Querías gobernar a tu mujer en todo: la ropa que vestía,
la hora de salir y de regresar, las llamadas, el dinero, en quién debía pensar
y a quién amar. Te creías un dios con poder omnipotente sobre ella.
Sí, te creías un dios y has elegido como modelo a uno
muy antiguo, tan remoto que las criaturas que entonces poblaban el mundo aún no
tenían forma humana. Has elegido ser Saturno y devorar a tus propias hijas.
Maldita sea tu divinidad.
NOTA:
Este post me lo ha inspirado el atroz crimen cometido por un padre contra sus
dos hijas. Luchemos juntos contra esa lacra detestable y para impedir que los maltratadores conserven la
custodia de sus hijos y mantengan régimen de visitas.
*Imagen:
“Saturno devorando a sus hijos” de Francisco de Goya. Imagen tomada de Internet,
de la página “Agrega. educación.es”
Presentación del libro "016. Relatos que se deben contar", para denunciar la violencia de género. Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia. Grupo de autores, editor y otros amigos y colaboradores.