(VI)
El crujido de una rama sobresaltó a Rea Silvia. De nuevo su corazón inició un galope ciego, una carrera desenfrenada que la puso en pie de un salto y la hizo adherirse a la pared de la cueva en penumbra. No había podido apartar de su recuerdo la lucha a muerte que había visto en su propia casa, y el grito desesperado de su madre retumbaba en su cabeza. No debió haber huido, sino quedarse con su familia, ayudarlos en lugar de obedecer la orden de ponerse a salvo. Dudaba sobre la conveniencia de regresar a Alba Longa cuando ese ruido inesperado la había devuelto al bosque de Silana y la enfrentaba a su propio riesgo. Conteniendo la respiración aguzó el oído.
Dándole la espalda, sentada sobre un viejo tocón entre la niebla, una muchacha tocaba la siringa. Vestía una túnica parda y dos trenzas castañas se anudaban por encima de su cabeza dejando la nuca desnuda. A su alrededor unos cuantos cerdos hocicaban en la espesura buscando las bellotas que tardíamente habían caído a tierra. Se quedó inmóvil escuchando mientras su corazón recuperaba el ritmo normal y se serenaba. Luego, despacio para no asustarla, se le acercó. La muchacha se sobresaltó y dejó de tocar.
- Es la primera vez que le hacen esa pregunta a una pastora de cerdos – dijo sonriendo. Se le formaron dos hoyuelos en las mejillas y sus ojos parecían reír. – La neblina no te deja ver bien. Me llamo Palantea ¿y tú?
- ¿Vienes de Alba Longa?
Agradezco a las amigas Mayte
e Isabel Martínez Barquero
que se hayan hecho eco en sus blogs de esta iniciativa. Gracias a ambas.
Camilia aceleró el paso una vez hubo cruzado de nuevo por entre el gentío, de regreso a la cabaña de las vestales y el templo de Vesta, situados en el centro de la población. Unos instantes antes, desde la puerta de la cabaña real, había dado al público una sucinta explicación de lo ocurrido.
La multitud había quedado conmovida por un crimen despiadado y sin causa aparente. No se explicaba quién o por qué motivo habrían querido atacar con tal saña a la familia real. ¿Serían sicarios al servicio de alguna ciudad latina? Si era así, Alba Longa estaría en peligro y con su rey ausente. Y más allá de la desazón que embargaba sus ánimos, otra duda corría de boca en boca: puesto que el único hijo varón del rey había sucumbido sin descendencia, ¿quién heredaría el trono cuando Númitor muriese? Y pedían a los dioses que su salud resistiera hasta que Rea Silvia le hubiera dado un nieto pues, de lo contrario, sólo quedaría para heredar su hermano Amulio. Amulio, el odioso.
No menos preocupada estaba Camilia cuando llegó a la cabaña de las vestales, donde la esperaban Énule y Amnesis.
- Teníais razón – les dijo al verlas –. La situación es crítica. Y desde luego Amulio y su esposa están detrás de los asesinatos. Temo por Rea Silvia.
- ¿Has podido hablar con la reina? ¿Cómo está? – preguntó Énule. Desde hacía algún tiempo la reina recurría a sus servicios como experta conocedora de hierbas y remedios medicinales y se profesaban mutuo afecto.
- ¿Has podido hablar con la reina? ¿Cómo está? – preguntó Énule. Desde hacía algún tiempo la reina recurría a sus servicios como experta conocedora de hierbas y remedios medicinales y se profesaban mutuo afecto.
- Esos dos, Amulio y Criseida, la tienen aislada y vigilada. Pese a todo, he podido comunicarme con ella – dijo mientras se llevaba la mano al hombro donde se había colocado la fíbula de Aurelia y con un dedo repasaba su contorno –. No en vano somos amigas desde la infancia. Cuando éramos pequeñas y alguna de nosotras tenía problemas, solíamos intercambiar nuestras fíbulas. Era como si cada una se pusiera en el lugar de la otra y compartiera su carga. Nos aliviaba mucho. Acabo de cambiarle su fíbula y ahora ya sabe que he comprendido la situación y tendrá mi ayuda.
