martes, enero 16, 2007

DIDO Y ENEAS (III).- En el templo de Melqart

Karo ha dejado a su lado, en el suelo del patio, su colección de tablillas y reposa las manos sobre el regazo. De vez en cuando me mira a la cara y me observa fijamente, como si cada una de mis arrugas fuera un mapa secreto. Trata de descifrarlo e, incluso, de averiguar a través suyo lo que estoy sintiendo. Uno de los rasgos que más me agradan de él es, precisamente, su deseo de conocer y comprender. No se limita a copiar al dictado, como cualquier escriba.

- ¿Por qué al hablar de tu abuela la llamas Barce?¿Por qué no, simplemente, abuela? – pregunta al cabo de un rato.

- Porque no estamos escribiendo una fábula inventada por una anciana para entretener a los niños. Estoy contando una verdad o, al menos, una parte de la verdad. Pretendo que mi trabajo se tome en serio. Y, ahora, ¡Vamos! – le digo dando un par de palmadas – ¡Coge de nuevo el cálamo y acabemos! Esta tarde bajaremos pronto a la playa. Nos hará mucha falta contemplar el mar.
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Apoyadas contra la pared trasera del templo, Dido y Barce se sujetan una a la otra, buscan apoyo muto para no caer y para no gritar. Una nube ha cubierto la luna y ennegrece la noche. Dido tiene la sensación de estar cayendo por un abismo. El corazón le estalla en las sienes y le embota la capacidad de comprensión. La sangre de las venas se le ha transformado en hielo. Barce se esfuerza en contener las arcadas que le contraen las entrañas y en manetenerse firme sobre las piernas. No puede ser cierto. Deberían volver a mirar a través del ventanuco, cerciorarse de no haber sido engañadas por el miedo o la penumbra. Sin embargo, ninguna de las dos se siente capaz de hacerlo. ¿Cómo podrían soportar de nuevo la vista de tanto horror? La expresión del soldado que las acompaña y está mirando por la otra ventana les confirma que no se han equivocado.

Dos hachones en el interior del templo arrojan luces y sombras que subrayan el espanto de la escena. Junto al ara de los sacrificios del dios Melquart, sujetos a un clavo por las muñecas, penden los despojos de un hombre. Un colgajo de músculos rojizos rezumantes de sangre, perfectamente marcados, como si fuesen obra de un artista. Aún cuelgan tiras de piel opacas y flácidas en las rodillas, en los costados. Las mujeres han reconocido a Siqueo por los cabellos y la barba, por la nobleza que aún queda en su rostro estragado por la tortura e inclinado, ya sin vida, sobre el pecho sanguinolento. Lo han desollado vivo.

Entre las sombras hay muchos soldados. Delante del altar, dando la espalda al muerto, está Pigmalión, el hermano de Dido. Las mandíbulas y los dientes contraídos por la furia, los rasgos de la cara ensombrecidos. Un destello relampaguea en sus ojos mientras observa a unos hombres agachados en el suelo.

- ¡Daos prisa! – los apremia a media voz – Apartad cuanto antes esas losas. No tenemos mucho tiempo. Veremos si este cerdo ha dicho la verdad…

Estas palabras, apenas audibles pero cargadas de odio, arrancan a las mujeres de su estado de estupor. Sienten la urgencia de huir, de ponerse a salvo. Ahogando los gemidos de su corazón, abandonan con rapidez el patio del templo y recorren en sentido inverso las mismas calles desiertas hasta llegar al palacio. Dido apenas puede hablar, su mente es un torbellino que gira y gira incapaz de detenerse en nada. Sin embargo, ha comprendido ya. Y tiene plena conciencia del peligro. Antes de llegar al umbral de su dormitorio, se vuelve para hablarle al soldado.

- ¿Eres leal a tu reina? – le pregunta mirándolo de frente.

- Daré la vida por ti, señora.

- Entonces, busca un compañero que te releve de la guardia – le dice – y tú, sin perder tiempo, ve inmediatamente a casa del príncipe del Senado. Sácalo del lecho y tráelo enseguida a mi presencia. No le reveles nada, díle únicamente que lo llamo por un asunto urgente y secreto.

Cuando el soldado se marcha, las dos mujeres entran en la habitación.

- ¿Es prudente confiar en él?

- Sin duda. De otro modo nos habría delatado en el templo – responde Dido – Pero, ¿Cómo nos atrevemos aún a hablar así? No hay en esta ciudad una confianza más vapuleada que la mía. ¿Has visto, Barce? ¿Viste a Siqueo …? Y ha sido mi propio hermano quien lo ha hecho...

