Museo Massimo alle Terme. Roma.
** Vista del Coliseo (Anfiteatro Flavio), las columnas de su izquierda pertencen al antiguo templo de Venus y Roma. Roma. Foto: Rafael Lillo.


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domingo, diciembre 14, 2008

CONSTRUCCIÓN DE UNA CALZADA ROMANA

Dedicado a Daniel Crespo
“(…) El primer trabajo aquí fue trazar los surcos y anular los senderos y, con un profundo desescombro, excavar la tierra hasta la roca; luego rellenar con otros materiales las fosas así vaciadas y preparar un lecho para el pavimento exterior, a fin de que el suelo no ceda y de que no resulte inestable el asiento para las losas de piedra unidas; entonces trabar la calzada con bloques de piedra ceñidos a cada lado y con numerosas cuñas.

¡Oh, cuántas manos trabajan a la vez! Unos talan los árboles y despejan los montes; otros explanan con herramientas de hierro los escollos y los tocones. Otros encajan las piedras y completan la obra con cal cocida y toba cenicienta; los otros drenan a mano los pozos llenos de agua, y acanalan hacia lo lejos pequeños arroyos.

(…) Desde allí, el viajero, desviando su camino, cambia de dirección; allí la vía Apia se duele de verse abandonada. Entonces el trayecto se hace más rápido y más apremiante, entonces las bestias de tiro se gozan ellas mismas de tomar impulso como cuando, fatigados ya los brazos de los remeros, vosotras brisas al levantaros, henchís las velas. (…)”


PUBLIUS PAPINIUS STATIUS.- “Vía Domitiana”
Traducción de Isabel Velázquez


NOTA: Este poema es un elogio a la vía Domitiana, mandada construir por el emperador Domiciano (finales siglo I d.C). Contiene la descripción más completa que ha llegado hasta nosotros sobre cómo se construían las calzadas.

miércoles, diciembre 10, 2008

LA FUENTE DE LAS CAMENAS

- Hoy iremos a buscar agua a la fuente de las Camenas – dice a voces mi joven ama irrumpiendo en el jardín. Levanto la cabeza y la veo dirigirse hacia el peral bajo cuya sombra estoy, radiante y con los brazos extendidos hacia mí. ¡No entiendo esta manía de las romanas de cogerme en brazos…! Con todo, es más prudente ser dócil. Le dirijo una mirada lánguida y alargo hacia sus manos el hociquito.

Por fortuna, deciden colocarme dentro de una cesta. No resulta muy cómodo, pero es más llevadero y menos humillante que ir en brazos de Ruda. Y así puedo, además, disfrutar mejor de los olores. Para disgusto mío, no pasaremos por el foro ni por el mercado de animales, lo que me priva de muchos placeres. La colina donde tiene su mansión mi ama, el Palatino, es demasiado refinada para mí y el público que ocupa sus calles no es ni la mitad de interesante y oloroso que el del mercado.

- Verás cómo te gusta la fuente – dice mi ama mientras descendemos hacia el Circo Máximo y me llega, en oleadas, el olor de los caballos. – Las Camenas son unas ninfas muy, muy sabias. Y te diré una cosa: es una fuente sagrada y de ella toman el agua las Vestales. Quizá por eso ellas son sabias también…

Nos hemos metido por vías estrechas y cada vez se hace más difícil avanzar. Ante nosotras se alza la muralla y la Puerta Capena, por donde se sale a la via Appia. Animales y personas se atascan allí, protestando y gritando. Nuestros esclavos se abren paso a empujones y por fin traspasamos el portón. Fuera hay más casas, más callejuelas laberínticas y más gente. Avanzamos un breve trecho por la vía Appia y luego tomamos un callejón a la izquierda.

- ¡Aquí está la fuente! – palmotea mi ama. Penetramos en un bosquecillo de cipreses y pinos, matorrales, hierba húmeda y limpia rodeando un estanque. El agua llega a las orillas en pequeñas ondas. Hay silencio y quietud, como si nos hubiérmos trasladado a muchas millas de Roma. Mi ama se sienta en el suelo y hace que depositen a su lado mi cesto.

