«Mientras se vestía con su habitual buen gusto y elegía las joyas, Vannozza pensaba en Lucrecia. Si su hija le hubiera pedido consejo, le habría dicho que un convento no era el lugar más adecuado para esperar la anulación de su matrimonio. Cuánto mejor estaría, con ella, disfrutando de amenas diversiones y respirando el aire saludable de aquella cumbre en vez de exponerse a la humedad insana de la vía Apia».
¡Una historia apasionante! Os espero en la Feria del Libro de Madrid para charlar un rato y dedicar el libro a quien así lo desee. ¡Va por la tercera edición!