Las dos mujeres se abrazan y Dido acaricia el cabello de la vieja sirvienta. Barce tiene el corazón destrozado. Recibió a Siqueo cuando era un recién nacido, lo amamantó de sus pechos al mismo tiempo que a su hijo, ha crecido bajo sus cuidados. Si hubiera nacido de su vientre no lo habría amado más.

- Escúchame bien, Barce – dice la reina deshaciendo el abrazo – No podemos llorar ni lamentarnos. No ahora. Bien sabes cuánto significaba Siqueo para mí. Si me hubieran dicho ayer que hoy estaría muerto, me habría ofrecido a morir en lugar suyo. Pero no hay elección posible. Nuestas vidas están en juego y mi pueblo y mi corona también. Es preciso pensar, y hacerlo rápido si queremos salvarnos. – Y como la anciana continúa sollozando, con la cabeza gacha, le toma con ambas manos el rostro y se lo levanta – Mírame, Barce. Ayúdame a ser fuerte. No pienses que el aplazar el duelo atenta contra la dignidad de Siqueo o apartará de nosotras la amargura. Cuando todo esto haya pasado el dolor nos estará esperando.

- Mi reina – interrumpe el soldado de guardia – El príncipe del Senado está aquí.

- Quieran los dioses iluminarnos para afrontar con acierto las próximas horas. Dile que pase.




*Museos Capitolinos. Detalle de mosaico
**Museos Capitolinos. Detalle de escultura representando a Marsias
***Museos Capitolino. Busto femenino
****Museo Massimo alle Terme. Detalle de mosaico

53 comentarios:

Ángela dijo...

La ambición humana... qué horror.
Isabel, desde luego que me has hecho ver las imégenes con total claridad. Ahora dudo si era texto un un vídeo.
Un besito, Romana.

Anónimo dijo...

Imilce heredó de su abuela una gran memoria.

cieloazzul dijo...

jooooooo Isabelllllll!!!
me has dejado con el corazón encogido y acelerado, esa descripción es exacta y llena angustiosa sorpresa....
me has dejado noqueada:s
vuelvo a ver el siguiente capitulo!!!
no tardes:)
Besos mi niña:)

Heriberto dijo...

Dos mujeres/diosas frente al destino,¿ qué les tendrá preparado la diosa de Rona esta vez?

Un saludo de año nuevo Isabel.

Grimalkin el Bardo dijo...

Inquietante, como siempre que te lo propones, querida y admirada Isabel.
Por el momento no digo más.

Te hago una reverencia, y te mando un saludo muy cordial.

MARIA DEL NORTE dijo...

Ayyyyyy que terrible visión !
El amado, para Dido, y el casi-hijo, para Barce; despellejado !

Me impresiona la entereza momentánea con que Dido enfrente la espantosa situación.

Que les deparará el destino ...

Anónimo dijo...

Sabes que?

Que me quedo a vivir aqui...

Un beso.

Juan dijo...

Es una delicia leerte Isabel, voy a imprimir todas las entradas para deleitarme leyendolas tranquilamente cuando hayas terminado la narración.
Un beso cara Isabel.

Aurefaire dijo...

Ayyyyyyyyyyyyyyyy amigaaaaaa me pones la piel de gallina!!!!! quiero el proximo capitulo!!!!!
besitos de hada!!!

fgiucich dijo...

La fortaleza de una reina que, sobreponiéndose al dolor de la muerte, convoca para seguir gobernando o planificar la venganza. Atrapante, amiga. Abrazos.

krisish dijo...

Ya he leído las dos partes que me faltaban y ahora quiero más...jeje
Un saludete de krisish

Anónimo dijo...

Otra gran historia. Estoy sin palabras. Espero con ansia la continuación.

Anónimo dijo...

La sabiduría de una mujer contra las ansias de poder y la muerte como testigo fiel de lo horribles que somos...siempre hay una rueda en la historia que se repite...un beso.

Irene dijo...

uff espero la cuarta parte,con la llegada de un nuevo personaje importante en escena.
Besos Isabel.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Bueno. Me quedo con ganas de leer más...Paciencia.

Gracias y saludos.

Anónimo dijo...

Me ha gustado la entereza con la que Dido afronta el horror de la realidad. Ya habrá tiempo para el dolor, sigue ahí. Ahora necesita la inteligencia.
Muy bien Isabel, estás enseñando como afrontar momentos terribles sin desfallecer.

eggy dijo...

Hola Isa!!
Aunque ando flojo para comentar (hasta que la mano se recupere) sigo esta nueva historia con la misma admiración que las anteriores.
Besos!!

Acus dijo...