- Me gustaría ser tan sabia como una ninfa. ¿Sabes que una de ellas, Egeria, fue la consejera del rey Numa Pompilio, a quien ayudó a establecer nuestras primeras leyes? Su santuario está un poco más adelante, quizá vayamos otro día –. Suspira y se queda absorta. También yo me quedo quieta, observando a unos gorriones que picotean en el borde del agua. De un salto me acerco a ellos.



- ¡Quieta! – grita mi ama. Y en un instante se echan sobre mi Ruda, los esclavos y ella misma y, aunque los esquivo fácilmente, me han echado a perder la fiesta, porque los gorriones han volado – ¡No permitiré que ofendas a las ninfas atacando a quienes vienen a sus dominios a beber!

Me habla con tanta severidad que juzgo conveniente agachar las orejas. Me hace un gesto con la mano para que permanezca sin moverme y ella se levanta, pide la jarra que hemos traído y la llena inclinándose en la orilla del estanque. Se acerca de nuevo a mí, vierte un poco de agua en su mano, y me la pasa por la cabeza.

- Tenemos mucha necesidad de hacernos sabias…



NOTA: Es todo un placer que los romanos considerasen que su rey Numa Pompilio – el segundo rey de Roma – había sido asesorado por una fémina para implantar las leyes. Y el que esos primeros reyes fueran legendarios, no resta ningún valor a esa atribución.
En la actualidad no existe la fuente de las Camenas, pero sí una calle que las recuerda (vía de las Camenas) donde se cree que estaba la fuente en la antigüedad. Es un lugar muy, muy especial...
*Kato, gatito de Krisish y Jacarma. Foto: Krisis
**Inicio de la Vía Appia, al fondo la vía de las Camenas. Roma.
***Via de las Camenas. Roma.
****Gato desconocido. Fotografía: Alexandrya Faderland.
*****Hojas de acanto. Foro romano. Roma.

lunes, diciembre 08, 2008

EL PANTEÓN DE AGRIPA


“El Panteón es una esfera remotísima. La romanidad pura, desde el basamento hasta el óculo. Cinemax primero de los dioses. Una cúpula perfecta que bordea el perímetro del mármol. Quien tenga una vida, debe aquí alzar la mirada para entender formas que no deben manifestarse hasta que sea propicio el momento. Se alza el hormigón del santuario como una tuerca sagrada y se enrosca sobre los muros. Aquí los años se han plantado para contar las luces como en un calendario. El Panteón, un manual intangible para la hiedra. En su interior se despresurizan las líneas y se curvan hasta entonar un glóbulo blanco para la armonía. Se cuela entre las hornacinas el viento antiguo de quienes gobernaban amando la hermosura de los volúmenes y trazaban perfecciones en el futuro de los hombres.”

ANTONIO PORTELA . “Ciudadano romano”.


*Interior de la cúpula del Panteón de Agripa. Roma. Foto de Rafa Lillo

**Detalle de las columnas que sujetan la cúpula en el interior del Panteón. Roma. Foto de Rafa Lillo.

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miércoles, diciembre 03, 2008

ACILIA APRENDE CUÁNTO VALE UN MANTO NUEVO

- ¡Eres una estúpida, Acilia! Has dejado las tenacillas calientes al lado de mi manto nuevo y se ha quemado por tu culpa. ¡Mira qué rodal oscuro ha quedado! ¿Cómo puedo presentarme en el banquete que dará mañana el noble Sila con uno de los mantos viejos? Sería el hazmerreir de Roma.

- Ama, yo no he sido …

- ¡Esclava inútil! ¿Aún me replicas? No sé cómo me contengo para no azotarte. Y tú, Esvástulo, no te quedes ahí mirándome como un pasmarote. Ve ahora mismo a buscar a Polión, el traficante de esclavos, y dile que le alquilo a esta necia para que trabaje en uno de sus burdeles hasta que me haya resarcido del valor del manto.

