Ovidio había enviado a Corina un mensaje escrito en unas tablillas pidiéndole una cita.
“Llorad mi desgracia: tristes han vuelto mis tablillas; las letras infelices dicen que hoy no puede. (…) Marchaos de aquí, ingratas tablillas, maderas fúnebres y tú, cera cubierta de signos para decir “no” (…) ¡A estas [tablillas], loco de mí, he confiado yo mis amores y les he dado cariñosas palabras para que las llevaran a mi dueña! Esta cera sería más adecuada para que en ella se escribiera una citación a juicio llena de palabrería que leyera con voz severa algún juez. (…) ¿Qué puedo pedir en mi cólera, sino que os corroa la carcomida vejez y que vuestra cera se ponga blanca por el sucio moho?”
AMORES.- Ovidio. Traducción de Vicente Cristóbal Lópeza
NOTA 1: Esto es lo que había pensado Corina antes de responderle.
NOTA 1: Esto es lo que había pensado Corina antes de responderle.
NOTA: Los romanos utilizaban unas tablillas de madera, cubiertas de cera, para escribir. Se reutilizaban continuamente. Si querían conservar un texto, lo escribían “en limpio” sobre papiro. Las leyes, para que no se perdiesen ni se borrasen, se grababan en bronce.
*Detalle de pintura mural romana. Unas manos con unas tablillas. Foto sacada de Internet.
** Tablillas de varios tamaños. Expuestas en la Domus Baebia Saguntina, taller de cultura clásica. Sagunto, Valencia. Foto Isabel Barceló.