¿¿Yaaaa?? ¡¡Se me ha hecho cortísimo este tercer fragmento!!

¡Qué decepción que un hermano se comporte de esa manera! Y Dido, compungida como está, intenta reunir todas las fuerzas que tiene para poder enfrentarse a lo que ha visto.

Menos mal que aun quedan personas en las que poder confiar.

¿Cómo podría castigarse un delito como ese? ¿Qué se podría hacer para que Pigmalión fuera consciente de que lo que ha hecho ha sido un acto inhumano? ¿Se le haría lo mismo a él, para convertirnos nosotros en Pigmalión? ¿Se le habla con respeto y cariño, para que nos traicione a la primera de cambio? Difícil cuestión, Isabel Romana.

Un enorme abrazo y gracias por sorprenderme y crear en mí tanta espectativa por lo que les pueda pasar a Dido y a Eneas.

Isabel Barceló Chico dijo...

Saludos angelusa, desde luego la ambición sin escrúpulos ha producido - y sigue produciendo - grandes males individuales y sociales. Era un vídeo. Besotes.

Hola niha, creo que la abuela de Imilce le repitió un millón de veces esta historia. Y nosotros la repetiremos una más. Besitos.

Saludos, cieloazzul, la vida está llena de estos momentos dramáticos y es sorprendente hasta qué punto somos capaces los seres humanos de soportarlos. Vuelvo enseguida, seguro. Besotes, guapa.

Hola heriberto, llegas muy a tiempo para presenciar lo que va a ocurrir. Saludos también de año nuevo.

Saludos, grimalkin el bardo, quien está más falta de reverencias es la reina Dido, así que se la pasamos a ella. Muchos besos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola maría del norte, tengo la impresión de que esa expresión "sacar fuerzas de flaqueza" sería aplicable en este caso. Hay un instinto de supervivencia que se impone. Besos y hasta pronto.

Hola tsunami, bienvenida a la casa de Imilce en Cartago, aquí tienes comida y techo y, seguramente, algunas veladas entretenidas en torno al fuego del hogar. Besitos de buenas noches.

Saludos, juan, creo que es buena idea. La lectura en una pantalla de ordenador no es ni la mitad de agradable que leer en un sillón, cómodamente. Besos y hasta pronto.

Hola hada aurefaire, tenemos por delante muchos momentos de emoción, así que agárrate bien a la varita... Besitos.

Hola fgiucich, la serenidad y entereza de Dido creo que es una de sus cualidades. Y también ese sentido de la responsabilidad en tanto que reina. Besazos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola krisish, esta historia ha empezado con una crisis de verdad... Besos, guapa.

Saludos kurt, enseguida viene el siguiente capítulo. Besos.

Hola fernando, la capacidad que tenemos para hacer daño a nuestros congéneres está archidemostrada, así que hemos de recordarla de vez en cuando, a ver si somos capaces de ponerle freno. Saludos cordiales.

Hola irene, aún falta un poquito para que entre en escena ese personaje que esperas. Quien no lo espera, ni remotamente, es Dido. Besos, guapa.

Hola goathemala, aprovecho para aclararte aquí una duda que pusiste en otro post. Esta Imilce no tiene relación con la Himilce esposa de Aníbal. Sencillamente, me gusta el nombre, la relación que tiene con el mundo púnico y también como un gesto de simpatía hacia las mujeres nacidas en suelo hispánido. Quise escribirla sin H precisamente para, en la medida de lo posible, no confundir. Enseguida llega el siguiente capítulo. Actualizo dos días a la semana, así que ya está casi al caer. Besos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Saludos, ula, creo que Dido está demostrando tener temple. Algo muy necesario para la vida en general y, en particular, para ser reina en tiempos difíciles. Besitos.

Hola eggy, no te preocupes por dejar comentarios, para mí es suficiente saber que estás y lees. Mejórate. Besitos.

Hola acus, creo que has hecho una serie de preguntas muy importantes. Tienen que ver con nuestra actitud ante la vida y ante los problemas, y también con una ética que nos permita avanzar como seres humanos. La historia ofrece respuestas a situaciones similares en un sentido y en otro: a) darle el mismo tratamiento que dá, y b) tratarle en cambio con clemencia, perdonando y esperando que ese Pigmalión, al ser tratado con humanidad, se humanice. Tus preguntas nos ayudan a reflexionar. Besos.

Anónimo dijo...

"...dile que pase." Y un silencio total, profundo y denso da comienzo a uno de los suspensos dramáticos más logrados de tus series, Isabel. La capacidad de Dido para la resolución de problemas, en medio de un estado de conmoción tan agudo, es admirable. Y emociona.

BETTINA PERRONI dijo...