- Ama, ¡ten compasión de mí! – grita Acilia arrojándose a sus pies.

- ¿Acaso te parece que te impongo un castigo demasiado severo o desproporcionado? ¡Pero qué ignorante eres…! El manto que me has estropeado vale mil veces más que tú.




NOTA: Los esclavos carecían de derechos y sus amos podían disponer de ellos como quisieran, incluso torturarlos o quitarles la vida sin juicio y sin dar explicaciones a nadie. También algunas mujeres fueron crueles con las de su mismo sexo.

*Detalle de un relieve con mujer llorando. Museos Capitolinos. Roma.
**Detalle de pies femeninos de una escultura. Museo Termas de Diocleciano. Roma.
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lunes, diciembre 01, 2008

VETUSTIA Y LA CASTIDAD


Inscripción en el muro de la panadería de Gallo en la colina del Esquilino.

Vetustia quiere ser más casta que la diosa Diana. ¡Por todos los dioses…! ¿Quién es el responsable de haber metido semejante idea en su cabeza? Sea extranjero o romano, noble o plebeyo, Cayo Calpurnio jura que ese insensato merece ser castigado con la pena capital.



* Detalle de escultura femenina. Museos Capitolinos. Roma. Foto Paco Hernández

miércoles, noviembre 26, 2008

CORINA SE DIVIERTE EN EL BANQUETE


Qué loco, qué dulcemente loco se muestra esta noche mi Ovidio. Sus ojos no se separan de mi rostro ni de mis manos, y vigila cada uno de mis gestos. Al llegar, mientras los esclavos nos ayudaban a despojarnos de los mantos, se las ha arreglado para ponerse junto a mí y me ha susurrado: “No soportaré que le hagas carantoñas al bruto de tu marido. Si lo haces, empezaré a gritar. Y cuando me pregunten por qué grito, diré que ese hombre odioso me está robando a mi amada”. Le suplico a media voz que no traicione a Cupido ni a nuestra protectora Venus. Sin embargo, sus amenazas, lejos de asustarme, constituyen un acicate.

Nos han colocado frente a frente y cada vez que me ve ofrecer un manjar a mi marido, o ponérselo en la boca, frunce las cejas y lanza rayos por los ojos. Yo le sonrío con beatitud. Justo en el momento en que él arrebata a un esclavo la copa que acabo de entregar para que me la cambien, le digo a su compañera de triclinio: “¿No es ésta la época más hermosa del año? La primavera despierta todos los sentidos y nos incita a amar. ¡Dichosas nosotras, las que tenemos marido…!”


Le cambia el color de la cara. ¡Ah, cómo se altera y se impacienta! ¡Y de qué modo tan insensato y encantador me hace toda clase de señales! Forma letras con el vino derramado sobre la mesa; frunce los labios como para fingir un beso; ríe escandalosamente, o se queda mudo… Hubiera dicho que tenía ante mí a un niño de no haber sido porque he debido visitar las letrinas. Al regresar, él me esperaba bien pertrechado en el espacio oscuro del pasillo. ¿Y quién hubiera podido resistirse a la pasión y el empuje de tal amante? El riesgo de ser descubiertos nos ha enardecido y ha redoblado con furia los latidos de nuestros corazones.

Aplacado el deseo, he vuelto a la sala del banquete y me he tumbado otra vez al lado de mi marido. Al poco, ha retornado Ovidio, sonriente y ufano, como un cazador tras haberse cobrado una pieza. Su compañera de triclinio entonces le ha propuesto un juego de resistencia y contención para practicarlo al final de la cena. “No me pongas a prueba” le ha respondido él, mientras me miraba a mí muy fijamente. “Porque si ningún romano puede contener las aguas tumultuosas del Tíber cuando decide salirse de su cauce, menos aún podría refrenarme a mí”. Ella, confusa, se ha vuelto hacia otros comensales. Y yo he sofocado a duras penas una carcajada. ¡Qué deliciosamente audaz resulta esta noche mi Ovidio!
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NOTA: Ésta es la versión de Corina respecto al texto de Ovidio Banquete comprometido Espero que os haya gustado. Es cada vez más atrevida…

*Detalle de pintura mural representando a Venus y Marte. Pompeya.

