lunes, marzo 21, 2011

DOBLE RESPIRO

(XIII)

Detenida en su carrera con brusquedad, Rea Silvia creyó haber caído en manos de sus perseguidores y forcejeó para zafarse de aquella garra. Pronto vio ante sí el rostro del pordiosero Alec que se golpeaba repetidamente los labios con el índice pidiéndole silencio. Palantea los vio a tiempo y se paró también. El hombre les hizo un gesto para indicar que lo siguieran y, volviéndose continuamente para asegurarse que iban tras él, las alejó de la puerta conduciéndolas entre un grupo de cabañas próximas a la muralla y acomodadas a su contorno. Caminaban deprisa, agachadas y sin hacer ruido, sorteando las irregularidades del suelo gracias a la luz de la luna, que brillaba espléndida sobre sus cabezas, aún sin haber cerrado la noche. A sus oídos llegaban, cada vez más lejanas, voces jadeantes y algunos gritos.

Al poco rato el terreno se hizo más abrupto, casi escarpado. Rea Silvia se dio cuenta de que habían alcanzado la parte más alta de Alba Longa y que a sus pies debían estar la puerta oriental de la muralla y el mercado. Alec se detuvo ante la que parecía ser la última cabaña, con la parte trasera adosada a la roca, y les indicó con la mano que entraran tras él.
- Mira a quién traigo – dijo cruzando el umbral. El interior estaba muy oscuro, la única luz provenía del fuego encendido en el centro de la cabaña, en el hogar sobre el cual humeaba un caldero. Espórtula levantó la cabeza y las llamas se reflejaron en sus ojos un instante, porque enseguida se puso de pie y acudió a la puerta a recibir a Rea.
- ¡Estás aquí! Doy gracias a los dioses. Pasad, pasad y sentaros junto al fuego. Os daré un caldo que os reconfortará – y ya estaba rebuscando en el fondo de la cabaña unos cuencos con los que volvió al hogar y los colocó sobre las piedras que delimitaban la hoguera.

Las jóvenes se habían sentado resoplantes y fatigadas, las piernas sin fuerzas para sostenerlas más. Con manos temblorosas sujetó Rea Silvia el cuenco que Espórtula le tendía. Las lágrimas comenzaron a correrle de nuevo.

- Estoy muy asustada. ¿Tan fácil soy de reconocer? – preguntó.
- Sí para alguien que, como yo, te daba puñados de habas secas antes de que tuvieras dientes – respondió la anciana –. Os vi en el mercado. Y Alec se quedó en la puerta de la muralla por si volvíais…
Palantea se bebió deprisa su caldo y, viendo que Rea Silvia aún temblaba, le echó el brazo sobre los hombros y la apretó.

- He visto, delante de la cabaña de mi tío Amulio, a uno de los hombres que han atacado esta mañana mi casa – dijo Rea Silvia sin dirigirse a nadie en particular –. En el mercado decían que me iban buscando. ¿A dónde podré ir? ¿Qué estará pasando con mi madre?

- Aquí estás a salvo – afirmó Espórtula.


- Pero pueden registrar las cabañas…

- ¡Qué registren! Os esconderé y no habrá quien os encuentre, créetelo. En cuanto a tu madre, está bien. Mañana, cuando haya pasado el funeral, trataré de ponerme en contacto con ella.

- ¿Es mañana el funeral? – se sobresaltó Rea Silvia – . ¡He de asistir!

- Es mejor que descanses ahora – dijo con firmeza Espórtula –. Mañana será otro día y ya veremos lo que conviene hacer. Vamos, tomad estas tortas de harina por si tenéis hambre luego y esta ropa para taparos y venid conmigo. Alec, tú quédate vigilando la puerta.

Mientras la anciana apartaba de la pared del fondo un banco de madera cubierto con una piel de oveja y unos cestos encima, Rea Silvia se acercó a Alec y le cogió las manos. En sus ojos brillaban las lágrimas y el agradecimiento. Lo abrazó antes de responder a Espórtula, que la llamaba apremiante.

