Estas son las órdenes que acaba de dar el padre Jano:
“Año Nuevo, preséntate ante mí ahora mismo, pues empieza tu
tiempo. Te ha llegado la hora de nacer
y, como ocurre con los seres humanos, tus primeros vagidos predecirán cual será el curso de tu vida, qué
han dispuesto los hados para ti.”
Por mi parte y sabiendo que no
tengo poder para hacer que me obedezcas, humildemente te pido que me dejes ver
tu rostro sonriente, las manos gordezuelas agitándose en el aire como para
atrapar el cielo, tus labios dispuestos para besar. Déjame festejarte y abrazarte, Año Nuevo, como
las madres abrazan a sus recién nacidos. Colgaré una corona de hiedra ante mi
puerta para hacer saber al mundo que has nacido, agitaré el sonajero para
alejar de ti a los malos espíritus, te prodigaré cuidados y amor, mucho amor. Y
tú solo podrás devolverme lo mismo.
¡FELIZ AÑO NUEVO, QUERIDOS AMIGOS! El 2014 será tan bueno o
malo como nosotros queramos.