De Claudia Hortensia a su amiga Sempronia Tertia.
Amiga querida, me haría muy feliz que mañana vinieras a cenar a mi casa. Para cuando llegues, mi liberta Lálage y yo habremos puesto punto y final a una parte – y no poco importante – de la historia de la fundación de Roma.
Tal como te anticipé, los datos que hemos ido encontrando son tan apasionantes, que contar la historia completa me llevará mucho más tiempo y esfuerzo del inicialmente previsto. Así, por prudencia, he concluido con la historia de Rea Silvia, la augusta madre de los gemelos Remo y Rómulo. Y de inmediato empezaremos a buscar libros y autores fidedignos que nos iluminen sobre la parte siguiente. ¡Tanto Lálage como yo estamos impacientes! ¿Puedes creer que ni el cansancio, ni la proximidad del verano, ni las dificultades para hallar datos seguros nos detienen? Mi padre solía decir que conocer nuestros propios orígenes es una de las tareas más hermosas que podemos emprender. Tenía mucha razón, como en tantas otras cosas.
Ven sin falta. Y si no te aburres, con gusto te leeré el texto con que habremos concluido esta parte. Estoy ansiosa por conocer tu opinión.
NOTA 1: Queridos amigos, mañana jueves 3 de mayo colgaré el capítulo que cierra la historia de Rea Silvia. Aun cuando mi propósito era escribir una novela sobre el proceso completo de la fundación de Roma, Rea Silvia – madre de los gemelos fundadores – me ha atrapado de tal modo que no he tenido corazón para silenciarla. Así pues, he dejado que su historia fluyera a su modo, sin ponerle impedimentos ni diques. Y creo que es un homenaje debido, pues si bien los historiadores antiguos hablan de ella, ni los poetas le otorgaron el lugar que merecía por haber generado a los fundadores de Roma, ni al moralista Augusto, en cuya época escriben nuestra Claudia Hortensia y Lálage, le gustaba que se hablase de esta virgen vestal. Y si a los príncipes algún asunto no les gusta, ya sabemos que nadie habla de él.
Para evitar confusiones, cambiaré todos los tags referidos a esta novela bajo el título “La fundación de Roma” y los sustituiré por “La vestal de Alba Longa” que es el título que he pensado darle, al menos provisionalmente.
NOTA 2: Al realizar la tarea de cambiar las etiquetas, algo ha pasado que se ha alterado el orden de las entradas y no encuentro el modo de arreglarlo. Lo siento muchísimo. Quien quiera leer la que va justo antes de ésta y es, por tanto, la penúltima de la serie de Rea Silvia, tiene que retroceder tres entradas y ver la titulada "Amulio toma una decisión". ¡Ay, qué desastre...!
16 comentarios:
Queridos mª luisa arranz y cayetano, se me han borrado vuestros comentarios por un error mío. He querido cambiar las etiquetas de la novela y temo que he hecho un lío temendo... Pero no lo puedo solucionar.
Muchas gracias por vuestros comentarios y vuestro apoyo. Un abrazo muy fuerte y mis disculpas.
Comentario de Cayetano que se me había borrado y copio aquí:
Sea bienvenido ese capítulo que cierra la historia de Rea Silvia.
El título que has elegido me parece de lo más apropiado. Al final, como en tantas obras, el personaje va creciendo en importancia y en personalidad y se apropia de la novela. Si en un principio el personaje central era Roma, ahora lo es una vestal.
Un saludo.
Gracias cayetano. Creo que Rea Silvia y todos cuantos la habéis acompañado os habéis granjeado nuestro afecto. Besazos.
Nos tienes tan enganchados que aí escribas veinte tomos, seguro te seguimos como corderillos.
Que Rea Silvia ocupe el lugar que le corresponde, orgullosa debes estar de haberle dado el espacio que le corresponde.
Un abrazo, querida Isabel.
Poco a poco nos ha ido conduciendo hacia el final de esta historia. Aquì estaremos para leer el último capítulo.