Entre el suelo de la cabaña y la pared rocosa se abría un hueco oscuro. Con una lucerna, Espórtula iluminó unos escalones tallados en piedra viva. Descendieron por la estrecha escalera, y pronto se encontraron en el interior de una cueva espaciosa, aunque el techo no era mucho más alto que ellas. No se veía el final de la gruta pero debía tener algunos respiraderos, pues entraban finos haces de luz. Las paredes y el techo estaban cubiertos de trazos blancos que resaltaban contra la oscuridad de la piedra. La temperatura era cálida y reinaba allí una extraña paz.

- ¿Qué son esos dibujos? – preguntó Palantea, admirada de aquellos garabatos sin sentido que, sin embargo, resultaban armónicos. Espórtula pareció confusa y no respondió enseguida. Extendió en el suelo un par de esteras para que se tumbaran las muchachas y les anunció que les dejaría una lucerna encendida con carga para toda la noche.

- Es el retrato de mi amado – dijo de pronto –. El círculo más grande es la cara ¿veis? Y esa curva, la boca. La nariz es la raya recta del centro y las nueces de ambos lados son los ojos. A veces le pongo orejas, a veces no. Ahora nunca le pongo, porque me queda ya poco muy sitio para pintar.
Las muchachas la escuchaban atónitas. ¿Su amado? ¿Qué sería un amado? Le hicieron muchas preguntas atropelladas al mismo tiempo.
- Nuestros padres eran vecinos, así que crecimos juntos sin separarnos nunca. Cuando tuve vuestra edad, ¡el corazón y el cuerpo entero se me trastornaban sólo con que él me rozara…! No pensaba en nadie más, sólo en estar con él y a él le pasaba igual. Luego se fue a la guerra contra Lavinio y nunca regresó. Lo dibujo cada día para sentirlo cerca. Eso es un amado: alguien a quien se quiere tanto que la vida es imposible sin él.
Cuando Espórtula se marchó, las amigas se acostaron y hablaron de ese prodigio del que jamás habían tenido noticia. Amar a alguien de esa manera les parecía imposible y, al mismo tiempo, fascinante y muy misterioso.

- Me gustaría tener un amado – suspiró Rea Silvia - ¿A ti no?

Palantea, que siempre llevaba la siringa atada a su cinturón, la buscó entre sus ropas, se la llevó a los labios e hizo sonar una música tan tierna y hermosa que los ojos del amado de Espórtula parecían llorar.



El salón principal de la cabaña real se había iluminado con antorchas. Las sujetaban unos cuantos criados de pie, en semicírculo detrás del que formaban la reina, sus cuñados Amulio y Criseida, la Vestal Máxima y los diez miembros del Consejo. En el centro se había colocado un altar portátil: un grueso tronco de castaño cuyo interior había sido vaciado para aligerar su peso hacía las funciones de pie, y sobre él se sustentaba el ara, una piedra plana, ligeramente rebajada en el centro y con dos canalillos labrados en cada uno de los laterales. Sendos cuencos situados en el suelo, debajo de los canales, recogerían la sangre de la víctima.

Appius entró en el salón y tras él dos criados con el lechón que iba a ser sacrificado. El augur saludó con una inclinación de cabeza e inmediatamente se dirigió al altar. De espaldas a él, preguntó cuál iba a ser la consulta a los dioses. Respondió el varón más anciano del Consejo:

- Es voluntad de la reina Aurelia renunciar, en nombre de su marido, al trono de Alba Longa a favor de su cuñado, hijo menor del rey Procas, el noble Amulio. Siempre que esa renuncia cuente con el beneplácito de los dioses.
El augur volvió a saludar, les dio la espalda y ordenó a los criados colocar al lechón sobre el ara. El animal parecía aturdido y se dejó subir sin oponer resistencia. Appius elevó durante un instante los ojos hacia lo alto, recitó en voz baja las fórmulas requeridas, extrajo de una funda de cuero su cuchillo sacrificial y de un solo tajo degolló al cerdo, que se derrumbó sin un quejido. Abrió entonces al lechón en canal y un olor fétido, nauseabundo, inundó la estancia y obligó a todos a taparse la nariz. Appius metió las manos en la herida y separó las dos partes para examinar el interior. El estómago estaba tan hinchado que parecía a punto de reventar.

