Hoy, los ojos de la augusta Gala Placidia se han cerrado para no
volverse a abrir. Ya puedes verter lágrimas amargas, Roma, pues toda tu belleza
y tu fastuosidad son poca cosa comparadas con un amor tan grande. ¡Conmoveos,
murallas, vosotras que visteis cabalgar a vuestros pies a los enemigos
visigodos y, entre ellos, esplendoroso, a Ataúlfo! Gala también lo vio. Y no os
derrumbasteis entonces devoradas por las llamas porque un corazón incendiado de
amor no destruye, sino que produce más amor.
Has sido muy afortunada, Gala Placidia, más que ninguna otra romana: pese
a las pérdidas, los sufrimientos y las desdichas que han jalonado tu existencia, tu corazón ha muerto aún enamorado.
NOTA 1: Gala Placidia murió en Roma el 27 de noviembre del año 450
d.C. Era hija del emperador Teodosio (de origen hispano), hermana de los
emperadores Honorio y Arcadio, emperatriz consorte de Constancio III y madre
del emperador Valentiniano III. Su primer matrimonio fue con el visigodo
Ataúlfo, sucesor de Alarico, con quien se casó por amor y tuvo un hijo, muerto
prematuramente. No olvidó nunca a su primer marido y gran amor.
NOTA 2: Queridos amigos, disculpad mi ausencia y mi poca actividad en
el blog, estoy pasando una temporada cargada de trabajo que me dificulta estar
más tiempo con vosotros. Os dejo algunas fotografías de la presentación de La
muchacha de Catulo en el museo L’Iber de Valencia el pasado jueves 21 de
noviembre. También os dejo, para quien quiera curiosear, el album de fotos de este acto que figuran en el Museo L'Iber
7 comentarios:
Comparto esa idea de que los únicos incendios permitidos deben ser los que dictan los corazones.
Ya veo que no paras. Eso es bueno, que la gente conozca lo que escribes. Una aspiración muy bonita, porque al fin y al cabo se escribe para uno mismo, pero también para compartir lo nuestro con los demás.
Un saludo.
Leyéndote hasta los personajes y la historia cobra volumen y expresión. Hace poco pasé por tu querido S. Pietro in Vincoli saludando a Eudossia y Valentiniano III. Siempre había visto a Gala Placidia desde el punto de vista de su hijo, combinada con Ezio y sus intrigas... ahora la veo a ella y te doy gracias como siempre por tu mirada atenta y vital. Con cariño desde tu helada Roma.
Un corazón incendiado de amor no destruye,sino que produce más amor:que bonita frase de verdad que el amor es tanm necesario y si alcanza esta dimensión es imposible apagar estas llamas.
Eso es bueno que tengas tantos alicientes y sobre todo que estas presenetaciones sean tan entrañables.
Gracias por compartir estos momentitos.
Besos Isabel.
Espero que tu libro se extienda como el fuego aunque aparezcas por aquí de vez en cuando.
Sigues brillando a gran altura, ya lo veo...
Tras meses de ausencia, vuelvo por estos lares.
Un abrazo enorme.
Lo que me parece realmente triste es pasar por la vida sin haber conocido lo que es esa hoguera en el corazón de uno, verdad?
Sigue disfrutando todo lo que puedas!
Un beso
El amor incendiado y haciendo más grande el universo. Qué poesía, que sentimiento, qué sensibilidad.... en estas palabras. Y qué suerte asistir a la presentación de La muchacha de Catulo, una obra que vive siempre en mi corazón.
Un abrazo, Musa.
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