lunes, septiembre 27, 2010

PALABRAS ARREBATADAS


Fragmento de una carta de una matrona desconocida a su hija.

(…) ayer visité a Cornelia y hablamos largamente. Está muy afectada todavía por el asesinato de Pompeyo, mañana se cumplirá el primer aniversario. Su amor por la filosofía no ha logrado atenuar su pesar. Aunque hablar le hace bien, me hizo un comentario muy amargo. Recordaba que la noche anterior al asesinato, mientras estaban anclados frente al puerto de Pelusio esperando noticias del embajador que habían enviado a tierra, no pudieron dormir. Ella se recostó un poco, pero Pompeyo se pasó la noche sentado, leyendo y releyendo las palabras que había escrito para pronunciar ante el rey Ptolomeo. Ni siquiera llegó a entrevistarse con él, pues lo asesinaron antes.

Me decía Cornelia que en los días sucesivos pensó muchas veces en la inutilidad de las palabras y que, en su desesperación, había pensado no volver a hablar. Pero luego se dio cuenta de que el peligro de las palabras reside, precisamente, en su capacidad de persuasión. Por eso, porque son peligrosas, muchas veces nos las arrebatan antes de que las podamos pronunciar. Tenlo muy presente, hija mía, porque esa reflexión nos puede ser útil en algún momento.



NOTA: Tras ser derrotado por César en Farsalia, Pompeyo huyó por mar y fue asesinato el 28 de septiembre del año 48 a.C. en Egipto. Se dirigía a entrevistarse con el rey Ptolomeo, junto al cual buscaba refugio, pero los siervos del rey lo asesinaron en el puerto. Cornelia fue su quinta y última esposa.

*Virgilio. Museo Bardo de Túnez. Imagen tomada de internet.

42 comentarios:

El Drac dijo...

Querida Isabel en este mundo virtual hay pocas personas que se dedican a regalar cultura en la red y lo más destacado en tu caso, es que lo haces de una forma que seduce al lector más renuente; me felicito siempre de haber llegado a tu espacio y me voy de él con entusiasmo y renovado. Un gran abrazo y ¡gracias! en nombre de todos tus lectores.

Dilaida dijo...

Pompeyo el grande, según algunos historiadores, fue un gran hombre, logró unos triunfos extraordinarios con sus propios esfuerzos, pero al final cayó asesinado a traición.
Muy inteligente la reflexión de Cornelia, y tiene razón la matrona es una reflexión que debemos tener presente en todo momento.
Bicos

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Si, las palabras persuaden, querida Isabel.

En cuanto a Pompeyo...tuvo la mala suerte de vivir en la misma epoca que Cesar.

Besos...!

Elena Casero dijo...

Las mujeres de Roma eran, sin ninguna duda, muy inteligentes y reflexivas.

Un saludo

VERONICA LEONETTI dijo...

Me ha encantado Isabel.
Cuántas veces nos preguntamos si hablar o no...

emejota dijo...

Da gusto aprender o recordar bajo tu batuta. Toda una armonía de frases y palabras. Un abrazo.

Rodolfo N dijo...

Excelente reflexión de Cornelia donde las palabras pueden lograr maravillas...

Besos

Eva Magallanes dijo...

Hola, un gusto llegar por aquí. Claro, las palabras... en aquellos tiempos y ahora pueden ser instrumentos benditos o malditas armas letales, pueden iluminar y engañar, dominar, servir, crear y destruir y así, un largo etc.
Y pensar que "somos el lenguaje".
Te dejo saludos cordiales desde el confín austral.

Mayte dijo...

Siempre Roma, hecha mujer, palabra reflexiva...que siempre puede persuadir, para bien o para mal. Genial,Isabel.

Un abrazo grande y bonita semana.

Isabel Martínez Barquero dijo...

Refresco contigo la historia de Roma, querida Isabel, y me agrada mucho.
Me ha gustado hoy especialmente la alusión al poder de las palabras, del que estoy absolutamente convencida. La palabra sana o hiere, mata o da vida, según cómo se utilice.
¿Qué sería de nosotras sin palabras? Yo no me imagino.
Un abrazo fuerte.

virgi dijo...