- Los augurios no son favorables – dijo dirigiéndose al anciano que había realizado la consulta. Y se creó un momento de gran confusión en la cabaña real.



Gracias a Cayetano por regalarnos una tinaja y anunciar esta iniciativa en su blog.

57 comentarios:

Ex-compi dijo...

Pienso que a veces idializamos el amor. Amar apesar de estar presente la ausencia, es vivir en el pasado. El presente debería de estar lleno de esperanza, de busqueda del otro..., del compañero que se fue por el compañero que viene a cubrir su paso, y poder continuar la vida....

Isabel Barceló Chico dijo...

Tienes mucha razón, ex-compi. Lo que ocurre es que, en la época en que estamos (siglo VIII a.c.) no se conocía la pasión amorosa ni mucho menos. De ahí que resulte chocante el amor tan intenso que confiesa esta mujer ruda. Un abrazo.

Mayte dijo...

Afortunadamente para Rea Silvia, ha aparecido la ruda anciana para ayudarles y cobijarlas, no solo con su escóndite, sino abriéndo la puerta a las ilusiones que se anidarán en el futuro en forma de Amor en ellas.

Cuando un amor ha marcado con fuerza el sentido de vida de otra persona, su recuerdo muchas veces se vuelve fortaleza, para seguir con vida, sin lamentarse, lo veo en mi Madre día a día, desde que hace un par de meses mi padre no esta.

Me has conmovido enormemente, pero eso no es novedad mi querida Isabel, nunca en ti.

Abrazo.

Gonzalo Villar Bordones dijo...

me gusta la película!!

El Navegante dijo...

Querida Isabel: ante todo me sumo a los conceptos vertidos por Cayetano sobre tí en su blog, quien me ha permitido con su opinión(que cada una de tus ediciones , son una novela en sí misma) aprehender aún más el por qué de la delicia de tus incrébles y profundos relatos, plagados de los más ínfimos detalles en tus palabras y las imágenes que las acompañan.
Una maravilla lo que hoy has editado.
Por último, ruego disculpes mi torpeza, de no haberme percatado, que aún no te agradecí, con legítitmo y modesto orgullo, que me hayas incluído con el personaje que me presentara, ante tu gentil invitación.
Un besazo Amiga y Artista, si las hay.

Gloria dijo...

Qué alivio la aparición del pordiosero Alec!!! Me tiene muy preocupada la inocencia e ignorancia de los hechos de Rea Silvia!!!
También a mí me conmovió profundamente la historia de amor de Espórtula...
Gracias, Isabel!!!!

Melba Reyes A. dijo...


¡Ufff...!, qué alivio. Y qué suspenso queda para la siguiente entrada.

Un abraz♥

virgi dijo...

Me encanta que hasta el lechoncito esté de parte de los buenos. Los malos augurios remueven las conciencias.
Besitos, este asunto va marchando espléndidamente y eres una artistaza que nos tiene en vilo.

Isabel Martínez Barquero dijo...

Un gran respiro sí que siento al haber sido salvada de las manos de los secuaces de Amulio. Qué oportuna la aparición del pordiosero Alec, que será pobre en bienes, pero es rico en sentimientos compasivos.
La descripción del amor por Espórtula ha dejado en mi espíritu un grandísimo interés por ese sentimiento tan puro, hasta ahora desconocido por mí tal y como ella lo describe. ¿Querrán los dioses darme la dicha de amar y ser amada? Debe ser algo sublime, como alcanzar el cielo en esta vida.