**Detalle de pintura mural representando a Venus. Pompeya.

***Detalle de retrato del emperador Septimio Severo. Museo Arqueológico Nacional.Madrid.

****Flores de Isabel Romana. Valencia.

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lunes, noviembre 24, 2008

A LUTACIA, ALUMNA DE SEVERA



Lutacia, niña amada, viniste a mí apenas traspasado el umbral de la juventud, cuando yo había cruzado ya el de la vejez. Trajiste la luz contigo, pues ni siquiera los pájaros eran más alegres que tú y la primera torpeza de tus dedos se deshacía en risas. ¡Cuántas tardes, al terminar la clase, tocábamos juntas en mi jardincillo y te inventabas melodías para acompañar el murmullo de la fuente! La música nos hacía felices y tú te resistías a volver a tu casa.

Al conocer tu muerte, se rompieron las cuerdas de mi pandura.


NOTA: Este epitafio ha sido inspirado por la lápida de la fotografía, colgada en la página de Augustaemerita, quien ha tenido también la gentileza de fotografiarla de nuevo para conseguir mayor calidad. También es suya la información sobre la pandura, antecedente romano de la bandurria. Le estoy muy agradecida.


* Lápida funeraria de Lutatia Lupata, de 16 años, alumna de Severa, quien le dedica la lápida. Museo romano de Mérida. Foto de Augustaemerita.
**Fragmento de pintura mural de la villa de Livia. Museo Massimo alle Terme. Roma.

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miércoles, noviembre 19, 2008

BANQUETE COMPROMETIDO

“Tu marido tiene que acudir con nosotros al mismo banquete: ¡Ojala esa comida sea para él la última! Tal es mi ruego.

¿De modo que tendré yo que contemplar a la mujer que quiero tan solo como un invitado más? ¿va a ser otro el que sienta el placer de tus caricias? ¿Calentarás el regazo de otro sometida a él en perfecta avenencia? ¿será él quien eche la mano sobre tu cuello cuando quiera?


(…) Ven antes que tu marido; no veo qué podemos hacer aunque vengas antes, pero a pesar de todo, ven antes. Cuando él se tienda sobre el lecho del criclinio y tú también vayas siguiéndole, con expresión de modestia, a tenderte a su lado, tócame el pie sin que nadie lo vea. Estate pendiente de mí, de los movimientos de mi cabeza y de la expresión habladora de mi cara: recibe esas señales furtivas y devuélvelas tú también. Te diré con mis cejas palabras que hablen sin voz; leerás palabras en mis dedos y palabras escritas con vino. Cuando te acuerdes de nuestros juegos amorosos, tócate las rosadas mejillas con tu fino pulgar. Si tienes que hacerme algún secreto reproche, cuelgue tu delicada mano del lóbulo de tu oreja. Cuando te guste algo, lucero mío, que yo haga o diga, dé vueltas el anillo sin parar en tus dedos.”


OVIDIO. “Amores”.
Traducción de Vicente Cristóbal López



*Detalle de un cuadro de Alma-Tadema.

**Detalle de un relieve en un sarcófago. Museo Massimo alle Terme. Roma.

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lunes, noviembre 17, 2008

PELIGRO



Graffiti en el muro del templo de Diana en la colina del Aventino:

"Lucio Marco es un mal médico al que se le mueren muchos pacientes. Pero mil veces más peligrosa es su mujer, pues ella te mata de amor sólo con mirarte."




NOTA: Queridos amigos, por razones de trabajo y familiares no puedo atenderos tanto como me gustaría. Trataré de visitaros cuanto antes. Besotes.

