miércoles, enero 25, 2012

EL ARTE Y LA RAZÓN


“Aquí [en Roma], en escultura, está la Utopía que imaginaron los antiguos. El propio Vaticano es el índice del mundo antiguo, igual que la Oficina de Patentes de Washington lo es del mundo moderno. Pero ¿cómo comparar el uno con el otro cuando son tan distintos y tan distantes en el tiempo? ¿Qué comparación puede hacerse entre una locomotora y el Apolo? ¿Es un objeto tan majestuoso como el Laocoonte? Quizá hoy en día la norma sea infravalorar el arte. El mundo ha tomado gusto a lo práctico y nos jactamos de nuestros progresos, de nuestra energía, de nuestros avances científicos, a pesar de que la ciencia está por debajo del arte como el instinto está por debajo de la razón. Todos nuestros triunfos modernos ¿pueden compararse a los de los héroes y divinidades que están aquí, silenciosos, encarnación de la grandeza y de la belleza?”


Texto de Herman Melville, procedente de una conferencia pronunciada hacia 1860 en EEUU.


Extraído del libro “Guía literaria de Roma”, Edición de Iria Rebolo.



*Foto tomada de internet.

14 comentarios:

Mª LUISA ARNAIZ dijo...

Arte e inventos no están reñidos: cada uno responde a unas necesidades. Un fuerte abrazo, Isabel.

Cayetano dijo...

Cuando Marinetti, en su proclama del Futurismo, decía que un coche de carreras es más bello que la Victoria de Samotracia abrió un camino para la osadía y la estupidez. Son cosas bien distintas que no admiten comparación, como la noche y el puré de patatas. Cada uno en su terreno.
Un saludo.

GABU dijo...

Si el ser humano se jacta de razonar,no puede comparar polos diametralmente opuestos!!!

P.D.:Aunque para zonceras siempre se esta a la orden del día,parece... =_=

BESITOS SENSATOS AMIGA QUERIDA =)

FUNDACIÓN LUÍS TILVE dijo...

No creo que el arte esté en horas bajas, sino que se ha diversificado tanto que sus perfiles se han perdido. Suelo decir a mis alumnos, cuando me preguntan si alguna obra vanguardista es arte, que habrá que esperar algún tiempo para ver si se consagra como tal, se la considera como tal por el público y la crítica o crea escuela. Lo demás son experimentos que tendrán o no éxito en un futuro más o menos próximo. Hoy se presenta como arte cierto cine, la fotografía, el cómic, el cartel, el postmodernismo y todo lo que han creado grupos como El Paso, Dau al Set, el diseño, la neofiguración, el pot-art, el arte informal, las performances, el land art... ¿Como conseguir que todo ello sea admitido como arte por una comunidad? ¿No habrá quien seleccione y deseche esto o lo otro? Falta tiempo: sigan los "artistas" con sus propuestas y el tiempo dirá si su obra permanece; si no lo hace, por algo será. Ya sé que me he desviado algo del artículo. Un saludo.

FUNDACIÓN LUÍS TILVE dijo...

El anterior comentario es mio: L. de Guereñu, que como lo hice a partir de otro blog salíó lo de la Fundación... Otro saludo.

ANTONIO CAMPILLO dijo...

Todas las piniones deben ser tenidas en cuenta.
Melville, en su tiempo, podría realizar comparaciones no muy equivalentes. Creo que nunca se deben comparar aspectos distintos del saber humano y mucho menos desde puntos de vista subjetivos.
En cualquier caso, la libertad de pensamiento y expresión debe ser respetada sea cual sea el tema a tratar.

Un fuerte abrazo, Isabel.

PACO HIDALGO dijo...

Desde luego, lleva razón Melville ¿cómo comparar el ordenado Apolo de Belvedere, todo equilibrio, armonía e idealismo, con el Laooconte helenístico, puro desenfreno, explosión de sentimientos dolorosos, desequilibrio, movimiento convulso...?
Pero el Vaticano tiene el honor de reunirlos juntitos, allí en el Patio Belvedere. Me gustó mucho el texto, Isabel. Un abrazo.

Dyhego dijo...

El arte moderno, al igual que los famaosos caminos de Dios, es inescrutable (por lo menos para los "plebeyos".
Saludos, Isabel

Isabel Barceló Chico dijo...

También a mí me han llamado mucho la atención esas comparaciones, de ahí que haya subido el texto. Tengo la impresión de que Melville puso en esta conferencia muchísima pasión, de esa que a veces nos arrebata y deja la razón un poco de lado. Pero sinceramente, no me extraña, porque quien ama y admira Roma y todo lo que ella representa, entra en una suerte de arrebato y no se libra de decir cosas como éstas. Ese es, a mi parecer, uno de los misterios de Roma. Saludos a todos.

elena clásica dijo...

Fantástico. Después los futuritas harán a la locomotora objeto de arte, a la máquina de escribir. La bombilla será la princesa de Salinas que alumbra desde su castillo medieval. Ahora bien, el arte deshumanizado será una parte de las vanguardias, el dadaísmo y el surrealismo devolverán el sentimiento pleno de dolorido sentir. Y serán ellos quienes quieran explorar el lado del instinto y del subconsciente, más allá de la razón.

Y aunque parece que me he dedicado a contradecir a Melville nada más lejos de mi ánimo. En realidad, el texto llama a las puertas de nuestra conciencia artística, una necesidad del ser humano.

Un gusto leerlo. Una abrazo, querida Isabelita.

Mar Horno dijo...

Cuando visité el Vaticano y sus museos, no pude dormir aquella noche, y con el tiempo todavía me vienen a la mente muchos detalles. Hay dioses que impresionan más que otros y bellezas que se quedan incrustadas en el alma para siempre. Un beso Isabel.

La Dame Masquée dijo...

Qué acertado párrafo! Es verdad que parece que hoy día hemos sacrificado el arte en aras de la tecnología y la velocidad. Parece que solo importa terminar rápido, y da igual cómo.

Feliz día

Bisous

Sahara dijo...

Me vais a permitir, en mi ignorancia, que haga una pequeña defensa de ese "arte moderno" ante lo que dice Herman Melville. En primer lugar, yo diría que son dos conceptos incomparables; muy poco o nada tienen que ver, efectivamente, el Lacoonte o el Apolo con la locomotora del ejemplo. Pero no deberíamos olvidar que aunque los unos tienen una finalidad divulgativa o simplemente decorativa y la otra su finalidad es funcional, en el diseño de los tres ejemplos intervienen artistas. Desde tiempos remotos, es de lo más normal que a la funcionalidad se le una el diseño y, esa faceta, es la que puede convertir una máquina o un simple vaso en una verdadera obra de arte. No reconocer ésto es como negar que el ánfora etrusca que se exibe en el Louvre (http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/a7/Etruscan_amphora_Louvre_E703_side_B.jpg) o que las máquinas que diseñó Leonardo da Vinci no son auténticas obras de arte. Otra cosa es hablar de objetos en los que tan sólo prima la funcionalidad sin ningún tipo de diseño, pero eso ya es mal gusto.

Un cordial saludo.

África dijo...

Aparentemente parece que el arte está algo apartado de las prioridades humanas. Parece que lo que no sirva para producir algo que dé beneficios, no es válido en esta sociedad.
Sin embargo, aunque así fuera, las artes, las letras, nunca pueden ir muy lejos de los seres humanos, que somos los que los que generamos eso por simple necesidad.
Pero bueno, no entiendo esta manía de querer destacar arte o tecnología, una cosa por encima de la otra.
Todo es necesario, no?



Un besito