Precioso el capítulo, Isabel. La descripción del amor de Espórtula es lírica, delicada y honda al tiempo.
Por otra parte, la abdicación de Aurelia no está refrendada por buenos augurios, de lo que me alegro. Pero huelo la catástrofe.

Un grandísimo abrazo.

Elysa dijo...

Qué alivio, por ahora Rea Silvia ha sido salvada y protegida.
Muy emotiva la historia de amor.
Y me he alegrado cuando el augur ha dicho que los augurios no eran favorables.

Un beso, Isabel.

Dilaida dijo...

Un capítulo estupendo y algo más tranquilo. Me encanta el lirismo de la discripción del amor de Espórtula.
Bicos

Pilar Llorca dijo...

Parece ser que nos das, querida Isabel, un pequeño respito.
Esportula, siendo una mujer pobre y ruda , está llena de ternura, bondad y lealtad. Me quedó también con éste personaje.
Alec tiene su mérito al ponerlas a salvo de sus perseguidores.
Appiusm,por quien se decantará? Y que ve en el lechón para pronosticar que _ Los augurios no son favorables- ?.. a quien ?..
Siempre nos dejas en suspense.
BSS.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola mayte, también yo creo que Espórtula le ha hecho mucho bien a Rea Silvia, porque le ha demostrado afecto, valor y un corazón oculto muy valioso. El amor nos hace fuertes, sí, tal como dices ver en tu madre. Un abrazo muy fuerte, querida amiga.

Ja, ja, gonzalo, sí resulta muy cinematográfico... Besos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola fernando el navegante, me alegra que el viento te haya traído hasta aquí. Pues sí, querido amigo, tu personaje aparecerá brevemente en distintos momentos de la novela, pero su influencia será total y absoluta...Y te aseguro que ya no falta demasiado para su aparición. Besos.

Hola gloria, tanto Palantea como Rea Silvia son aún unas niñas, no alcanzan a comprender las pasiones que mueven a los adultos y, en cambio, están llenas de ilusiones. Un abrazo.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola melba reyes, pues sí, hay un respiro pero eso no significa que la trama para destronar a Númitor se haya desvanecido. Pero ahora, al menos por esta noche, dejemos dormir a las protagonistas. Besitos.

Hola virgi, al menos el lechoncito ha permitido ganar tiempo. Un besazo enorme, guapa.

elena clásica dijo...

¡Ah dioses! Alabados seáis por enviar hasta mi Rea Silvia al noble Alec, noble de sentimientos como dice Isabel Martínez Barquero.

Hermosa la cueva que servirá de escondite de las dos niñas, llena de poesía y de evocaciones misteriosas. Cuando Palantea hace sonar la siringa "los ojos del amado de Espórtula parecían llorar". Bellísimo pasaje, a todos nos ha vuelto locos de emoción la historia de Espórtula.

Esta música me ha hecho recordar un bosque y a una cándida joven pidiéndome en él clemencia para alimentar a sus cerdos...

Bueno, bueno, volvamos a la cabaña real donde el pobrecito cerdo sacrificado no ha podido ser más elocuente, ese olor fétido y el olor tan hinchado dejan bien claros los augurios. Pasaje tan siniestro como algunos de los que allí se reúnen pensando en arrebatar el poder a la reina con malas artes.

¡Ay! Y mañana han de llegar los funerales del hermano de Rea Silvia, esas lágrimas seguirán vertiéndose durante mucho tiempo...

Pasaje preciosista el de esta entrada, querida Isabel, la cueva con la cara del amado al que a veces ya no se le dibuja orejas, y que parece llorar con la música, es extraordinariamente hermoso.

Un gran abrazo, querida amiga.

Alejandra Sotelo Faderland dijo...

Menudo capitulo de coleccion hoy, con estos personajes: el pordiosero -vaya uno a despreciarlo- salvando a la hija de un rey, la vieja de lengua filosa vaya costado romantico tenia grabando un fantasmal rostro de ser amado en la piedra; Palantea que tiene una fuerza y una sensibilidad como para que la piedra tallada llore. Para alquilar balcones.