Ayyyyy, me he quedado picadaaaaa !!!

Increible lo que puede hacer el ser humano.... vamos, que ya quiero saber que pasaaaaa :S

Besitos,

Vicky dijo...

Vaya! Qué escena tan dura, qué gran impresión y qué fuerza la de Dido al contenerse y tratar de pensar con la mayor claridad. Genial, sin duda.
Besos

Ninguno dijo...

Hola Isabel:
Llegué a tí por el blog de Daniellha. Y sin poder todavía leer todo ni tu último post, ya sé que tengo que volver sin falta. Tienes mucha calidad para escribir y no sólo eso, te gusta Roma como me encantaría conocer a mí, a igual que Atenas. La razón es la filosofía, claro.
Besos y volveré a leer todo!

Mar dijo...

Bien..., cómo para no seguir hasta el final , ¿eh? Ay como nos atrapas!

Briseida dijo...

Creas adición, Isabel.
Y tus relatos una tensión en la espera de que llegue ese "continuará".
Me quito el sombrero ante usted.
:)

Anónimo dijo...

Con razón decías que continuaría la intriga, este si que fue un capítulo tremendo y ahora la necesidad de conocer la continuación subió de nivel. No tardes por favor.
Un abrazo

Alba dijo...

Isabel, he llegado a tu blog a través de 'Pensamientos perdidos' y me ha encantado. Vas de cabeza a los favoritos;)

elvenbyte dijo...

Estoy pensando en todos aquellos que empiezan a conocer los mitos latinos a partir de tus escritos, incluído yo mismo. Creo que estás haciendo una labor de la que te puedes sentir orgullosa.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola marta drooker, realmente la situación de Dido es muy difícil, pero ella tratará de superarla. Besos.

Saludos, bettina perroni, pronto llegará el siguiente capítulo. Paciencia y besitos.

Saludos, psique, verdaderamente hay que tener una gran claridad de ideas para reaccionar como lo ha hecho la reina. Besos.

Bienvenido gabrielus, Roma es apasionante y seguro que aquí encontrarás algunos aspectos de ella que te interesen. También compartimos la fascinación por Grecia. Gracias por tu visita, espero que te encuentres muy a gusto aquí. Saludos cordiales.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola marcalíope, se te ve guapísima. Creo que Dido nos tendrá a su lado hasta el final. Gracias y hasta pronto.

Saludos, almena, sois para mí un estímulo increíble. Pronto llega la continuación. Besitos.

Hola leodegundia, desde luego que lo ocurrido ha sido tremendo. Un verdadero golpe para Dido. A la pérdida de su marido se suma aquí los riesgos que esa pérdida y ese contexto entrañan para ella. Besos.

Hola alba, estoy encantada de ir de cabeza a tus favoritos y espero que encuentres muchos motivos para volver. Saludos cordiales y bienvenida.

Hola david, muchas gracias por lo que dices. Siempre creí en la utilidad de "enseñar deleitando"... Me gusta tanto la antigüedad clásica que para mí es un auténtico placer fabular sobre ella. Besos y hasta pronto.

Guillermo Alejandro dijo...

Buen texto.

Fue una suerte haber encontrato tu blog accidentalmente (y no tan accidentalmente)
Un abrazo

Patus dijo...

Hola Isabel...un gusto leerte. Admirable el coraje de Dido...me iré poniendo al día.
Slds.

Claullitriche dijo...

...por qué esa muerte? cuál es el peligro del que hay que huir?... mmmm... ya me iré enterando...;

...pero quedo asombrada, como siempre, por la fuerza de estas mujeres de Roma que nos presentas...

...un abrazo a la espera!...

Anónimo dijo...

:( la imagen del despellejamiento; uff!
Abrazote.

CARLOS ARTURO GAMBOA dijo...

Regreso de un viaje mítico y sin ser ningún Odiseo, me encuentro como de nuevo en mi Itaca
Saludos

El argonauta enmascarado dijo...

La intriga está servida y la miel en la boca es un auténtico suplicio.
Espero ansioso la siguiente entrega.
Saludos Isabel.

ybris dijo...

Te leo sin comentarte por falta de tiempo pero no dejaré de hacerlo cuando esté todo completo.
De todas maneras quiero agradecerte tus visitas y tus palabras.
Necesito leerte despacio y seguido.
Y también quiero leer a Virgilio detenidamente.
Eres formidable.

Muchos besos.

MORGANA dijo...

Seguiré pasando por tu casa, que comentario puede hacer?????
solo darte las gracias.
Besos Isabel.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Bien ya escribí sobre increible y fecunda capacidad fabuladora, siempre me quedo con ganas de más. Ahora me llama la atención la cantidad de fotografías que tienes de Roma. Amiga, la imagino por los museos cámara al hombro, jeje.