Pero tiene razón: qué poco se habían ocupado todos de Rea Silvia! Hasta ahora que usted le ha hecho justicia.
Espero que pueda solucionar lo del etiquetado.
Buenas noches
Bisous
Cómo me gusta la Romana, la reivindicativa, la que quiere darle a cada uno su sitio en la historia, y clama por las mujeres olvidadas, "mujeres de Roma", ¿cómo no iba a encontrar aquí su lugar la vestal Rea Silvia? Por fin ha encontrado su puesto en la historia y en el arte, han tenido que pasar unos cuantos siglos, pero ¿qué importa si al final su voz la hemos escuchado? Su dulzura, su bondad, su sufrimiento que no se recrea en el odio ni en el rencor, bien al contrario su espíritu se crece y refleja la llama sagrada, no en vano ha sido amada por Marte.
Bien merecía este homenaje Rea Silvia. Ha sido un placer conocerla desde esta visión tan humana y artística a la vez.
Salve Rea Silvia!
Un abrazo, querida Isabel.
"...conocer nuestros propios orígenes es una de las tareas más hermosas que podemos emprender."
La sabiduria de tu padre se ha hecho próspera en tus palabras amiga mía... :))
P.D.:¡¡Que lío con la alteración de las entradas!!!!
Habrá sido producto de los nuevos y maléficos cambios de BLOGGER??? ¬_¬
BESITOS DE CARIÑO ISA
Ha sido un acierto que te dejaras llevar para contar la historia de Rea Silvia. Es un homenaje merecido para alguien que apenas es conocida y que tan importante fue en la historia de la creación de Roma.
Besitos
PD: Siento no poder ayudarte con el lío de la alteración de las entradas.
Acepto gustosa la invitación a la cena y la lectura del último capítulo.
¡Qué nervios!
Me gusta mucho el título del primer libro de la tri/tetralogía sobre La fundación de Roma. Suena muy bien, con tanta V/B y tanta L y tanta A. Fluye. Y rinde homenaje a una mujer, como la mayoría de sus compañeras de sexo, injustamente olvidada por la Historia, con mayúsculas.
Un abrazo muy fuerte, enhorabuena de antemano y hasta mañana.
Me gusta el nuevo título, se hace persona y con ella - contigo este camino, nuevo y antiguo, encuentra una compañía preciosa. Gracias. Siempre.
Un título estupendo Isabel.
Bicos
Casi me vuelvo tarumba viendo en mi google reader esa entrada que se ha colado y que me salía como una entrada nueva. Y me he hecho un lío del que ya me estoy desliando.
Me perece perfecto que le des a Rea Silvia su tiempo de gloria para ella sola. Se lo merece, qué menos, no?
Ella es el principio dando la vida a los gemelos.
Ya estoy deseando que llegue Sempronia y escuchar como ella el final de esta parte.
Por mí puedes alargar hasta el infinito, losepas! Aquí estaré leyendo encantada de la vida.
Un beso
Es curioso ver como nuestros ancestros nos fueron marcando, de manera indeleble, la senda de la justicia y de la equidad. Querida amiga "Loor a tan augusto y sabio progenitor".
Sobre lo que pones en tu primera nota; yo me atrevería a hacerte una sugerencia. Dado que tu intención era escribir sobre el proceso completo de la fundación de Roma ¿por qué no haces una novela en dos partes? Una primera que sería "La fundación de Roma (I) - La vestal de Alba Longa” y, una segunda con la historia que está por sernos revelada de tu pluma.
Negar el hecho de la importancia vital que la Vestal* Rea Silva tuvo en el nacimiento de los hermanos es faltar a la verdad y a su memoria. Sin ella, nunca hubieran nacido y, mucho menos, llegado a hacer lo hicieron los hermanos.
Un fuerte abrazo y perdóname el atrevimiento.
(*)El fuego sagrado de Vesta era sinónimo de familia y unidad. Evidentemente, Rea Silva fue una Vestal en toda regla.
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