El sol había alcanzado su cénit y, sin embargo, el tiempo parecía haberse detenido en la cabaña real. Ninguna orden había salido de ella para buscar y capturar a los culpables, ninguna medida de protección para la ciudad. Ignorantes de la situación de aislamiento e indefensión de Aurelia, los habitantes de Alba Longa no se explicaban la actitud de su reina y la inquietud crecía. Esa falta de acción irritaba a los parientes de los muertos, que clamaban justicia, y era la comidilla de los grupos de hombres que, enterados de lo sucedido, regresaban de los campos y se reunían espontáneamente.
Apenas le informaron del malestar en las calles, Amulio comprendió las ventajas de poner a la población en contra de la reina. Se ahorraría tener que seguir amenazando a esa terca si toda Alba Longa le exigía la renuncia al trono. ¿Cómo no lo había pensado antes? Rápidamente envió a sus servidores a atizar el descontento y el miedo. Nada une tanto a los hombres ni los vuelve tan ciegos como creer en un peligro inminente.
- ¡No podemos cruzarnos de brazos! – era una de las expresiones más repetidas por los agentes de Amulio –. Si asesinan al hijo del rey y nos quedamos quietos, nuestros rivales nos tacharán de cobardes y nos atacarán.
- ¡Es la ocasión que esperaban los de Lavinio! Se sienten agraviados desde que somos más importantes que ellos – confirmaba otro –. Se aprovecharán de nuestra debilidad. ¡Deberíamos prepararnos!
- Olvidaros de eso. La reina sólo piensa en llorar a su hijo. Y es natural… ¿Qué puede esperarse de una mujer? – añadía con sarcasmo un tercero.
- Está en juego nuestro honor y quizá nuestra propia ciudad. Alguien debería explicárselo a la reina – decían de buena fe algunas personas.
- No seas iluso. Por lo visto, Aurelia desvaría y está a punto de perder la razón. ¡Justo ahora, cuando acabamos de sufrir un ataque contra la casa real y necesitamos ser dirigidos por una mano firme y fuerte! En ausencia del rey Númitor, su hermano Amulio es el único legitimado para hacerlo.
Conversaciones como ésta se repetían por toda Alba Longa, se transmitían de unos grupos a otros y aumentaban la alarma. Y así, quienes al amanecer rogaban a los dioses para que Amulio nunca alcanzara el poder, al mediodía lo consideraban una tabla de salvación.
El corazón de Aurelia sangraba por todas partes. Habían trasladado los cadáveres desde el gran salón a una de las estancias de la cabaña y allí un grupo de siervos enviados por la Vestal Máxima, junto con Tuccia y la propia reina los estaban preparando para el funeral. Rompía el alma ver aquellas vidas truncadas con violencia, sin piedad ni razón. Que hubieran alzado las armas contra ancianas estremecía por su crueldad, cuando habrían merecido morir en sus yacijas rodeadas de cuidados y afecto. Y no dolía menos ver a los jóvenes segados en plena lozanía, hurtados a una vida que podía haber sido plena y útil a sus semejantes, padres y madres de hijos que no llegarían a nacer. Ese era el triste premio a su fidelidad, el pago por compartir la comida y la bebida, honrar a los mismos dioses domésticos, haber nacido y crecido en esa cabaña y ser la familia* del rey.
Un dolor que, siendo insoportable para cualquier ser humano, lo era aún más para Aurelia que había perdido también a su único hijo varón y sabía en peligro a su hija. Al pensarlo, todo su cuerpo se estremecía de pavor. ¿Dónde estaría Rea Silvia? ¿Conseguiría encontrarla y protegerla Camilia? Respecto a su marido, temblaba ante la idea de que su hermano lo hubiera asesinado.
- Solicito ver a la reina Aurelia – anunció la vestal Adriana entrando en la cabaña real. En el salón principal, Amulio y Criseida hablaban con varios de sus secuaces. Habían repuesto los muebles rotos y eliminado los signos de violencia. Todo parecía en orden, como si nada hubiera sucedido.
- Está muy ocupada – respondió Amulio mirando despectivamente a la joven vestal –. Dime qué quieres, y yo mismo se lo transmitiré.