Pero basta de cháchara: hemos de proteger a Rea Silvia. Os daremos provisiones y ropa de abrigo y se las llevaréis al bosque de Silana. Quedaos con ella. De ningún modo puede volver a Alba Longa, porque su vida aquí corre grave peligro. Y ahora, dispensadme, he de resolver muchos asuntos antes del mediodía.
El crujido de una rama sobresaltó a Rea Silvia. De nuevo su corazón inició un galope ciego, una carrera desenfrenada que la puso en pie de un salto y la hizo adherirse a la pared de la cueva en penumbra. No había podido apartar de su recuerdo la lucha a muerte que había visto en su propia casa, y el grito desesperado de su madre retumbaba en su cabeza. No debió haber huido, sino quedarse con su familia, ayudarlos en lugar de obedecer la orden de ponerse a salvo. Dudaba sobre la conveniencia de regresar a Alba Longa cuando ese ruido inesperado la había devuelto al bosque de Silana y la enfrentaba a su propio riesgo. Conteniendo la respiración aguzó el oído.
Entonces inundó el bosque una música liviana y suave semejante a la que Favonio provoca con su soplo cuando, al empezar la primavera, hace cantar las hojas de las encinas y los castaños y los incita a dar frutos: alegre como el aleteo de las mariposas y más dulce que la miel de las abejas. Evocaba también otros sonidos: el goteo del agua sobre una piedra, el chasquido de la hojarasca bajo las pisadas diminutas de las aves y su picoteo, el lento transcurrir del tiempo. Era tan hermosa aquella melodía que apaciguaba el espíritu y hacía olvidar los pesares. Sin darse cuenta, Rea Silvia se había ido acercando a la entrada de la cueva y, con cautela, miró al exterior.
Dándole la espalda, sentada sobre un viejo tocón entre la niebla, una muchacha tocaba la siringa. Vestía una túnica parda y dos trenzas castañas se anudaban por encima de su cabeza dejando la nuca desnuda. A su alrededor unos cuantos cerdos hocicaban en la espesura buscando las bellotas que tardíamente habían caído a tierra. Se quedó inmóvil escuchando mientras su corazón recuperaba el ritmo normal y se serenaba. Luego, despacio para no asustarla, se le acercó. La muchacha se sobresaltó y dejó de tocar.
- ¿Eres la ninfa Silana? – preguntó Rea Silvia, subyugada por aquella música divina. La joven le dirigió una mirada de asombro y se miró luego sus propias ropas y sus pies descalzos.
- Es la primera vez que le hacen esa pregunta a una pastora de cerdos – dijo sonriendo. Se le formaron dos hoyuelos en las mejillas y sus ojos parecían reír. – La neblina no te deja ver bien. Me llamo Palantea ¿y tú?
- ¿Vienes de Alba Longa?
- No. Vivo en una cabaña cerca de aquí – dijo. Y al ver el rostro de decepción de Rea Silvia, le hizo sitio en el tocón y con un gesto de la mano la invitó a sentarse.
- Siempre toco la siringa como ofrenda a Silana a cambio de su permiso para que pasten mis cerdos – dijo antes de empezar a tocar otra vez. Rea Silvia, sentada a su lado, la escuchó en silencio.
- Nunca te había visto – dijo Palantea dejando por fin la siringa sobre su regazo. – ¿Qué haces aquí? Y aún no me has dicho tu nombre.
- No puedo decírtelo. He huido de mi casa y quisiera volver a Alba Longa pero sin que nadie me reconozca.
Permanecieron un rato calladas, cada cual sumida en sus pensamientos. Luego Palantea se puso de pie, silbó para llamar a los cerdos y observó a la desconocida detenidamente. Debían tener una edad similar, aunque Rea era más alta. A juzgar por la albura de su piel, su túnica clara y sus sandalias, debía pertenecer a una familia rica. Sin embargo, no era engreída ni orgullosa. Incluso se había sentado a su lado.
- Mi padre decía que el mejor lugar para esconder una bellota era ponerla en un cesto de bellotas.
- ¿Qué quieres decir? – preguntó Rea Silvia, despertando de su ensimismamiento.
- Que si te vistieras y olieras como todas las pastoras, nadie se fijaría en ti. Así podrías volver a Alba Longa – respondió Palantea.