*Cabeza de Juno. Museo Altemps. Roma.
**Detalle de ornamentación de un relieve. Museos Capitolinos. Roma.

jueves, noviembre 13, 2008

FORTALEZA



Ayer mismo, Ficinia, mientras veíamos atravesar la calle a un borrico con una carga de leña tan enorme que parecía a punto de quebrarle las patas, te admirabas de la fortaleza del animal. Y yo me admiro de la fortaleza tuya, porque sufrir cada día a un animal como tu amo es más de lo que cualquier borrico podría soportar.




* Detalle de pintura mural representando la Batalla del lago Regilio. Museos Capitolinos. Roma.
** Fragmento de un sarcófago. Museos Capitolinos. Roma.

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lunes, noviembre 10, 2008

CORINA HABLA DE SU SIESTA CON OVIDIO

Dedicado a Antiqva

Hoy Publio Ovidio ha tratado de desnudarme a plena luz del día. Según él, nuestros cuerpos están hechos para ser contemplados y los dioses no pueden aprobar en modo alguno que los ocultemos. Le he manifestado mi vergüenza, y creo, incluso, que mis mejillas se han puesto más rojas que si hubiera bebido una copa de vino sin agua. “Mira la Venus que esculpió Praxíteles” – insistía –. “Ni siquiera ese gran artista respetó el pudor de la diosa. Y dime ¿no te gustaría saber si me pareces más hermosa que ella?” Le he vuelto la espalda para ocultar mi azoramiento y él, aprovechándose de mi debilidad, me ha mordisqueado la nuca y murmurado al oído: “No podré escribir ni un solo verso más si te obstinas en negarle a mis ojos toda posibilidad de inspiración. Y dirán los siglos venideros que fue Corina la culpable de que enmudeciera mi poesía”. Haciendo inútiles esfuerzos para zafarme he protestado: ”Jamás había escuchado argumentos más vacíos!”. Pero sus manos… ¡Ay sus manos...! Esas no necesitan argumentos.

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NOTA: Tras la lectura del texto de Ovidio colgado en este blog con el título “Siesta con el poeta Ovidio”, nuestro común amigo antiqva expresó su deseo de conocer la versión de Corina. A él le debo, pues, la idea de hacer este post. Le estoy muy agradecida por una sugerencia que espero pueda dar más frutos.


*Detalle de la escultura Venus Capitolina, copia romana de la estatua de Venus del escultor griego Praxíteles (s. IV a.C.). Fotografía de Paco Hernández. Museos Capitolinos. Roma.

**Detalle de pintura mural de Anibale Carracci en el Palazzo Farnese.Roma

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miércoles, noviembre 05, 2008

LAS OCAS SAGRADAS DE LA DIOSA JUNO


¿Quién me iba a decir que iría por las calles de Roma en brazos de una esclava…? ¡Menudo ridículo! Hago esfuerzos desesperados por soltarme, pero la vieja Ruda me tiene bien agarrada. Incluso más de la cuenta. No nos ha perdonado a mi ama ni a mi que ayer burláramos su vigilancia y nos escapáramos para ir al mercado.

- Hoy iremos con mi madre a ver la procesión de las ocas – me ha susurrado al oido mi ama hace un rato, mientras yo dormitaba sobre la hierba del jardín. La palabra “oca” ha sacudido de mi cuerpo y de mi mente toda pereza. De un sólo salto ya estaba lista para salir. El ama grande se ha opuesto rotundamente a que yo fuera, pero al final ha accedido a condición de que me llevara en brazos una esclava.

- Ya tienes catorce años y eres una jovencita casadera – le ha advertido a mi ama – así que debes presentarte en público con elegancia y dignidad. ¡Nada de llevar encima a una gata!


Hay mucha gente por las calles y cuesta avanzar, a pesar de los dos fornidos esclavos que nos abren camino. Al fin conseguimos atravesar el foro, subir la cuesta que lleva al Capitolio y aproximarnos al templo de Juno Moneta, donde los esclavos del templo empujan sin contemplaciones a la multitud para abrir paso a la procesión.