- No es posible, señor. Traigo el ajuar para los ritos fúnebres – dijo señalando a dos siervos que venían tras ella con grandes cestos –. Visto que no puede confeccionarse aquí, he pedido a diversas familias que lo fabriquen. Estos hombres han de negociar el intercambio entre la reina y sus dueños. Ella misma debe hacerlo, pero puedes estar presente, si quieres.
No perdería el tiempo en cuestiones banales, pensó Amulio, ni tenía intención de ver a Aurelia. Prefería hacerlo en presencia del Consejo en el momento de la renuncia al trono. Mientras tanto, más valía que la reina se entretuviese en asuntos mujeriles y no pensara en nada más. Ordenó a uno de sus esbirros que acompañara a la vestal y se quedara allí.
La reina acogió a la vestal con una mirada de esperanza y, a la vez, de interrogación. Adriana se inclinó ante ella y le besó las manos.
- Estate tranquila, señora – murmuró –. Sabemos dónde se esconde Rea Silvia. A estas horas seguramente Énule estará ya con ella y creemos que a salvo. La protegeremos, ten confianza en nosotras.
Aurelia mantuvo el rostro impenetrable, pero las lágrimas asomaron a sus ojos. Se volvió luego hacia los criados que traían el ajuar funerario y pidió ayuda a Tuccia y a la propia vestal para elegirlo. Las mujeres y dos jóvenes imberbes serían inhumados y para ellos eligieron cuencos, vasos y otros recipientes de barro de tamaño común. La reina lloró al añadir un retorcedor para la anciana que hilaba la lana. Los varones que habían muerto luchando serían incinerados y su ajuar de mesa se haría en miniatura.
- Necesitaremos seis urnas de barro en forma de cabaña. ¿Os dará tiempo a modelarlas? – preguntó la reina. Los hombres respondieron que sí –. Las espadas, lanzas y escudos en miniatura los quiero de bronce para mis siervos y de noble hierro para mi hijo. Merecen gozar en el más allá de todo su prestigio guerrero.
Aurelia suspiró, como si haber expresado sus propios deseos la aliviara. De haber sabido entonces cuánto sufrimiento habría de soportar, quizá hubiera preferido estar tan muerta como ellos.
*Ya desde época arcaica, la noción de "familia" hacía referencia a todas aquellas personas que vivían bajo el mismo techo, incluidos siervos y esclavos. De ahí que Aurelia se ocupe de todos ellos, pues son su familia.
Si tenéis curiosidad, aquí viene la entrevista que me han hecho en la revista You coach!
63 comentarios:
Rea Silvia estará a buen recaudo, con la ayuda de de las vestales...y los Dioses la infamia no habrá de poblar el reino del ausente.
Cada vez la trama es más y más penetrante, llena de intriga, se espera la siguiente entrega Isabel.
Un abrazo!
Ay, madame, qué final tan inquietante para una mujer cuyo corazón ya "sangraba por todas partes". Aun no terminan las penalidades para ella. No se le permite ni ese pequeño alivio sin que una nueva amenaza se cierna ya sobre ella.
Siempre termina usted en el momento preciso!
Buenas noches
Bisous
(perdón, tuve un error)
Deberes cumplidos, oh, señora!
No hay prisa en que se desarrolle la trama, cada cosa a su momento. Además, este sistema de entregas nos mantiene en un espera muy adecuada para la lectura.
Quien lo pasa mal no somos nosotros, sino la reina y Rea Silvia.
Abrazos, querida Isabel.
Pobre Aurelia, ahora al menos tiene la esperanza de que Rea Silvia está a salvo...Por cierto, qué cosa tan tonta pero me encanta cuando sale Adriana...jijiji :)
Muy bonita la entrevista y además me he encantado descubrir esta web de coaching que es un tema que me interesa bastante. Un abrazo guapa!
me resulta super interesante que incluyas los conceptos, quiero decir, que quede manifiesto en la historia los usos y costumbres romanas.
es una historia redondita!!!
Respecto al concepto de "familia" en el mundo latino, recordemos la famosa frase de San pablo en Romanos: "los de la casa de César", refiriéndose a los esclavos...
Un capitulo cargado de dramatismo para estas personas, lo que fueron o lo que podrian haber sido segun su edad. Lastima que con el tiempo el concepto de familia variaria diametralmente y no todos serian considerados familia ni se ocuparian por igual de ellos como hace Aurelia.