Natàlia Tàrraco dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Natàlia Tàrraco dijo...

¿Augurios nefastos? Las cosas se tuercen para Amulio y la víbora de su mujer !Ah! Hados caprichosos, retardad por esta noche de luna llena, maravillosa, los designios de Destino.

Querida Isabel, me enternece esa tosca imagen del amor en la piedra, nunca morirá para Espórtula, dulce, amable mujer.
Y ese pordiosero Alec, amigo y protector. Cuenta Rea con amigos y amigas que le tienden la mano, un preciado tesoro para la niña en la hora de las injustas tribulaciones.

Lo más bello, las preguntas de las dos adolescentes, no conocen amado pero ya lo sueñan. ¿Eros las tentará algún día? Sus tiernos corazones, ingenuos, hacen conjeturas y sin saber de que se trata, lo intuyen. Nada como ese sentimiento joven que bulle en sus cabecitas. !Venus! sedles propícia, o mejor, tú, diosa de la letra que las escribes a tu antojo con palabras que me conmueven y me tienen atrapada. !Salve! besito.

Loli dijo...

Vaya !!! ¿tendrá algo que ver Kritubis con el robo del lechal? ... teniendo en cuenta que no creo en las casualidades y si en las causalidades ... !! que CAUSALIDAD que Kritubis tuviera oportunidad de meterle unas hierbas al gorrino de la Vestal Adriana en la boca, y que super CAUSALIDAD que le robaran su lechal al augur y necesitara el de la vestal...

!! que cosas pasan ... !!

ANA dijo...

Qué belleza de capítulo y es que no se ve bien sino con el corazón y lo digo por Palantea y Rea Silvia que confiaron en Alec muy a pesar de su apariencia. Pero yo me quedo con la anciana Espártula que me anima a seguir creyendo en el amor, porque a mí también me parece imposible...
Un besazo Isabel

RGAlmazán dijo...

¡Vaya tela! Un capítulo lamentable. O sea que a Rea Silvia la salvan un pordiosero y una vieja, y encima los dioses no están con que yo sea rey. A ver si me voy a cabrear y la monto. Que yo soy muy mío, y hasta ahora he respetado el guión porque me era propicio, pero soy la leche cuando me pongo. Así que ruego a la escritora que no me tuerza el guión que me conozco. Tengo que ser rey y acabar con Rea Silvia, esos son mis objetivos, he dicho.

Salud y República

María Antonia Moreno dijo...

Isabel, me pongo al día con tu novela (estos últimos tiempos han sido ajetreados). Lo cierto es que es una gozada leer 3 capítulos del tirón, porque el gusanillo se "mata" un poco mejor.
Ay. ¿Cómo no van a ser malos los augurios? Emocionante, querida amiga.
Un abrazo.

Cayetano dijo...

Caius Isabellae salutem plurimam dicit:
Pues sí, parece que para la pobre Rea se abre un compás de espera, cariño y esperanza. Parece ser que tampoco los dioses son favorables al tejemaneje del cuñadísimo y la cuñadísima, hasta el gorrino huele que apesta. ¿No será un ardid?
Vale.

Charo Marco dijo...

Menos mal que nuestra Rea ha sido salvada. Teníamos un sufrimiento.
Estamos ansiosos de seguir leyendo.

Gracias por darnos estos momentos

Besos

fgiucich dijo...

Me encantò el final de este capìtulo. Nos dejaste con la boca abierta. Abrazos.

Ccasconm dijo...

Uffff, menos mla que las garras que habían sujetado a Rea Silvia eran amigas, aunque no sé si hicieran un registro de cabañas pasaría desapercibida. Y me alegro, y mucho, de que los augurios no sean favorables. Los dioses son caprichosos a veces, pero en otras ocasiones son vengativos. Creo que éste es uno de esos casos.