Un grupo de flautistas, haciendo sonar sus instrumentos, anuncia la inminente presencia de los sacerdotes. Éstos desfilan con lentitud y paso solemne y a continuación, para alegría mía, un perro crucificado es izado como un estandarte para que puedan verlo todos. Lo reciben con un escandaloso abucheo antes de que sus porteadores comiencen a caminar, seguidos por dos filas de niñas con cestos repletos de grano. Y de pronto aparece, sentada en lo alto de una litera descubierta, adornada con capas y capas de tela de color púrpura y oro, con el cuello ceñido por una cinta roja cuajada de piedras deslumbrantes, con el plumaje hinchado y la mirada estúpida… ¡una oca!


La ovación que le prodiga el público es atronadora. Ruda grita al notar que le clavo las uñas, pero cierra aún más los brazos para sujetarme. ¡Yo a esa oca tan gordita me la zampo...!

Mi joven ama pone una mano sobre mi cabeza. Está emocionada.

- Una vez, las ocas sagradas del templo de la diosa Juno salvaron a Roma – me dice con suavidad, como si quisiera tranquilizarme –. La guarnición apostada aquí, en la ciudadela, estaba durmiendo cuando los galos, amparados por la noche, treparon por las rocas para sorprenderlos. Ni siquiera los perros se dieron cuenta… Fueron las ocas de la diosa las que empezaron a graznar y aletear hasta que se despertaron los soldados y rechazaron el ataque. Juno Moneta – “la que avisa” – fue el sobrenombre que se le dio a la diosa. Y las ocas son alimentadas desde entonces con dinero del erario público. Por eso en este día se honra a las ocas y se castiga al perro.

- ¿Sabes? – añade tras una breve pausa –. Me gustaría muchísimo que tú y yo nos convirtiéranos en heroínas…

Dejo de forcejear y la miro con tristeza. Después de escuchar estas palabras, me falta valor para atacar a esa estúpida oca.

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NOTA: Los galos atacaron y destruyeron Roma a principios del siglo IV a.C. Sin embargo, no consiguieron desalojar a los defensores romanos que se habían refugiado en la ciudadela, esto es, el bastión desde el que se defendía la ciudad, situado en una de las cimas de la colina del Capitolio. Dentro de la ciudadela estaba el templo de Juno, que a partir del episodio que se ha narrado se llamó "la avisadora", esto es, Juno Moneta. Bajo el podium de su templo se fabricaban las piezas de metal que se utilizaban para el intercambio comercial y que, precisamente de ahí, recibieron el nombre de "monedas". Se desconoce la fecha concreta en que se celebraba anualmente esta procesión.

* Gato romano, en las cercanías de la Piazza Campo di Fiori. Roma.

**Lugar donde estuvo emplazada la ciudadela. Las ruinas que aparecen en primer término podrían ser del "auguraculum", el lugar donde se colocaban los augures para observar el cielo. Los edificios de atrás, corresponden a la actual Iglesia de Santa María in Aracoeli y al monumento al rey Vittorio Emmanuele. Piazza del Campidoglio en el Capitolio. Roma.

***Detalle de relieve de una procesión. Ara Pacis. Roma.

****Detalle de mosaico representando un pato. Museo Termas de Diocleciano. Roma.

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miércoles, octubre 29, 2008

SIESTA CON EL POETA OVIDIO

El poeta Ovidio se tiende sobre el lecho para descansar a la hora de la siesta un caluroso día de verano. Y esto es lo que ocurre cuando hasta su cuarto llega su amada:

“He aquí que llega Corina, vestida con una túnica sin ceñir, su cabellera peinada en dos mitades cubriéndole el blanco cuello (…)

Le arranqué la túnica, aunque por lo fina que era apenas suponía estorbo; ella sin embargo luchaba por taparse con la túnica; y luchando como si no quisiera vencer, fue vencida, mas sin dolerse de su rendición. Cuando quedó erguida sin vestiduras frente a mis ojos, en ninguna parte de todo su cuerpo encontré defecto alguno; ¡qué hombros!, ¡qué brazos tan hermosos vi y toqué!, ¡cuán a propósito era la forma de sus senos para apretarlos!, ¡qué liso su vientre bajo el terso pecho!, ¡qué anchas y estupendas sus caderas!, ¡qué juvenil su muslo!