Ahora de paso aprovecho y pregunto: Isabel ¿que es una siringa?
Ya lo decìs MAQUIAVELO: "divide y reinaràs"
P.D.:A pesar de que muchas son las veces en que la uniòn hace la fuerza!!!
BESITOS INTENSOS AMIGA ♣
Bueno, bueno, bueno, qué cimas alcanzas, querida Isabel. Los guerreros muertos en la flor de la vida, toda su fortaleza desvanecida en sangre, escribes como el mismísimo Homero, amiga inmensa. Las lágrimas ruedan por nuestras mejillas acompañando al dolor de la reina Aurelia.
Afortunadamente aparece la vestal Adriana, luminosa esperanza.
Buen anuncio de la tragedia que invadirá aun a la familia real, desazón terrible en el lector:
"De haber sabido entonces cuánto sufrimiento habría de soportar, quizá hubiera preferido estar tan muerta como ellos." Vas calculando los elementos de la narración como mecanismo de relojería en la prolepsis.
¡Que no daríamos por deshacer los rumores impíos, mentirosos, traidores, viles, cobardes!
Ánimo, señora Aurelia, ya lo sabes: tu hija vive. vive tú por ella.
Aquí nos tienes locos y entregados, ¡qué ansía de seguir! ¡ay! Yo que tengo enchufe, intentaré sonsacar a mi querida Silana, jaja.
Un abrazo enorme, querida Isabel. La fundación de Roma está que arde... ¡ay!
Besazos.
ya estás metiendote con César... Mecachis...
Isabel, ya he acabado exámenes y me reincorporo a la lectura. Un beso enorme.
Ese final me inquieta.. No me angusties demasiado, Isabel Romana, que me pones al borde del infarto.
Es astuto Amulio y no deja escapar las oportunidades que se le presentan para conseguir sus turbios fines. Si consigue que el pueblo se levante frente a Aurelia, habrá que echarse a temblar, que es lo que me temo.
Mientras tanto, la gentil vestal Adriana ha llevado algo de sosiego al corazón roto de la reina. Aunque ha sido privada de su hijo, al menos Rea Silvia se halla a salvo. ¡Loados sean los dioses!
Un capítulo muy detallista, que desciende a los rituales funerarios y a la concepción amplia de la familia de aquellos tiempos. Muy interesante.
Ave, Isabel, y fuerza y ánimo para los siguientes episodios.
P,D,- He leído la entrevista y me ha gustado mucho. Estás brillante en ella, como tú lo eres.
Pobre Aurelia. Como tiene que estar sufriendo, en primer lugar por el hijo perdido y vejado por su tío Amulio, que no cejará hasta destruir a los que le impidan ser rey de Alba Longa.
Su esposo e hija desaparecidos y el pueblo inquieto y ajeno a todo lo que el malvado Amulio ha perpetrado y tiene en mente hacer Naturalmente en su provecho.
Nunca he entendido ,el porque los malvados tienen ese poder de persuasión, como tampoco entiendo el porque una verdad es tan díficil
de demostrar.
Me ha gustado la entrevista, porque dominas la historia y la transmites
a los que te leemos.
BSS.
Nos has dejado con la miel en los labios y en lo mejor de la historia. Qué pasará ahora con Aurelia.
Las intrigas se suceden en Alba Longa y me hacen pensar en hechos de hoy.
Me da mucha tristeza Aurelia no sabe que hacer.
Maravilloso capítulo Romana, quedo a la espera de otra entrega.
Te abrazo.
MaLena
Muchas gracias por tu comentario. Es asombroso: Tu blog, que trata de cosas tan antiguas, es una racha de aire fresco y renovado en la web.
Cordiales saludos.
No puedo faltar ni un día , pues entonces la que pierde el compás , soy yo .
Besos desde Málaga.
en un s´´olo capítulo nos has sumergido en un tiempo de emergencia guerra muerte y el dolor de los funerales; la lectura se siente dinámica, con el vértigo de la carrera y la lucha. Te felicito Isabel.
Estas vestales me están fastidiando. Tendré que urdir algún plan para que no se inmiscuyan en mi proyecto. He de ser rey a cualquier precio.