Besos

Dol dijo...

Lo sabía, sabía que los augurios no serían favorables; pobre lechón ,qué clarito ha sido con esa peste de lo corrupto.
...
Qué suerte tengo de no seguirte al día, me trago dos capítulos del tirón y me quedo más agusto que un lechoncillo en un charco.
...
Lo de la cara del amado...lo vi enseguida, eres una maestra , qué bien lo eliges todo, jodía.
Parece una peli , sí , pero mucho mejor ,porque en las pelis te ponen a las romanas con pinta de modelos americanas y aquí la imaginación va pareja al ritmo de tu palabra sencilla , siguiendo la acción y nada más.
Yo veo a Rea y a espórtula y a Palantea en mi mente y me encanta la sensación , no hay decepciones.
Mil besos y ánimo , ánimo.

Opabinia dijo...

Esa mosquita muerta de Rea Silvia y su amiga la porqueriza no van a salirse con la suya por mucho que las escondan pordioseros zarapastrosos. Pronto daremos con ellas y se terminará tanto juego del escondite que está acabando con mi paciencia. ´Mi ira alcanzará a todos los que las protejan.
Deberías castigar con dureza, Amulio, a esos augures ignorantes que no saben ni leer el hígado de un lechón. Si no lo haces, se menoscabará tu prestigio y autoridad. Aunque también pienso que es posible que además de ignorante, ese hechicero de tres al cuarto pudiera ser un traidor y estuviera conjurado con tu infausta cuñada, que los dioses confundan. De todas formas, yo no creo que los altos designios de los dioses esten escritos en las tripas de un cerdito. No seas cobarde y hazte valer, Amulio, y obliga a la melindrosa Aurelia a ceder los derechos al trono, pues el poder es de quien lo gana y, como sabes, yo no perdono la flaqueza.

África dijo...

Menos mal que siempre hay alguien bueno y valiente capaz de arriesgar para salvar a otro.
Esa mujer sin duda sabe amar. Así lo demuestra también su historia de amor. El amor hace a la gente buena y valiente. Eso creo.

Mmm...malos augurios...
Imagino la cara de Amulio, y sobre todo la de su querida esposa, aunque me da la impresión de que se van a querer pasar los malos augurios por el forro. Les dejaran?
Ya estoy deseando saberlo!
:D


Un beso

Briseida dijo...

Este capítulo es como un bálsamo después de tanta angustia. Un "remansiño".
Hasta se me ha antojado que tiene su dosis de poesía. Me ha encantado esa frase que asegura que "...hizo sonar una música tan tierna y hermosa que los ojos del amado de Espórtula parecían llorar."

Besitos!

Xibe dijo...

¡Magnífica Espórtula! Un gran personaje.
Y la cosa se ha quedado justo en el filo del abismo, con los malos augurios...
¡Siempre adelante, Isabel!
Un fuerte abrazo

Hyperion dijo...

Nuevo paso y tema fundamental. Los hilos del tapiz se van entrelazando. En aquel tiempo -y en este tantas veces- en el que la mujer estaba 'colocada' junto a su marido (Ubi Gaius, ibi Gaia)el amor de Espórtula es un milagro y se comprende su interés por mantenerlo vivo en cualquier modo. Una introducción llena de presagios sobre los misterios de los amores de Rea: un amor más allá de la muerte y un pequeño ser al que se sacrifica para escudriñar el futuro.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Me gusta mucho la respuesta al primer comentario: en efecto, la educación sentimental ha sido distinta en cada cultura. No podemos pensar que se siente como sentimos nosotros.

Vallivana dijo...

No se puede una descuidar, esto va raudo y veloz!!

PACO HIDALGO dijo...

Aunque se me ve poco por aquí, comentando quiero decir, que sepáis que leo todas las entradas y estoy al tanto de todo lo que le sucede a Rea Silvia y toda la historia. Saludos.

silvia zappia dijo...

respiro de alivio! y nueva tensión en el final...los augurios no son favorables!

me gusta!

besos*

emejota dijo...

