sábado, noviembre 28, 2020

CUANDO LA LEYENDA NEGRA NOS IMPIDE VER A LUCRECIA BORGIA

  

Lucrecia Borgia (1480-1519) fue una de las personalidades femeninas más fascinantes del Renacimiento y más maltratada por la historia. Hija del papa valenciano Alejandro VI, su vida quedó enturbiada por la leyenda negra creada por las corrientes coetáneas antipapales y antiborgianas que prosperaron en su tiempo y fueron repetidas y reproducidas con escaso sentido crítico por historiadores posteriores. Le dediqué unas páginas en mi obra "Mujeres de Roma. Heroísmo, intrigas y pasiones", pero sin duda ella merece muchas más. Y en ello estoy. 

Os dejo el enlace al programa de radio "Pegando la hebra" de María Vicenta Porcar, en el que hablamos de ella.

Enlace al programa en que hablo de ella

 Fotografía: Medalla conmemorativa del acenso de Lucrecia Borgia a los ducados de Ferrara, Módena y Reggio en 1508.

5 comentarios:

Dyhego dijo...

Muy, muy interesante.
Siempre un placer oírte.
Vale, Isabel.

Isabel Barceló Chico dijo...

Muchas gracias, querido Dyhego. Espero que estés muy bien y cuidándote mucho. Un abrazo enorme.

elena clásica dijo...

Queridísima Isabel:

Que alegría más grande ha sido escuchar tu voz en esta entrevista. Se me ha dibujado una sonrisa emocionada, y es que es un privilegio escuchar esa voz llena de sabiduría y pasión por mujeres tan interesantes, en este caso, como por Lucrecia Borgia. Esta labor que defiendes a capa y espada de hacer justicia por recuperar la memoria verdadera y situar en su justo lugar a mujeres tan injustamente desprestigiadas y vilipendiadas como Lucrecia y otras (en mi pensamiento siempre Clodia), este extraordinario trabajo es sublime. No tengo palabras de admiración y respeto por tu preciosa y preciosista labor.
Un abrazo enorme de todo corazón.

Maria dijo...

Amem entrego minha família e aqueles que mais precisarem de deus.amem

Umma1 dijo...

Hola Isabel.
Un gusto volver a leerte.
Espero, que nuevamente el intercambio sea fluido y que la vida para vos y los tuyos, marche interesante y cuidada.
Un enorme abrazo desde Buenos Aires.