- Que si te vistieras y olieras como todas las pastoras, nadie se fijaría en ti. Así podrías volver a Alba Longa – respondió Palantea.
- ¿Me ayudarías? – preguntó Rea Silvia con el rostro iluminado –. Puede ser peligroso para ti.
- ¿Mas que vagar sola por los bosques, expuesta a los deseos de dioses y hombres? Vamos, mi casa está cerca.
65 comentarios:
Isabel... ¡te quieeeeero!
¡Qué personaje más hermoso me has regalado!
Ni te imaginas lo que te lo agradezco
Mil besos, querida romana.
Tu música sana, querida amiga. Eso es lo que he querido decir. Un abrazo muy fuerte.
Ya me olía yo que la vestal se dio cuenta de lo que se cocía y también de que la joven estaba en peligro. Pues nada, ahora toca disfrazarse de porqueriza, como Ulises cuando regresó a Ítaca, para pasar desapercibida.
La cosa se va animando.
Saludos.
Es emocionante, una alegría ver a las mujeres de la ante-Roma, dispuestas siempre a ayudarse, a intervenir valerosas, decididas.
Una cofradía fraternal las une, desde la reina a la Vestal a Silvana y a la dulce tocadora de siringa.
Querida Isabel, en el fragmento del bosque, cerca de la cueva, me has transmitido la atmósfera de la natura, paz, sosiego, serenidad, amistad.
Me pregunto ¿qué papel jugarán los hombres? Sin contar al joven asesinado, vemos la codícia, la brutalidad y el poder como única meta. Me intriga.
Bien, es que me intriga tanto tu relato que me dejas siempre pendiente, Maga y Musa.
Dejaré también constancia en mi blog muy pronto, ahora me marcho unos días, pero...aquí me tendras enseguida. !Ave! un abrazo amiga.
♥
Me quedo ansiosa esperando la continuación...
Un abrazo.
♥
Por fin un rayo de esperanza de la mano de esta pastora.
Espero que el ardid salga bien!
Buenas noches, madame
bisous
Sabía que Camilia conoce muy bien el asunto! Biennn!
Y ahora me quedo temblando de pensar que Rea Silvia se atreverá a volver a Alba Longa! :O
Me dejas en un ay!
Peo eso me encanta, por otra parte.
Muy emocionante, Isabel.
Un beso
Por cierto, el detalle de la fíbula es fabuloso!
;)
Otro beso
llegué para el VI! será confiable la pastora? esperemos que sí, vayamos hasta su casa y veamos...
beso*
Podrà a pesar de camuflarse lograr no ser reconocida entre sus pares REA SILVIA???
P.D.:Con cautela tal vez todo sea posible...
TU RELATO ES PASIONANTE QUERIDA AMIGA!!!
BESITOS MUCHOS =)
Este capítulo me ha encantado, Isabel. Las confidencias entre mujeres, si de verdad son amigas, resultan de gran ayuda, y parece que la pastora tiene cualidades para ayudar a la valiente Rea Silvia.
El refrán me lo guardo, puede ser útil en tiempos peligrosos, una matrona puede tener enemigos.
Un gran abrazo, ¡a por ellos!
Me encanta que la vestal Camilia esté al tanto de los malvados planes de Amulio y su esposa. Todo un detalle el hecho de intercambiar las fíbulas que se les escapa y que se entronca en la infancia de Aurelia y Camilia. Me ha gustado mucho esta sutilidad, esta manera de comunicarse al margen de los malhechores.
Mientras tanto, dubitativa y llena de pesar, continúo en el bosque de Silana, aunque he tenido la suerte de conocer a una muchacha, una pastora de cerdos cuya música me calma. Nos hemos caído bien y ella me ha ofrecido una idea para volver a Alba Longa sin que nadie me reconozca. Meditaré en su procedencia y en ir con Pantalea a su casa. Encontrarme con ella ha dado un respiro a mi corazón atribulado.
Isabel, un capítulo lleno de lirismo, con ecos de novela pastoril en algunos párrafos, delicioso y muy femenino.
En cuanto al fondo, me quedo con la exaltación a la amistad que contiene: por una parte la de Camilia y Aurelia, y por otra, la que se vislumbra entre Pantalea y Rea Silvia.
Un fortísimo abrazo.