Lo bueno de llegar tan tarde es que parece que tras la película nos regalan una serie de cortos.
Como en estas cuestiones soy absolutamente infantil, me encanta que vayan ganando la partida "los buenos, los inocentes y hasta puede que los más débiles y tontorrones". ¡Que le vamos a hacer, es la magia que derraman tus narraciones! y me encantan. Un fuerte abrazo.

Dolors Jimeno dijo...

Bueno, ahora ha ido de interiores (cueva, entrañas) y de redondeces (cuencos, ojos). La historia sigue y sigue y la autora nos deja "al borde del abismo" como dice un comentario anterior.
Felicidades.
D.

Elena Gallardo dijo...

Precioso personaje esta Espórtula, llena de carácter y decisión, una Mujer; merece haberse reencontrado con su amado en una vida posterior.
Precioso también el capítulo, que nos mantiene en tensión... menos mal que, de momento, nos son favorables los augurios, aunque ¿qué mortal puede conocer la voluntad verdadera de los dioses?
Un beso, Isabel

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola elena clásica/silana, ciertamente la anciana Espórtula nos ha sorprendido no sólo por su capacidad de amar, sino, sobretodo, por su capacidad para hacer presente su amor. Y la dulce Palantea sabe hacer brotar de de su siringa los sentimientos más hermosos. Por eso Silana la acoge siempre con gusto en su bosque sagrado y la protege. Como ha protegido a Rea Silvia, a quien sin duda la ninfa ama. Esperemos a ver qué acontecimientos nos aguardan... Un abrazo.

Bueno alejandra sotelo faderland, si se alquilan balcones yo me pido uno al lado tuyo. Besotes.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola natalia tarraco, si los hados tuvieran capacidad para conmoverse, les pediríamos piedad para Rea Silvia o, quizá, únicamente que por un tiempo hicieran como que no existía, como que quedaba fuera de su jurisdicción. Sobre todo para que el sueño de amor de Rea pudiera hacerse realidad al margen de las realidades. Ay, esta Espórtula nos ha ablandado el corazón... Un abrazo muy fuerte, querida amiga.

Ja,ja, loli, hay que ver qué aguda eres y qué lectura tan atenta has hecho... ¡No se te escapa nada y tienes una magnífica intuición! ¿Será intuición de escritora? Besotes.

Isabel Barceló Chico dijo...

Saludos, ana, ¿quién no desea conocer el amor y, al mismo tiempo, desconfía de él o le parece imposible de alcanzar? Imposible es una de las palabras que mejor cuadran al amor. Quizá por eso se lo desea tanto... Un abrazo enorme.

Bueno rgalmazán, hay que agradecerle su paciencia y su temple al no haberle retorcido el pescuezo al augur Appius. ¿Qué le hubiera costado echar una mentirilla? Porque no me vaya a venir usted ahora con que respeta la voluntad de los dioses... ¡A otro perro con ese hueso! Y no tengo más remedio que decir, con Horacio: "Lo que ha sido, ha sido". Y no diré nada más.

Hola mª antonia moreno, es verdad que los augurios sólo pueden ser malos. Lo que pasa es que aún no sabemos para quién... Un abrazo y descansa un poco.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola cayetano, tú que pastoreas estás en mejores condiciones que nadie para decirnos si lo del gorrino huele o no a ardid. Ay, nada dura en este mundo. Besitos.

Hola charo marco, Rea Silvia nos ha conquistado y no tendremos más remedio que sufrir con ella cuando ella sufra, y disfrutar también de los pequeños placeres que ella disfrute. Un abrazo muy fuerte.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola fgiucich, me alegro que estés disfrutando esta novela. Yo lo estoy pasando muy bien... Besos.