Tan interesantes y didácticas tus entradas. Te leo hoy y recuerdo a Dido. Veo que tu escritura está impregnada de la época, ¡qué bien lo haces!
Un abrazo

RGAlmazán dijo...

Me parece una reflexión importantísima. ¡Que no nos roben las palabras! Es casi lo único que es nuestro y podemos compartir.

Salud y República

Natàlia Tàrraco dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Natàlia Tàrraco dijo...

Estas epístolas entre mujeres romanas o las charlas entre ellas a modo de comunicación discreta pero intensa sobre lo que les ocurría y lo que vivían, parecen tan auténticas que me emocionan.
Muchas veces he pensado si ellas, de tener el poder, lo hubieran hecho mejor que sus hombres, creo que en algunos aspectos sí, en otros dudo al recordar a la despiadada Livia y a otras. Corrompe el poder, sin excepciones.
En cualquier caso, en estas cartas y conversaciones femeninas ofreces, genial Isabel, una visión de los hechos absolutamente delicada, inteligente, mesurada, sensible y profunda.
Pompeyo sufrió a César y al revés,
Cornelia sufrió lo indecible ante el soez asesinato de su esposo, de las guerras civiles se obtiene el dolor por la muerte entre hermanos. ¿No dicen, acaso, que Julio lloró al serle presentada la cabeza de Pompeyo? ¿Otra leyenda para alabar a César?
Callar es de sabios pero hay que hablar cuando las palabras que nos envuelven sirven para llevarnos a situaciones que nunca hemos querido, quien calla otorga. Sin embargo, a las mujeres romanas, poco les era dado hablar en público, a buen seguro hablaban entre ellas como nos describes, magistralmente, Isabel.
Besitos.

Annick dijo...

Muy buenos consejos .
Las palabras para algunos pueden ser peligrosas ( en esta época y la de ahora )

Besos desde Málaga.

Cayetano dijo...

Un gran hoimbre de cultura, sin duda; pero también un rival, y el ansia de poder no se anda por las ramas ni hace ascos a nada, incluidos los asesinatos.
Un saludo.

mariajesusparadela dijo...

Sobretodo, tus palabras.

Odiseo de Saturnalia dijo...

Vaya chapuzón en la historia me has hecho hacer. Me sonaba que Cornelia descendía de los Escipiones... y me he leído la vida, las raices y las relaciones de esa familia, que tanto cabalgó por la Hispania.

GABU dijo...

El poder de la palabras,para muchos ha logrado tranformarse en un Don y para tantos otros,en un castigo...

P.D.:Y ese poder radica ni màs ni menos que en cada uno de nosotros!!

BESITOS AMIGA QUERIDA ♣

Isabel dijo...

¿Acaso la mujer no ha ostentado el poder a través de la palabra?
La única arma que ha tenido y tiene en muchos sitios todavía.
Ese reflejo ligero en el pensamiento y la palabra no logrado por el hombre, es todavía causa de que muchos callen sus bocas para siempre.
Da para mucho esta entrada, Isabel.
Qué hermosa es la palabra "persuación".
Interesante entrada.

Un abrazo.

Ccasconm dijo...

A veces nos arrpentimos de no haber dicho a las pewrsonas que ya han desaparecido todo lo que quieríamso haberles dicho... Y hablamos tanto y de cosas tan banales... Gastamos demasiada saliva...

Besos

NáN dijo...

siempre salgo de aquí mejor que cuando entré.

El miedo del Poder a los que tienen las palabras ha sido siempre superior al verdadero peligro de estas. Pero hace bien el poderoso en temerlas, porque aunque lleguen tarde para destituirlo, lo arrojan al basurero de la Historia.

Un abrazo

Dol dijo...

Uy ,las palabras.
Y lo poderosas que son .
...
En verdad tu blog es una delicia.
Me gustaría leer tu novela , querida.
Un beso.

Negrevernis dijo...

Cierto. Las palabras son puñales. O plumas.

Un abrazo.

pepa mas gisbert dijo...

Las palabras y sus silencios, son peligrosas, persuasivas, risueñas, emocionantes....las palabras somos nosotros.

elena clásica dijo...