Apasionante, me imagino el sonido de la siringa en el bosque de Silana. ¡Qué felices serían aquellos cerdos!
Bicos
Tengo a buen recaudo un secreto, he de usarlo cuando sea el momento, encontrar la forma de comunicarle al Rey el infortunio y falsedad de su hermano, proteger a mi vieja amiga y a su hija contra todo.
Isabel, Haces latente la fuerza de la que las personas estamos dotadas para extender la mano no solo ante el dolor, sino el peligro...como Camilia me siento honrada de esa fuerza que le has imprimido y su caracater. De ti, siempre me repito pero adoro, la sutileza de cada detalle que revela entre líneas parte de lo que viene.
Un abrazo, y buen fin de semana!!
Que afortunada es Aurelia, dentro de su tragedia, por tener a Camilia. Y parece que Rea Silvia también ha encontrado una amiga...
Besos.
Esa complicidad entre mujeres me encanta. Todas hemos tenido amigas del alma con las que intercambiar y compartir penas. Y eso une para siempre.
Este capítulo tiene un especial lirismo femenino, lejos de la ferocidad y el ansia de poder de los precedentes.
Me encantó.
Nooooooooooooo! Isabel! No PU E DES dejarnos así!!!! En lo mejor nos has cortado!!!! Noooooooo
Que entrañable és Palantea, me la imagino con unos ojos superexpresivos, vivarachos, verdes como el bosque...
Me ha encantado el momento de:
"Cuando éramos pequeñas y alguna de nosotras tenía problemas, solíamos intercambiar nuestras fíbulas. Era como si cada una se pusiera en el lugar de la otra y compartiera su carga. Nos aliviaba mucho. Acabo de cambiarle su fíbula y ahora ya sabe que he comprendido la situación y tendrá mi ayuda"
¿Quien no ha tenido un momento similar en su infancia?
Isabel, ahora si que me has dejado con ganas de más!!!!!!
Bss
Por cierto, te importa que publicite tu blog por el twitter a mis contactos?
Bona nit!
Ja, ja, cayetano, no te rías de la porqueriza que ya vendrá el tiempo de los pastores... Un abrazo.
Hola natalí, ya sabes que me gusta resaltar el papel de las mujeres, la fuerza (y las debilidades) que tienen, su ternura, su solidaridad y también sus maldades. Un universo de relaciones que intentaré que sea rico. Un abrazo muy fuerte y disfruta de estos días de descanso.
Hola melba reyes, es bueno quedarse con ganas de más, como cuando hacemos dieta. Besitos.
Hola la dame masquée, eso esperamos tod@s, que salga bien... Besotes.
Saludos, áfrica. Creo que los 14 años de Rea Silvia la colocan en una situación difícil, porque en cierto modo es aún una niña y le falta experiencia de la vida. Vermos qué pasa. Besos.
Hola rayuela, esperemos que las cosas vayan de la mejor manera posible... Besos.
Ya veremos, gabu, la hija de un rey suele ser bastante conocida. A ver si tiene suerte Rea Silvia... Besos.
Ja, ja, virgi, haces bien en guardarte el refrán, nunca se sabe. Creo que entre las mujeres las amistades adquieren una intensidad especial. Besitos, guapa.
Hola isabel martínez barquero, también a mí me ha resultado satisfactorio que Aurelia y Camilia se hayan podido comunicar secretamente. ¡Y en las propias narices de los asesinos! En cuanto a tí, pobre Rea Silvia, espero que las cosas vayan mejorando, pero no sé... Besos, querida amiga.
Seguro que serían felices, dialida, sobre todo hozando entre la niebla y siendo pastoreados por una Palantea tan delicada como un poema. Besos.
Bueno mayte/Camilia, sobre tus espaldas recae ahora una gran responsabilidad. Querida y asumida, pero no por ello menos dura. Espero que salgas con bien de ella. Besitos y feliz fin de semana.
Sí, elysa, tener amigas es una de las mejores cosas que nos pueden suceder. Ojala todas estas amistades funcionen. Besitos.
Hola mariajesúsparadela, creo que has descrito muy bien la existencia de esos dos mundos paralelos... Intuyo que aún continúan así. Besos.
