Este próximo jueves, estaré con mis amigos del club de Lectura del Ateneo de San Antonio de Benagéber. Espero que pasemos una buena velada con Livia y otras damas.
“Y he aquí que, de modo inesperado, Augusto puso los
ojos en ella. Quizá le sedujo la curva de su cuello, o sus senos, o su
turbación cuando él la abordaba delante de cualquiera y le dirigía cumplidos
subidos de tono. La juventud y discreción de la matrona debía resultarle estimulantes
a aquel muchacho desenvuelto, tal vez le complacía experimentar en ella su
poder. Durante mucho tiempo, la hoy apenada viuda se ruborizaba cada vez que se
recordaba a sí misma regresando a la mesa del banquete después de haberla
tenido que abandonar, de la mano de Augusto y en presencia de su propio marido,
para satisfacer los requerimientos amorosos del nuevo amo de Roma. Ni su
reputación ni su voluminoso vientre constituían para él un freno.”
MUJERES DE ROMA. HEROÍSMO, INTRIGAS Y PASIONES.