Cuánto dolor el de Cornelia, el presentimiento que ya anunciaba sus sombras, y el recuerdo del momento terrible. Sabia reflexión la de esta matrona que le regala a su hija a través de la espantosa experiencia de Cornelia... ciertamente las palabras tienen un poder tan grande, es un don que nunca nos debe ser arrebatado.

Te envío un gran abrazo, mi querida Isabel.

ybris dijo...

¡Qué bien dibujas los sentimientos de Cornelia!
Se ve que vives la historia y la sensibilidad de sus personajes.

Besos.

Armida Leticia dijo...

Saludos desde México y un abrazo. ¡Suerte con el libro!

¡¡Cuéntanos como va!!

PACO HIDALGO dijo...

Muchas es vecer es mejor soltar las palabras antes que nos la quiten. Cornelia no lo pudo hacer, puesto que el gran Pompeyo fue asesinado antes y, probablemente, siempre le quedaría esa espinita a Cornelia. Nuevamente, magnífica reflexión de los clásicos. Un cordial saludo.

ARO dijo...

Sabia reflexión, pero también es verdad que uno es dueño de lo que calla.

Justo 2027 años después de que asesinaran a Pompeyo nació mi hijo.

Olga dijo...

Muy bella, muy sabia y muy elegante reflexión.

krisish dijo...

A veces algunos silencios pueden ser lo más doloroso...
Hola Isabel estamos muy ocupados con un nuevo proyecto pronto sabrás de él, por eso ha disminuido nuestro ritmo bloguero, gracias por tu visita a Cosas de krisish y buen viaje.
Besos

Miguel Cobo dijo...

Dice Aurora Luque en su poema TÓPICO:

Ya no atrapes el día —no se deja-,
no es tan fácil ser dueño del presente,
persistir en la dicha o detenerla
para el trámite mínimo
de asignarle palabras.

Bellos textos, como siempre, Isabel

Anónimo dijo...

Precioso texto, como siempre Isabel, y qué razón tienes al decir que las palabras persuaden, y a veces de una manera tan peligrosa...
Un beso,
Nereida.

fgiucich dijo...

Los misterios de la muerte en una narraciòn que seduce. Abrazos.

MaLena Ezcurra dijo...

Pienso como Cornelia a veces las palabras son inútiles.

Te abrazo cielo.


M.

Encarni dijo...

A veces pienso que es necesario poner el dardo en la palabra, sobre todo para que no sean inútiles o invisibles, pero por otro lado otras veces es mejor no desperdiciar las palabras y mantenerlas con nosotros/as para mejores ocasiones.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Me estoy haciendo el té de la tarde, no mucho antes de cenar, cenamos sobre las siete. Es un momento por fin relajado para mí y con tus textos se me hace aún más agradable.
Besos

Susana Peiró dijo...

Es un texto exquisito, Isabel. Remonta a un tiempo, incluso antes de la Roma, cuando "en un principio, fue el Verbo", acaso dimensionando el poder que tendría sobre la Humanidad.

En nuestro tiempo, que no carece precisamente de sofismas, las palabras han perdido mucha de su fuerza, pero siguen siendo peligrosas...y mucho más de una vez están en manos de inescrupulosos.

Mi Abrazo Querida Amiga.

Sergio Astorga dijo...

Isabel, esta reflexión me esta sirviendo.
Gracias.

Un abrazo sin peligro.
Sergio Astorga

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

Pues sí, a veces pueden arrebatarle a uno la vida para evitar el peligro de la palabra. ¡Ah! y ese mosaico de Virgilio y las musas, tuve el placer de contemplarlo en el Museo del Bardo, incluso tengo una foto suya en mi blog principal, en una entrada que dediqué, hace tiempo, a dicho museo; allí lo denominan "La Gioconda tunecina". Otro beso, amiga mía.

América dijo...

Hola mi querida dama.

Le he perdido el paso pero no el interés!
El poder de la palabra y las intenciones,a veces nos encerramos en un mutismo inútil,callar por voluntad y no por obligación,precioso texto muy tuyo.

Un abrazo enorme.