Hola juan, ya ves que las cosas se complican pero, a la vez, van apareciendo nuevos apoyos, los personajes ya no están tan solos como al principio. ¡Afortunadamente! Me hará muy feliz que difundas mi blog en twitter, toda ayuda es muy bienvenida. Un abrazo.
Me he quedado traspuesta sintiendo la melodía de Palantea y viendo como olisqueaban los gorrinos. Resultan un alivio las ayudas que surgen. Un fuerte abrazo.
Precioso , y qué suerte he tenido esta semana de estar liada y haber venido cuando había dos capítulos colgados.
No me ha sabido tan corto ,jeje, igual lo hago más veces.
Está quedando muy bien.
Me encanta tu forma de narrar.
Y lo que se aprendeeeee... ahora ya sé lo que es la fíbula.
Rea Silvia de momento está a salvo.
Buenísimo lo de las bellotas.
Aplausos y ánimos.
Magnífico tu modo de ir subiendo el clima...
Me agrada el encuentro con el alma sencilla y generosa de la cuidadora de cerdos.
El detalle del intercambio de las fíbulas que representa la alianza de propósitos, más que adecuado y bien puesto.
Gracias por los momentos de buena lectura
Otro fragmento fantástico. ¡Me siento pesada repitiendo elogios! Admiro que con una prosa tan sencilla y clara (producto de mucho trabajo, no es un resultado casual)puedas ir tejiendo una trama tan compleja.
D.
Pero, ¿qué es eso de llamarme El odioso>. En todo caso El perverso>. Ya huelo a envidia, esa envidia que me tienen por el poder que se me acerca. Y no me entretengo más que he de acabar con Rea Silvia, antes de que se interponga a mis propósitos.
Salud y República (amulense)
Qué bonito detalle el intercambio de fíbulas, me ha recordado a que cuando era pequeña mi mejor amiga y yo hacíamos algo parecido :)
La cosa se pone interesante. Alguien acude al auxilia de Rea Silvia. En esta historia hay de todo, desde traiciones hasta complicidad. Tienes un toque especial para dar vida a las mujeres.
A mí, además del intercambio de las fíbulas, me ha gustado muchísimo cómo describes el sonido de la siringa, " alegre como el aleteo...
Isabel es tan bonito que transmite sosiego, y mientras te leo no puedo evitar sonreir.
Un besazo
Nos esperanza la complicidad entre Camilia y Aurelia.
Nos sobresalta el crujido de la rama.
Nos tranquiliza el sonido de la siringa.
Sentimos la paz de aquel entorno.
¡¡Ay la inocencia de la infancia!!
¡¡Ay la hospitalidad de las gentes del campo!!
Realmente Isabel eres una "Maestra". Besos.
esta historia por entregas enganchaaaa
un besazo
Qué personajes, Isabel. Dibujas con minuciosidad motivos, carácter, personalidad, dudas, belleza, crueldad o bondad.
Es una historia fascinante. Un enorme abrazo
¡Pobre Rea! Pase lo que pase después, quizás toda su vida se siga preguntando sobre aquel día, si hizo bien en huir o debió quedarse a compartir la suerte de sus seres queridos.
Adelante siempre, Isabel!
Y otra cosa que se me ha quedado en el teclado... cuánto cuidado pones en los detalles! Las fotos justas, elegidas con gusto
Prendado estoy de esta fíbula. Me encanta el encuentro entre las chicas en el bosque: fresco, cómplice. Un relato lleno de amistad que se hace fuerte ante grandes amenzas. La historia se personaliza maravillosamente.
Me imagino a Rea como Ulises en su disfraz mientras vuelve.
¡Qué caminos!
Un beso desde tu Subura con frío y sol.
Ah, no, justo en lo mejor no hemos quedado con ganas de mas!
Aurelia sabe que no esta sola, que su amiga la acompaña. Te sorprende y asusta el quebrarse una rama, y de pronto una musica bellisima te hace pensar que se esta ante la mismisima ninfa, y tamaña musica es una pastora de cerdos. En cuanto a los muchachos, armarse de paciencia que ya tendran sus momentos de gloria y la que aellos les gusta: poder, riqueza, saqueo (hoy me levante de buen animo con el gremio se ve :) ¿no?)
