miércoles, julio 29, 2015

CICERÓN ELEGIDO CÓNSUL




 De la nobleTerencia a su amiga, la noble Pilia, en Atenas. Salud.


¡Por fin los romanos han entrado en razón, queridísima Pilia, amiga mía! Creí que este día no llegaría nunca, tanta es la cortedad de miras de algunos y la ambición desmedida de otros. Sí, Pilia querida, es lo que imaginas: por fin mi querido Cicerón ha sido elegido cónsul en las elecciones celebradas hoy. Una acertadísima elección, pues es el hombre más honesto de Roma (hasta casi parecer tonto, te lo digo en confianza) y será un gran cónsul si, como espero y es su costumbre, presta oídos a mis consejos. ¡Cuánto mejor habría estado gobernada la república si los anteriores cónsules hubieran tenido unas las esposas como yo! Pero en fin, querida, ya conoces mi modestia y sabes que, aunque tengo motivos de sobra, no me gusta vanagloriarme de mi extraordinario buen sentido y mis virtudes. Lamento no poder entretenerme más ahora, pues debo atender mil detalles para el banquete de esta noche que, te aseguro, será memorable. Mañana te escribiré de nuevo. ¡Deséame un consulado glorioso, querida amiga, pues tanto Cicerón como yo nos lo merecemos!


NOTA: El 29 de julio del año 64 a.C. Cicerón fue elegido para ejercer el consulado el año siguiente, 63 a.C. La república romana se gobernaba por dos cónsules, elegidos por un año. Pilia era la esposa de Pomponio Ático, íntimo amigo de Cicerón, con quien este se escribía casi a diario. Es conocida la desmedida vanidad de Marco Tulio Cicerón así como la de su esposa, Terencia.

Por si suscita vuestra curiosidad, os dejo aquí el enlace a otra carta de Terencia a Pilia en que la matrona se lamentaba de que su marido le hubiera pedido que escribiese su autobiografía en tan solo 100 palabras. Con razón se queja amargamente: CIEN PALABRAS SON POCAS

*Busto de Cicerón en los Museos Capitolinos. Roma. Foto: Isabel Barceló

15 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

y eso que se trataba de Cicerón, mira tú los de ahora...
Besos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Ja, ja, Pedro Ojeda Escudero, algunos de los de ahora presumen menos pero alargan más la mano...Besazos.

Dyhego dijo...

Sí tenían la estima alta, sí.
vale,Isabel.

tecla dijo...

Eso es, los de ahora tienen la mano larga.
Nos adentras en mundos ignotos, pero tan parecidos. Es una gozada leerte.

Cayetano dijo...

En política ser vanidoso no es del todo malo. Lo peor es tener la mano larga y la ética laxa.
Un saludo.

Isabel Barceló Chico dijo...

Sí, Dyhego, eran un par de vanidosos insufribles... Besazos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Cierto, tecla. Por otra parte, tampoco Cicerón y Terencia eran unos santos en la materia, pero en fin, como quien habla es Terencia... Besazos, guapa.

Isabel Barceló Chico dijo...

En esta vida para todo hace falta moderación, Cayetano Gea, hasta para ser vanidosos. Como muy bien sabes, a Cicerón le encantaba echarse flores y poner a caldo a los demás y claro, se granjeó muchos enemigos sin necesidad. Besazos, amigo.

Anónimo dijo...

Que poco cambia el ser humano, querida Isabel. que bien reflejas las vanidades en este escrito.

Un abrazo jubiloso

Mari Carmen dijo...

Jeeeeeee, ¡Carámba con Terencia! Se ve que no tenía abuela...
Recientemente he publicado los origenes del Flamenco, me acordé de tí, pues la más afamada fue Teltheusa, bailarina gaditana-romana...
Entrada muy interesante, como es habitual en ti, enhorabuena.
Un besote.

Obat Kolesistitis Kronis atau Akut dijo...

Vi tu artículo muy original en absoluto, me encanta cuando la lectura no es aburrido y también su muy buen diseño blog. Gracias por darle una nueva inspiración para mí. hasta luego Obat Kolesistitis Kronis

Isabel Barceló Chico dijo...

Cierto, Elena Casero. A Terencia ningún ser humano en el mundo habría conseguido bajarle los humos. Besitos y feliz verano.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hola, mari Carmen García Franconetti, ciertamente las bailarinas gaditanas eran las más apreciadas del imperio y en Roma de las rifaban... Gracias por acordarte de mí. Besazoz y feliz verano.

Sergi Torrents González dijo...

Cicerón era muy vanidoso y, al final de su consulado, cometió algo que la mayoría de los romanos jamás le perdonó, la ejecución sin juicio previo de los seis conjurados que se quedaron en Roma tras la marcha de Catilina.

Gran entrada, como de costumbre es un gozo leerte.

Saludos.

Sergi.

Isabel Barceló Chico dijo...

Cierto, Sergi Torrents, puede que ese abuso fuera el que, finalmente, le costase la vida, pues entre esos conjurados ejecutados sin juicio se contaba el padastro de Marco Antonio, algo que este último no le perdonó jamás. Y si a eso le añadimos las filípicas en las que Cicerón puso en movimiento, una vez más, su lengua viperina... En fin, creo que no hubiera querido ser enemiga de Cicerón, aunque temo no haber podido ser tampoco amiga suya. Gracias por tus palabras, Sergi, me animan. Besazos.