Fdo.: Amulio
Salud y República amuliense.
Me gusta mucho la forma en la que mueves las emociones de los personajes.
ufff ese párrafo final me inquieta un montón.
La maldad siempre encuentra eco en la ignorancia de las personas !!!
Continuo en ascuas .....
¿que será de Amulia ? ¿ y de Rea Silvia? ¿que papel jugaran las vestales? ....
Un super abrazo Isabel !!
Es de admirar la entereza y la dedicación de la reina Aurelia, demuestra tener un corazón y un carácter tan amable y admirable como aquel que demostró la reina Dido. Seguro que Rea Silvia lo ha heredado. Emocionantísimo el capítulo, esperamos con ansia la siguiente continuación, no nos dejes mucho tiempo en vilo querida Isabel.
PD.: ¿no te parece un tanto contradictorio que un republicano confeso como RGAlzamán esté tan ansioso por ser rey? jajaja me ha hecho mucha gracia.
TEnemos paciencia, Isabel. Está muy emocionante, pero a mí el personaje que por ahora me gusta más es Rea Silvia, así qeu estoy deseando que vuelva a aparecer para ver qué le ocurre en el bosque. Porque aunque parece que ha encontrado quien la proteja, no sé yo si sus enemigos no la darán alcance.
Un abrazo, Isabel
Buena cosa es que las vestales estén del lado de la razón y de la legitimidad y no se hayan "pasado al lado oscuro" como es frecuente en la historia de la humanidad. Eso será muy útil para que los dioses les sean propicios.
Esperaremos acontecimientos.
Cura ut valeas.
La frase final no promete nada bueno me temo, bien, no queda más que esperar.
Interesante la entrevista, me ha parecido muy completa, Isabel.
Besos.
Me encanta el relato porque describes con todo lujo de detalles tanto la acción, como la escena y los personajes, metiéndonos con ello en el pensamiento y costumbres de aquel tiempo. En este caso nos adentras en el mundo funerario.
Por cierto, enhorabuena por la entrevista.
Besos
Con ese pensamiento que tiene Amulio sobre los "asuntos mujeriles" andan muchos todavía. Lo que no saben es que las mujeres, aún haciéndose cargo de los "asuntos mujeriles" son capaces de mucho, mucho más de lo que se cree ;)
¿Todavía le queda mucho que sufrir a la reina? Ay, yo que pensaba que la pobre mujer ya había tenido suficiente! Cómo sabes mantenernos en vilo!
He leído la entrevista. Muy maja, por cierto, como para conocerte más. Y sabes, yo siempre digo que tendrían, los que manejan los cotarros, que hacer márquetin de la bondad. Hoy en día todo es márquetin, propaganda, como la que se hace Amulio para convencer a la ciudadanía. Si nos metieran la bondad como nos meten tantas y tantas cosas sin que nos demos cuenta, sería genial. Pero me da la impresión de que la bondad da muchos menos beneficios a los que precisamente manejan los cotarros...En fin, esperemos que algún día ser bueno, buenísimo, esté de moda.
Un placer de nuevo leerte.
:D
En nombre de Criseida, yo te conmino, Amulio, a no volverte blando y sensiblero ante tantas voces melífluas que se ponen del lado de tu hermano y de la estúpida Aurelia y se apiadan de su pánfila hija ¡que los dioses se la lleven al averno!. Te aviso de que a tu mujer no le doleran prendas para quitarte de enmedio si te ve flaquear. Ya que no colmas su pasión, ¡satisface sus ambiciones!, rey Amulio. Solo así, seguirás vivo y pasarás con laureles a la Historia de Roma.
Amiga Isabel,
El relato se hace cada vez más interesante y la intriga va tomando cuerpo. Teniendo en cuenta los pocos datos históricos que tenemos de esos años, hay que admirar la enorme capacidad que tienes para recrear situaciones que podrían perfectamente haber sido históricas, o a lo mejor incluso lo fueron.
Creo que la redacción del libro va por buenos derroteros.
Un abrazo,
Antonio
Y sigo aprendiendo.
Ya me entró el ansia de leerte en libro impreso.
Abrazos.