Jo, no sé o no recuerdo como suena la siriga...
Hola emejota, muchas veces las ayudas vienen de donde menos las esperamos... Un abrazo.
Ja, ja, reyes, tú cuando de verdad disfrutarás es cuando esté publicada en papel (si ese día llega). Lo mismo les pasó a muchos con Dido... Besos.
Gracias a tí, diana laura. Es un placer contar con tantos y tan buenos lectores. Besitos.
Hola dolors jimeno/fibula, ya ves lo que da de sí tu personaje. Y espero aún algo más... Besos.
RGAlmazán/Amulio, lleva cuidado cuando te asomes por aquí, no vaya a ser que te reciban a pedradas... Quien tiene muchísimas ganas de conocerte es tu querida esposa Criseida, alias Rebeca. ¡Menuda pareja hacéis! Besos.
Pues ya vez, ana trigo alonso, que ya en aquella lejana fecha, a miles de años, ya se hacía lo que hacíais tu amiga y tu. Besitos.
Hola anabel botella. ¿Te acuerdas que me pediste un personaje? Pues te guardo el sitio, pero aún me lo tienes que concretar... Besotes.
Hola ana, creo que ese pasaje idílico y pastoril nos sigue evocando las maravillas del campo y la vida campesina.¡Virgilio nos dejó esa huella...! Besos.
Hola bagoas, precisamente la inocencia de la infancia, tan hermosa, es lo que está en juego. Un abrazo.
Saludos, isabel cuadrado, perdida entre los hielos... ¿Lo helado es también así? Besitos, guapa.
Hola mª antonia moreno, me alegra que estés disfrutando de esta historia. Y espero que el disfrute siga... Besos.
Xibeliuss, tienes una intuición femenina. Ciertamente muchas veces Rea Silvia se preguntará si no hubiera sido mejor quedarse allí y sufrir la misma suerte que su hermano. Pero nosotros no, nosotros nos alegramos de que huyera... Besos.
Gracias hyperion por tu saludo romano desde la Subura. Un lugar que no llegará a existir si le pasa algo a Rea Silvia... Un abrazo enorme.
Ja, ja, alejandra sotelo faderlan, seguro que los chicos tendrán sus momentos de gloria. ¿No es para conquistar la gloria para lo que arriesgan sus vidas? Un abrazo muy fuerte, querida amiga.
Hola odiseo de saturnalia, la siringa suena tan bien que nos produce el mismo tiempo la impresión de estar en un sueño y de estar absolutamente vivos y despiertos. Un abrazo.
Me parece escuchar a Silana sus pensamientos: Palantea puede disfrutar del bosque y aprovechar sus frutos para alimentar a sus cerdos, cuántas veces quiera, siempre bienvenida fue con su "dulce aleteo de mariposas y más dulce que la miel de las abejas". Feliz compañía y amistad ahora para mi protegida Rea Silvia.
Qué buen recurso el del disfraz de muchacha humilde, pastora. Ya lo hizo Ulises, como comenta Cayetano, recuerdo también a Mercurio y Jupiter disfrazados de mendigos en el episodio de Filemón y Baucis.
Qué alegría se debe respirar en ese bosque de Silana con tan extraordinaria música, bello personaje Palantea, menos mal que ya Rea silvia no está tan sola (eh cuanto a mortales se refiere).
Por su parte, Camilia, está al tanto de la complicidad del cruel matrimonio en el crimen. Mensaje cifrado, de recuerdos, de amistad y con un toque espiritual extraordinario el del intercambio de las fíbulas, con un toque de femineidad exquisito.
Qué bello capítulo, clave en la acción que se avecina, me gusta mucho la audacia de los personajes humildes, pues con ello demuestran la dignidad de la persona más allá de las clases.
Fantástico y el bosque de Silana, en fin... vaya regalito, lleno de luz y de música, ¡increíble!
Un gran abrazo, querida Isabel.
Aparece un nuevo personaje para darle más sabor al relato.Qué buena faena, querida Isabel. Abrazos
El padre de Palantea era un sabio, cuando dijo "que el mejor lugar para esconder una bellota era ponerla en un cesto de bellotas.
Rea Silvia. demuestra ser una gran persona cuando advierte a Palantea que le puede costar cara su ayuda.
