Sin duda la reina Dido debió sentirse muy bien en la Feria del Libro de Madrid, pues no le faltaron amigos y admiradores:
Con la diosa IRIS, mensajera de los dioses:
“Los troyanos de Eneas habían perdido toda esperanza de sobrevivir a la espantosa tormenta, cuando Iris se presentó en el cielo y se hizo visible desplegando su manto de colores. Traía un mensaje de Venus para el dios Neptuno: la petición de que pusiera fin al temporal, pues su hijo estaba en peligro (...)”.
Con GABRIEL, el vigía de la nave de la reina, que más de una vez se ganó una bronca por distraerse…
"- Cómo hubiera podido olvidar la tormenta de la que hablabas antes, Kostas? - digo en tono conciliador -. Según Barce, en esa ocasión Acus le echó la mayor bronca que ella hubiera oído en su vida a Gabriel, el vigía de la nave de Dido. Barce lo tenía calado y más de una vez lo había sorprendido mirando a la reina en vez de vigilar el mar y el horizonte, como debía (...)"
Dedicándole el libro a Juan Aparicio Belmonte, autor de “Una revolución pequeña”
Con la fotógrafa y performance Diana Coca, que se prepara para un viaje de estudios a China.
Con Susana Vega y sus chicos.
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Fotos: Rafa Lillo.