"Cada cosa a su tiempo y un tiempo para cada cosa"
"Cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa"
Tengo la impresión de que Aurelia, a pesar del sufrimiento que tenga que vivir, le va a dar alguna sorpresita a este Amulio ignorante y ambicioso que esconde y minusvalora a semejante mujer tras "asuntos banales y mujeriles".
¡¡Cuanto se equivoca!!
Ansiosa espera...Bsts.
Hola mayte, una cosa es lo que piensa la vestal Adriana/tú y otra lo que Rea Silvia esté haciendo. ¿Te acuerdas de que se disponía a volver a Alba Longa con la pastorcilla Palantea? Besitos.
Saludos, la dame masquée, desde luego que a Aurelia aún que quedan cosas duras de pasar. Es terrible, pero no deja de ser así. Espero que con nuestra compañía se le hagan más llevaderas... Un abrazo.
Hola, virgi, es cierto que lo pasan mal los personajes de la novela, pero en la medida en que nos identifiquemos con ellos, de algún modo nos afectará. Besitos, guapa.
Ay, ana, que por un momento he confundido los papeles de Camilia y Adriana. Es que ya no sé dónde tengo la cabeza... Me satisface que te alegre leer a tu personaje. Besos.
Hola elisa de cremona, trataré de hacer lo posible por dar una idea de cómo podía vivirse en esa época. No es mucho lo que se sabe, pero al menos que tratemos de imaginarla. Besitos.
Hola josep asensi, y lo curioso es que algunos esclavos vivían mejor y eran más ricos que muchos romanos plebeyos... Besos.
Hola alejandra sotelo, parece ser que de esa época no se han encontrado indicios de diferencias por razones económicas. Parece que el estatus de cada cual dependía más de su lugar en la familia y en la ciudad. En cuanto a la siringa, es un instrumento de viento compuesto por varias cañas de diversa longitud, unidas entre ellas. En el capítulo anterior hay una foto de una siringa peruana. Probablemente son muy parecidas a las de la antigüedad. Besotes.
Hola gabu, no puede negarse que Amulio ha elegido una buena estrategia. Besitos.
Menos mal que contamos contigo, elena clásica/Silana, porque de lo contrario la situación aún habría sido peor. Quién sabe, si ni siquiera hubiera llegado a fundarse Roma. Un besazo, guapa.
Hola txema, a mi César me encanta. Espero que retomes la lectura. Besos.
Ja,ja, mariajesúsparadela, cuídate ese corazón, porque aún le falta pasar algunas situaciones difíciles... Besos terapeúticos.
Saludos, isabel martínez barquero, desde luego que quienes aspiran a controlar el poder encuentran siempre el modo de hacerlo, a costa de quien sea, incluidas vidas humanas, como hemos visto con Amulio y su repugnante esposa Criseida. Besos.
Hola pilar llorca, también yo me he preguntado a veces cómo es posible que los malvados alcancen tanto poder y puedan engañar a todo el mundo. Y la respuesta que encuentro es ésta: que ellos no aceptan ningún límite, en tanto los demás los respetamos. Ya ves a Amulio: ha hecho matar a doce o trece personas que no le habían causado a él ningún mal. Pero, sencillamente, le estorban. Besos.
Hola anabel botella, eso mismo me pregunto yo, qué pasará con Aurelia... Un besazo.
Hola maLena ezcurra, tienes toda la razón: lo que ocurría hace dos mil ochocientos años se parece sospechosamente a lo que ocurre hoy. Besos.
Hola antonio porpetta, maestro. Gracias por sus generosas palabras. Saludos cordiales.
Hola annick, la suerte es que todos los capítulos van seguidos y se almacenan bajo la etiqueta "Fundación de Roma (1ª parte)", así que son fáciles de recuperar los que se quedan sin leer... Besos.
Hola el drac, el sol está en su cénit... Aún falta tiempo para que acabe el día. Besotes.
Saludos, majestad, quiero decir, rgAlmazán. No tendrás que esforzarte mucho, porque con la mala idea que tienes, pensamientos perversos no te faltarán. Y menos si prestas oído a tu mujercita... Besos.
Hola pedro ojeda escudero, me alegra que te esté gustando. Un abrazo.
Hola almena, si te inquieta a tí que eres la narradora y sabes lo que va a ocurrir, imagínate a mí... Besitos.