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Saludos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Saludos y bienvenido, guillermo alejandro trejo carreño, curiosea y siéntete como en tu casa. Un cordial saludo.

Hola patus, gracias por tu visita. Tómatelo con calma, aunque esta historia de Dido y Eneas acaba de empezar. Saludos cordiales.

Hola claullitriche, estas mujeres son tremendas... Besos y hasta pronto.

Hola noa con las mujeres en la sombra, esa imagen es un fragmento de la pieza entera. Procede de los Jardines de Mecenas, y representa a Marsias, que fue despellejado vivo como castigo por desafiar a Apolo a realizar una competición de flauta. El haberse elegido ese mármol de color amoratado, contribuye mucho a crear ese efecto tremendo. En la antigüedad , en el foro romano había una imagen de Marsias junto a la higuera rumial. Supongo que para que nadie se olvidase de los peligros que entraña desafiar a los dioses. (La verdad, no sé qué símbolo habría de colocarse hoy). Besos, guapa.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola carlos a. gamboa, celebro que hayas regresado de un viaje mítico. Y también que te veas favorablemente sorprendido por esta nueva propuesta. Más todavía cuando el rey de Itaca tuvo tanto que ver con las desgracias de Eneas, quien a su vez.... en fin, habremos de esperar a leer toda la historia. Besos.

Saludos, el argonauta enmascarado, ¡hablar de suplicios con el pobre Siqueo hecho unos zorros...! No tardará la siguiente entrega. Besotes.

Hola ybris, no te preocupes por comentar o no, también a mí me falta tiempo, así que lo comprendo muy bien. Ve guardando los espisodios y ya veremos cómo resulta al final. Besos.

Hola morgana, te digo lo mismo que a ybris y a todos los demás. Me encantan y me inspiran vuestros comentarios, pero comprendo que no siempre se puede o no siempre se le ocurre a uno qué decir. Lo que más me importa es que disfrutéis. Besos, guapa.

Hola goathemala, pues te imaginas muy bien, porque tengo una gran cantidad de fotografías de Roma y de los museos donde dejan fotografiar, y aún así a veces me parecen pocas... Quizá sea esa una excusa para volver allí. Besos y hasta pronto.

Unknown dijo...

En corazon de mujer hay mas pasion que cuanto poder existe en la tierra. Ante las imagenes del horror que sobrecoge, la inteligencia decide postergar el duelo porque la hora decisiva asi lo dicta y urgen otros menesteres de resolucion definitoria.


Abrazo tus letras y a vos te beso, a la espera de nuevas luces de tu pluma.

Gaby del Río dijo...

Es un verdadero honor volver a leerle, me perdí de varias publicaciones, pero me pongo al corriente y wow! qué maravilla!!!
Un saludo y un beso enorme.
:)

Isabel Barceló Chico dijo...

Saludos máximo ballester, creo que Dido tiene tan interiorizada su obligación como reina, que es perfectamente capaz de dejar de lado sus sentimientos personales y dejarse gobernar por la inteligencia, como tú dices. Saludos cordiales y hasta pronto.

Hola gaby del río, te echaba de menos. Me alegro que llegues a tiempo de empezar esta historia, creo que resultará emocionante. Besos.

Unknown dijo...

NOTABLE FORTALEZA DE ESTA MUJER EN MOMENTOS TAN DUROS Y APREMIANTES .
ME GUSTÓ TAMBIÉN LA REACCIÓN DE POSTERGAR EL DUELO , SÉ QUE LA PROCESIÓN VA POR DENTRO , COMO DICE EL DICHO , PERO HAY QUE TENER CORAJE PARA HACERLO .

COMO SIEMPRE , EXCELENTE ISABEL .

BESOS

ADAL

anilibis dijo...

Sigo leyendo los relatos. Este, especialmente magistral.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola hippie viejo, también yo creo en la fortaleza de Dido. Imagína, en un momento como éste no es posible entregarse al dolor. Besos, querido amigo.

Hola anilibis, gracias por tus palabras. Contar con tu aprobación es importante para mí. Besotes.

Anónimo dijo...

Aquí leyendo. En e as estamos.

Anónimo dijo...

me enganché, me quedan muchos pero seguiré esta semana leyendolos todos. saludos

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

¡Qué bien escribes, Isabel! Qué bien nos relatas esta historia poniendo de tu cosecha detalles que la acercan al lector contemporáneo. Magnífica, la seguiré leyendo sucesivamente. Un beso.