Pero la muchacha que es realista y acostumbrada a valerse por si misma le convence. asegurandole, que el peligro esta en todas partes .
Ya estoy preparada para el siguiente capítulo, esperando el encuentro entre Rea S. y su madre.
BSS.
Querida Isabel, ut pictura poiesis, retratas con estupenda precisión el ambiente del bosque, y como a todos me ha encantado el detalle de la fíbula. Se nota que conoces el corazón y el alma femenina, me alegro: la vida debe haberte regalado unas amistades magníficas, y eso siempre es reciprocidad.
Gracias por hacerme disfrutar"
Bs
Un detalle el de la fíbula intercambiada muy interesante. No sé por qué, pero el bosque de Silana me recuerda a horrores al de Norma, quizá sea por el ambiente de tiniebla...me encanta Isabel!!!
Esperamos la continuación. Ut vales.
Amiga, me guardo tus letras para leerlas tranquilo en la semana...
Dejo mi abrazo.
MentesSueltas
me ha encantado la solidaridad femenina.
Como Rea Silvia se atreva a aparecer por Alba Longa, sus horas están contadas. Si la mísera Palantea osara ayudarle, la ira de los dioses que protegen a los poderosos Criseida y Amulio caerá sobre ella, y lamentará haber nacido, porque una vulgar porqueriza debe pagar muy caro la osadía de enfrentarse a los designios de los fuertes y valerosos, que no van con pamplinas y que serán los que se alcen con el poder y dominen el mundo. Guárdate, Palantea, de torcer el designio de la fortuna, pues el castigo será acorde con el delito y puede que lo que quede de tu cuerpo, sirva de alimento a tus propios cerdos.
Saludos, elena clásica, qué buena combinación forman la pastora Palantea con Rea Silvia y la ninfa Silana. No podría ser más idílica... salvo los peligros que penden sobre sus cabezas y de los que no siempre podrá librarlas Silana. Espero que descanses al son de la siringa... Un abrazo muy fuerte.
Hola fgiucich, muchas gracias, amigo.
Hola, pilar llorca. Has sido muy aguda al señalar la honestidad y transparencia de Rea Silvia al advertir a su nueva amiga del peligro. También Palantea es valiente y sabe arriesgar. Dos almas generosas, sin duda. Un abrazo.
Saludos, elene gallardo, la vida ha sido generosa conmigo, eso sin duda. Y creo que a las mujeres nos ha regalado los sentimientos y la solidaridad, para que con ellos podamos hacer frente a todo lo terrible que, inevitablemente, nos rodea. Abrazos.
Hola aarón, creo que la niebla es ámbito de lo maravilloso... Un abrazo.
Hola mentessueltas, me alegra mucho reencontrarte aquí. Pasaré a saludarte. Un abrazo.
Hola gonzalo, tú entiendes mucho el corazón femenino y su solidaridad. Besos.
Opabinia, desde luego das miedo...¡Y qué avatar! Dan ganas de echar a correr en tu presencia. No obstante, y para que no me seas enemiga, te mando besitos.
Retorno y leeré hacia atrás, con calma. ¡A ver si encuentro mi personaje!
Abrazos.
Se deleitan mis oídos con los diálogos de Aurelia y Camilia.
Tus textos tienen forma de brillante, me quedo apasionada esperando otra entrega .
Te quiero Romana.
MaLena
Bueno pedro ojeda Escudero, tu personaje saldrá más adelante. Aquí hay demasiada tensión como para que estés tranquilamente mirando el horizonte... Un abrazo.
Hola maLena ezcurra, me gusta escuchar hablar a las mujeres... Un abrazo muy fuerte, querida amiga.
¡qué buena idea esconder una bellota en un cesto de bellotas!
:)
creo que va a funcionar
besos!
Menos mal que Rea Silvia va a recibir por fin ayuda. Me gusta esta chica ciudadora de cerdos y tocadora de siringa. Me muero de ganas por saber qué pasa después...
Besos
Magnificas ideas... Las de las fibulas y la de vestirse de pastora...
Sigo, sigo...
Venerable dama.
Dos elementos importante el valor de la verdadera amistad y el poder de la música,precioso personaje el de Palantea.
Abrazos.
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