Hola carmenBéjar, los dioses, como muy bien dices, nos hacen sufrir con sus caprichos, para bien y para mal. Agradezcamos que de momento aún protejan a Rea Silvia. Besos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola reyes, celebro que ambas tengamos una opinión similar respecto a las imágenes. A mí también me gusta formarme mi propia idea sobre los personajes y que cada cual haga lo propio. De ahí que haga pocas descripciones, las mínimas para sugerir. Lo malo de las imágenes visuales es que se imponen sobre las mentales que nos hemos hecho y las sofocan... Me alegra saber que lo pasas bien. Un abrazo.

Bueno opabimia, suele decirse "piensa mal y acertarás". Tu problema es que eres tan malísima que es difícil, incluso para tu marido, estar a tu altura. Ahora bien, yo en tu lugar amenazaría al augur o, directamente, haría que le retorcieran el pescuezo. Que no hay derecho a que te chafe el acceso a la corona real sólo porque huela mal el cerdo ¡qué caramaba! Como no te pongas seria y des algún aviso fuerte, te tomarán el pelo... Besos, malvadilla.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola áfrica, también yo pienso que el amor nos hace mejores. Así que Espórtula, bajo su apariencia malhumorada y tosca encierra un corazón amoroso. Una lección. En cuanto a Amulio y su malvada esposa, ya veremos qué pasa. Sería estupendo que fracasaran... Besos.

Hola almena, es cierto que necesitamos esos "remansiños" de vez en cuando, para no ahogarnos ni que se nos ahogue Rea Silvia ni sus protectoras. Ay, es que la situación está muy complicada. Besos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola xibeliuss, se diría que esta historia trascurre por alguno de los montes de los alrededores de tu Sanabria, lo digo por los abismos... Un abrazo muy fuerte.

Cierto hyperion, no sabemos cómo reaccionará el corazón de Rea Silvia, tocado ya por esa curiosidad inocente hacia el amor total. Ojalá su deseo se cumpla. Besos, querido amigo.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola pedro ojeda escudero, tienes mucha razón. Con todo, incluso en el pasado más remoto se han producido episodios de uno de esos amores absorventes, totales, misteriosos y, desde el punto de vista social, peligrosísimos. Un abrazo.

Hola vallivana, una vez meto la directa ya sabes, dos capítulos a la semana. Es la manera de mantener un ritmo no sólo de lectura, sino de escritura. Esta última exige mucho esfuerzo y mucha tensión... Besos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola paco hidalgo, me alegra saber que sigues los pasos de Rea Silvia. Es importante, porque quizá nos explique cómo se formó Roma. Un abrazo.

Hola rayuela, has hecho todo un maratón... Estupendo, porque así podrás seguir toda la historia y vivir la emoción de la espera. Besos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Ja,ja, emejota, me encanta que te guste que ganen los buenos. En desear que eso ocurra así estamos de acuerdo. Otra cosa es la vida... Un abrazo muy fuerte.

Hola dolors jimeno, me encanta la lectura que haces. Lo sujetas todo muy bien, con razón eres una fíbula. Un abrazo.

Hola elena gallardo, como muy bien dices, no podemos conocer la voluntad de los dioses. Y en el momento de conocerla porque se ha cumplido, no sabemos cuánto tiempo durará, porque son volubles... Un abrazo muy fuerte.

mariajesusparadela dijo...

Es cierto que es un respiro. Lo tienes bien calculado ¿eh?

Isabel Barceló Chico dijo...

Ja, ja, mariajesusparadela, es que si no respiramos nos vamos a ahogar... Un abrazote.

I. Robledo dijo...

Magnifico, magnifico... Estoy de acuerdo con lo que he dicho...

La cosa se presenta chunga... Muy chunga...

Je,je,je...

Virginia dijo...

Bueno, de momento tenemos a nuestras dos amigas bien escondidas, menos mal, menudo respiro; van a poder descansar por un tiempo. Uf!!

Joanna dijo...

Me ha encantado este capítulo!!! voy a por el siguiente!!!!

América dijo...

Del suspenso a la calidez,preciosa visión del primer amor.