Tienes razón, loli, la ignorancia es un caldo de cultivo excelente para que los malvados se aprovechen de nosotros. No hay más que mirar a nuestro alrededor... Besitos.
Hola aarón, desde luego las mujeres tenemos una entereza especial que se manifiesta en estos momentos clave. En cuanto a Almazán, fui yo quien le propuse que fuera Amulio. Me parecía que un republicano convencido sería el ideal para representar al rey más perverso: le encantaría que se mostrara malo, malo, malo. Besos.
Hola mª antonia moreno, tienes toda la razón. En realidad, no sabemos si Rea Silvia sigue en el bosque o se habrá ido ya con Palantea... Besos.
Saludos, cayetano, también yo creo en la bondad de las vestales y en su energía. No en vano eran personas de gran autoridad. Besos.
Hola elysa, efectivamente, hay que esperar el desarrollo de los acontecimientos... Gracias por leer la entrevista.
Hola carmenBéjar, tú si que eres una maestra en el arte de introducirnos en la historia de tu Béjar natal... Besos.
Hola áfrica, creo que una campaña tantástica como la que sugieres, en la que nos mostraran la alegría y la utilidad de ser buenos, debería ir forzosamente acompañada de otra dirigida a distinguir y detectar claramente cómo actúan los malos. De lo contrario, mucho me temo que aún abusarían más de nosotros... Besazo.
¡Caramba, opabimia, como vienes hoy! Si hasta nos va a entrar pena del pobre Amulio... Pero no, no nos dejaremos convencer. Tú eres malvada, pero él no lo es menos. Besotes.
Hola, antonio martín ortiz, yo creo que sí, que fueron verdad. Y, además, lo afirma continuamente el cronista local Urbano Lacio, que lo vio todo en primera línea, aunque haya quien dude de su palabra. Pero sí, las cosas ocurrieron como estamos viendo. Y si no, siempre podemos recurrir al testimonio de Fáustulo. Besos.
Ja, ja, clarice baricco, habrá que esperar a que esté escrito... Besotes.
Hola bagoas, desde luego la reina Aurelia tiene una gran resistencia y fortaleza. Veremos la que tiene Amulio... Besitos.
Me encanta Isabel, cada capítulo hace que se vaya poniendo más interesante.
Bicos y muchas gracias por regalarnos todas estas entradas.
La presencia de las vestales aporta a la reina Aurelia un soplo de esperanza y, aparecen justo en el momento preciso. Me imagino a las vestales como mujeres bellas, bellísimas, con un sexto sentido.
En este capítulo me ha llamado la atención la urna con forma de cabaña que se hace servir en el rito funerario y al margen de la narración la foto de la urna.
Es increíble lo bien documentada que estás, y lo apropiado de las imágenes que se acompañan. Me encanta Isabel.
Muy interesante, una intriga insoportable para una lectora admiradora.
Podría utilizar muchos adjetivos elogiosos. Resumo con una cordial enhorabuena.
D.
Estoy gratamente sorprendida de que esta trama inmensa nos esté envolviendo y más aún de la facilidad que tienes para llevarla a cabo con la dificultad que le veo.
He leído tu entrevista y me hubiera gustado hacerte más preguntas de haber sido yo la entrevistadora.
Pero no quiero distraer a la escritora que bastante trabajo tiene.
Es un placer leerte y aprender de ti.
Un abrazo.
aquí, en compás de espera,
Magistral.
Aparte de que está bien contado, y que me lo imagino en película, me gustan las reflexiones que metes ; como eso de nada vuelve más ciegos a los hombres que un peligro inminente.
Y nunca olvidas que era un mundo masculino , ("Qué puede esperarse de una mujer" ) , normalmente esa visión falta en todas las recreaciones.
Ánimo, ánimo.
Y besos.
El pueblo es como un cachorro desvalido que acepta todo lo que le sirven en bandeja. Servirá aquello que los esbirros desparraman, para alimentar la revuelta? El manejo de la intriga y el suspenso está en la maestría de tu relato. Abrazos.
Haces que todas las emociones sean muy cercanas, y los personajes familiares.
