Huyendo de una serpiente, una
paloma ha hallado refugio en tus brazos. Bien sabe el ave que en ningún otro
lugar encontrará un amor tan espontáneo ni tan desinteresado.
Mas eres demasiado pequeña
para medir tus fuerzas con una víbora; somos nosotros, los adultos, quienes
debemos libraros de la letal mordedura de los reptiles. Tú, niña, ríete y
juega. Deja de mirar al suelo y aprende de la paloma a volar.
NOTA: Hoy se celebra el día mundial
de la Infancia. El hambre, la miseria, los malos tratos, las guerras, la
explotación, la esclavitud, la desigualdad, son solo algunos de los monstruos
que rodean a las criaturas. Es tarea de todos nosotros proteger sus infancias,
aquí, allí, en todas partes.
*Escultura de una niña que protege a una paloma de una serpiente que hay a sus pies. Museos Capitlinos. Roma.
*Escultura de una niña que protege a una paloma de una serpiente que hay a sus pies. Museos Capitlinos. Roma.
2 comentarios:
Querida Isabel:
Cierto es, de nada valen lamentos. Compromiso activo en cada uno de los segundo que nos dure el aliento.
De las Nanas de la cebolla de Miguel Hernández:
"Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea."
Si no miramos a los que hemos de proteger, mi pregunta no es qué sera de ellos, no, no, ¿qué será de nosotros?
Qué bonito y qué necesario. Un abrazo, querida.
Tus comentarios son siempre muy enriquecedores, Elena Clásica. ¡Qué bien traídos los versos de Miguel Hernández! Un abrazo enorme, querida amiga.
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