Muchas veces, Lucrecia le rogaba a su padre «que le hablase de su infancia en su querida Xátiva, de las bellezas del ducado de Gandía y de la famosa Valencia. Ambos entornaban los ojos y se trasladaban allí, él con los recuerdos y ella con la imaginación, sintiendo una aguda nostalgia de aquella tierra en cuya lengua hablaban, en cuyas costumbres vivían, pensaban, se alimentaba y se vestían». De mi libro Lucrecia Borgia (1480 - 1519) Bajo una nueva luz.
Os esperamos en la conferencia que daré mañana sábado, 29 de octubre, en Xátiva.