¿Para qué contarlo todo minuciosamente?: nada vi que no fuera digno de elogio, y desnuda la estreché contra mi cuerpo. ¿Quién no adivina lo demás? Fatigados luego, estuvimos descansando los dos.

¡Ojalá tenga yo muchos mediodías como éste!”


OVIDIO.- "Amores"
Traducción de Vicente Cristóbal López



NOTA :En Kala Editorial está colgado mi relato “La decisión de la reina”. Quienes no lo hayan leído y les apetezca conocerlo, pueden leerlo aquí y, si les gusta, otorgarle su voto. El botón para votar está en la parte superior de la página, antes de que empieze el texto.

* Figura femenina, quizá retrato de Cleopatra. Museos Capitolinos. Roma.

** Detalle de un friso en el foro de Nerva. Roma.

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lunes, octubre 27, 2008

EN MEMORIA DEL ACTOR NONIO


Oh Nonio, tú que eras la luz de la mañana y la alegría en la tormenta, yaces ahora aquí, reducido a cenizas, después de haber regalado al mundo XX años, VII meses y XII días de vida gozosa. Fuiste favorito del público y digno de perpetua memoria pues, siendo actor, no dejaste de ser íntegro y valiente, capaz de decir la verdad cuando muchos ciudadanos guardaban vergonzoso silencio. Y lo demostraste el día en que, mientras te hallabas en escena recitando un poema sobre la perversidad de los tiranos, el dictador Sila te interrumpió a gritos ordenándote callar y tú, hombre digno entre los dignos, te negaste a obedecerle. Y ello aún sabiendo que sus esbirros te esperarían emboscados en un callejón.

Tu esposa Ancilia, con el corazón lleno de orgullo y dolor, te dedica esta lápida.


NOTA 1: La historia, como el epitafio, son inventados. Sila fue dictador en los años 82-81 a.C. tras duras guerras civiles. Sembró el terror en Roma y entre sus medidas estuvo el derogar el derecho de los pobres a adquirir trigo a precio reducido. Los actores, mimos y cuantos trabajaban sobre un escenario, al igual que los gladiadores, aun cuando se convirtieran en ídolos de las masas, eran despreciados y considerados lo más bajo de la escala social.

NOTA 2 :Os comunico que en Kala Editorial han colgado mi relato “La decisión de la reina”. Podéis leerla
aquí y, si os gusta, otorgarle vuestro voto. El botón para votar está en la parte superior de la página, antes de que empieze el texto.

*Detalle de relieve representando a unos actores. Restos del Teatro de Pompeyo en el sótano del restaurante Da Pancrazio junto a la plaza Campo di Fiori. Roma.

** Flores en el Campidoglio. Roma.

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miércoles, octubre 22, 2008

INJUSTICIA GATUNA

Dedicado a miss Lizzie Crabb.

- ¡Si sigues portándote así de mal, te cambiaré por un perro! – me amenaza mi dueña agitando su dedo índice delante de mis bigotes. Me apetece atusármelos con la lengua, pero me reprimo. Es mucho mejor poner ojitos tristes y mirarla fijamente, sin mover un solo músculo.


- ¡No debes volver a hacerlo nunca más! – A esta orden respondo con un parpadeo y un débil maullido. Saco la lengua y me limpio la sangre de la pata. Si hubiera sitio entre tanta gente, me haría un ovillo a sus pies para darle entender que, por mi parte, está olvidado todo y no le guardo rencor.


