“El Año Santo de 1500 se fijaría de manera
imborrable en muchas memorias. En la de Lucrecia Borgia, como el año en que
quedó viuda de su segundo marido contando solo veinte años; en la de su
hermano, César Borgia, como el comienzo de su carrera militar; en la de miles
de fieles peregrinos llegados a Roma, como una vivencia única en la vida y un
espectáculo sin parangón. De regreso a sus tierras de origen, contarían sus
aventuras a los carreteros, pastores y gentes de albergues y hosterías a lo
largo del camino. Las repetirían mil veces a sus amigos y parientes al llegar a
sus casas. Todos les preguntarían con envidia si había llegado a ver al papa.
¡Claro que sí! Y quienes estaban en Roma durante el verano, presumirían al
asegurar que, por muy poco, no presenciaron también sus funerales.”
NOTA 1: El papa al que hace referencia este fragmento es Alejandro VI, Rodrigo de Borja, nacido en Xàtiva hacia 1431 y muerto en Roma en 1503. Lucrecia y César fueron dos de sus hijos.
NOTA 2: Queridos amigos, el acto de presentación de mi libro en el Museo de L'Almodì de Xátiva, el jueves 17 de mayo, a las 19,30 horas, se inscribe en las actividades organizadas para celebrar el Día Internacional del Museo, 2018. Os pongo aquí el cartel anunciador con todas las actividades. Entrada libre.
6 comentarios:
Ya he avisado a través de la página de Intersindical Cultura del facebook.
Un abrazo y que vaya muy bien.
Muchas gracias, Dolors. No conozco a casi nadie allí, así que confío en la capacidad de convocatoria del Museo. Un abrazo.
Parte de la historia y de la grandeza de Roma sería impensable sin contar con Hispania.
Un abrazo, Isabel.
Así es, querido Cayetano. Un abrazo muy fuerte.
Hola, Isabel. Tras una fastidiosa caída, pero sin importancia, he decidido encargar tu nuevo libro. Si te cuento con lo que me encontré dís atrás, no te lo creerías.
Bueno, quería mantenerte informada.
Lo subiré al blog y me lo dedicas, porfi.
Hasta pronto, querida amiga.
Besos.
Te lo dedicaré con mucho gusto. Espero que te recuperes muy pronto de tu caída y que puedas recorrer las calles casi saltando...
Un beso teerapeútico, querida Mari Carmen garcía franconetti.
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