Besos
Hola, Isabel, siento haberme perdido alguna de las entregas anteriores, estoy en los preliminares de una mudanza de domicilio y estos días voy con el tiempo bastante justo, pero intentaré ir leyendo lo que me falta, porque, la verdad, es que está interesantísima esta historia, no sólo porque tu narrativa conmueve, porque es fluida y atrapa, sino porque, de paso que nos entretenemos leyendo uan novela de corte histórico, aprendemos muchas cosas sobre la vida cotidiana de aquella época remota. Un ejemplo lo tenemos en los ajuares funerarios, cómo explicas, en voz de Aurelia, el tamaño de los cuencos de cerámica que habrán de acompañar a los difuntos, en virtud del tipo de rito funerario que se haya de llevar a cabo: inhumación para los siervos asesinados sin lucha e incineración para los que lo hicieron armas en mano, y explicas que el ajuar de éstos habría de ser en miniatura, para que cupiese en su urna cineraria, imagino. También resulta de sumo interés el hecho de que expliques la diferencia de metales que Aurelia elige para las armas miniaturizadas que acompañarán las cenizas de su hijo y el de los otros siervos, pues sitúas la acción en los albores de la edad del hierro, cuando éste alcanzaba un gran valor. Las fotos que adjuntas también aportan un gran valor didáctico, como ésa de la urna en forma de cabaña, he visto alguna muy parecida en museos.
En esta novela que estás escribiendo, no sólo podemos encontrar un magnífico estilo narrativo, sino también aprenderemos mucho sobre la vida de las gentes en los albores de una de las más grandes civilizaciones que ha conocido la humanidad.
Te dejo un gran beso y msi mejores deseos para un fin de semana inspirador, mi querida amiga.
Amiga, te felicito por la documentacion fotografica que acompaña al relato... Magnifica...
Y sigo, y sigo...
Hola dilaida, gracias a tí por venir y participar. Un abrazo.
Hola ana, realmente las urnas con forma de cabaña son las que han dado la información para saber cómo eran las cabañas reales. Me alegra saber que lo estás pasando bien. Un abrazo muy fuerte.
Hola dolors, muchas gracias por tus ánimos. Me hacen falta... Besos.
Hola isabel, me hace gracia eso que dices de la "facilidad"... ja, ja, ¡no sabes cuánto me caliento la cabeza! Pero bueno, lo cierto es que lo paso muy bien. En cuanto a la entrevista, a mí también se me ocurren muchas cosas... Un abrazo muy fuerte.
Hola historia del arte, así estoy yo también...
Bueno, reyes, ya sabes que eso de atribuirnos poca capacidad para la acción es uno de los topicazos más antiguos... Vamos, que lo dicen estos y lo siguen diciendo hasta ahora. Besotes.
Hola fgiucich, la ignorancia es siempre la mejor aliada del tirano. Y hay que ver cómo saben manejarla... Un abrazo muy fuerte.
Hola mita, me gusta que los sintáis cercanos. Eso es lo humano. Besitos.
Saludos, querida mayte dalianegra, lo que sabemos del pueblo latino viene, en su práctica totalidad, por los datos arqueológicos, especialmente los que arroja la arqueología funeraria. Efectivamente, esta historia se desarrolla en los inicios de la edad del hierro y, al parecer, en esa zona era muy escaso, de ahí que aparezca poco en los ajuares funerarios y haya yo supuesto que Aurelia querría distinguir a su hijo con ese metal más valioso.
Espero que te vaya muy bien la mudanza y no te canses demasiado. En cualquier caso piensa que es para mejorar... Un abrazo muy fuerte.
¡Te estás dando un atracón, antiqva! Besotes.
Madrugada dominical. 03.58a.m.
Mi lectura fiel corresponde a tu generosidad de escritora.
Admiro tu pasión y todo lo que enseñas a través de cada episodio.
Otro capítulo maravilloso, Isabel. Perdona si no he comentado hasta hoy, pero he preferido dejar pasar varios capítulos para saborearlos del tirón. Escribes tan bien que leer capítulo a capítulo me sabe a poco.
llego muy tarde al encuentro...pobre Aurelia...al menos Rea Silvia está a salvo...sigo leyendo!
El caos divide...Emotivo capitulo.
Sigo leyendo.
Un capitulo muy bueno...
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