- Y a mí, ¿quién me paga? – exclama una voz desagradable. Y, como si me hubieran encerrado dentro de una olla y alguien levantara de improviso la tapadera, vuelve de repente el ruido del mercado. Esclavos pregonando a gritos la mercancía: ¡tengo los mejores corderos, los más blancos, cerdas preñadas para los sacrificios…! Mugen los bueyes y hacen temblar el suelo al recular y apartarse obedeciendo a los golpes de la vara. Las ovejas, miedosas, corren de un lado a otro levantando nubes de polvo. Hay cacareos, batir de alas cuando una mano penetra en una jaula y saca un gallo o una gallina y le ata las patas antes de entregarla cabeza abajo al comprador. Pequeñas cajas de junco se amontonan en equilibrio y se balancean con el revoloteo de plumas y el piar de jilgueros, canarios, codornices, gorriones. Se me hace la boca agua.



- ¡Quieta! – grita otra vez mi ama mientras termina de pagar y se guarda apresuradamente la bolsa de las monedas. Sin la menor consideración me agarra por el pescuezo y me levanta hasta que nuestros ojos quedan a la misma altura. – Por tu culpa, he malgastado el dinero. Hoy debería dejarte sin comer, por traviesa.


Me aplasta contra sus diminutos senos y, sin hacer caso a mis maullidos, echa a andar alejándome del mercado de mis delicias. ¡Y yo que acababa de perdonarle que me hubiera arrancado la comida de la boca!


Me duele mucho esta injusticia. ¡Tanto jaleo por haberle hincado el diente a una paloma!



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NOTA 1: Los gatos eran animales muy apreciados en la antigua Roma por sus dotes de cazadores de ratones, pero no se les consideraba un animal de compañía. Como en toda regla, hubo excepciones. Espero que esta gata y su joven ama constituyan una de ellas y nos acompañen de vez en cuando por Roma.


NOTA 2 :Queridos amigos, os comunico que en Kala Editorial han colgado mi relato “La decisión de la reina”. Podéis leerla aquí y, si os gusta, otorgarle vuestro voto. El botón para votar está en la parte superior de la página, antes de que empieze el texto.


* Gata en el escaparate de una tienda de objetos usados en el Trastévere. Roma.

**Rebaño de ovejas en la vía Appia. Roma.

***Nubes sobre el foro. Roma.

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lunes, octubre 20, 2008

DESPECHO JUVENIL


Tu amor no me importa, Febe. Te veo coquetear con ese presumido de Fíbulo junto al ninfeo de Egeria y me doy cuenta de que tus andares son horribles y tus pies enormes. ¡Quieran los dioses que ahora mismo te tropieces y te caigas de cabeza dentro del estanque dejando tu culo fuera! Me sentiré muy a gusto viendo como Fíbulo y toda Roma se carcajean de ti.


* Ninfeo de Egeria, en el valle della Caffarella, entre la vía Appia y la vía Latina. Roma.
** Agua en una fuente romana.

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viernes, octubre 17, 2008

A UN PAJARILLO





Afligíos, oh Venus y Cupidos
y todo el que venere la belleza:
que ha muerto el pajarillo de mi niña;
pajarillo, delicia de mi niña,
a quien más que a sus ojos ella amaba,
pues era como miel, la conocía
tanto como a su madre una muchacha,
y no se separaba de sus faldas,
que saltando de un lado para otro
píaba sin cesar sólo a su dueña.
Ahora sigue el camino de las sombras,
allá de donde, dicen, nadie vuelve.
Mas malditas seáis, malas tinieblas
del Orco que lo bello devoráis:
tan bello pajarillo me robasteis.
Mi pobre pajarillo, ¡qué desdicha!,
por ti ahora los ojos de mi niña
están rojos e hinchados de llorar.


CATULO.- Poemas.


Traducción de Juan Manuel Rodríguez Tobal



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*Gorrión comiendo sobre la mesa de isabel romana. Roma.
*Detalle de decoración de un sepulcro. Cementerio protestante. Roma.

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